—Chloë...—dijo Abel sonriente, intentando subir las escaleras pero se lo impedí.
—No te me acerques—fruncí el ceño e inmediatamente retrocedí. No quisiera tener ningún contacto con Abel, no quiero que me toque con esas manos sucias con las que seguramente cerró un trato turbio. Y no sólo eso, porque estoy casi segura que traicionó a toda nuestra familia y manada aunque ya no se sepa de muchos luego del atentado de aquella vez.
Sentía tanta impotencia, que mi respiración era acelerada y por más que quiera controlarlo no podría. Era imposible pensar en cualquier otra cosa teniendo en frente a un imbécil como Abel.
¿Cómo se le ocurre aparecerse luego de haberme abandonado? Digo, al menos hubiera estado presente en el peor momento de mi vida donde casi pierdo a mi bebé.
—Pero Chloë...
—Tampoco quiero que me hables, ¿oíste?—lo miro a los ojos con decepción antes de girarme por mis talones irme a mi habitación.
—Puedo explicártelo, por favor, solo quiero que me escuches...—siento como me sigue el paso, pero justo al llegar cierro la puerta, y Abel coloca su pie entre el marco.
—Abel... vete.
—No.—su rostro se pone serio.
—¿Cómo dices?—me crucé de brazos.
—Que no. No voy a irme hasta que me escuches.
—Yo no tengo nada que escuchar de ti, después de haberme dejado sola en el hospital...¿Realmente fuiste a pelear con los vampiros aquella vez? ¿Realmente lo hiciste?—mi nerviosismo se hace notar cuando la voz se me quiebra.
—Sí lo hice, pero...—le interrumpí.
—¿Pero? ¿Pero qué? No me mientas Abel...
—No te estoy mintiendo, cariño—intenta acariciarme la mejilla pero se lo impido dándole un manotazo.
—¿ENTONCES POR QUÉ MIERDA NO FUISTE AL HOSPITAL SABIENDO QUE ESTABA EN RIESGO DE PERDER A TU HIJO? ¿¡EH!? AL MENOS UNA NOCHE HUBIERAS IDO. ¡Pero no! No es la primera vez que me haces algo así...
—Pero puedo explicarte...Sólo trata de calmarte ¿sí? Le hará mal al bebé—se le notaba un tanto preocupado pero ni él se lo cree.
—A ver... explícame entonces. ¿Cuál es la estúpida y ridícula excusa que vas a poner?
Abel se tensa un poco, toma aire y se muerde el labio inferior. Digamos que ya sé toda la verdad, porque si se le ocurre mentirme, juro que por mi vida no voy a querer saber nada de él, nunca más, tampoco tendré compasión y no podrá verle a su hijo, ya que ni se preocupó en ir a verme como estaba, supongo que menos le va a interesar su hijo cuando lo aleje de él.
—Tuve que alejarme un tiempo porque estabas en peligro...
—¿En peligro?—levanto una ceja—¿En peligro de qué?
—Que un vampiro vuelva a secuestrarte y hacerte su títere, así como pasó hace tiempo. Y que gracias a mí y los demás guerreros pudimos rescatarte.
—Ya, ¿y eso qué? ¿Crees que ahora soy tan inútil como para no saber defenderme yo sola? Ay por favor Abel, eso fue hace tiempo. Y te informo que en tu ausencia, por más increíble que sea aún en el estado que estoy, me he hecho más fuerte.
—...
—¿Entonces? ¿Eso es todo? ¿Cuál es tu otra excusa?
—¿A qué te refieres? ¿Crees que te estoy mintiendo?
—No, no creo que me estés mintiendo. Estoy asegurándome de qué me digas la verdad—tomo mi celular y le muestro la foto.
—¿Qué se supone que es eso?—se sorprendió tanto que me sacó el celular para poder verlo más de cerca.
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Mi hermano es mi Mate©
WerewolfHermanos, amantes, lobos ¿Qué más? Una relación... poco usual. ⚠️ADVERTENCIA: Esta historia contiene material explícito, además, podría herir la sensibilidad de algunas personas. Y si no es de su agrado abstenerse a leerla. Se recomienda discreción...