Capítulo 15: Soy una forastera

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—Pero cómo sucedió todo eso?—preguntó Erik—¿Ni pudo defenderse?

—Fue muy rápido... Y no, no pudo defenderse, le lastimaron la pierna desprevenido. Eran personas o eso creo. Todas estaban encapuchadas, y se lo llevaron de la nada, Abel no parecía forcejear tanto, pero supongo que hizo el intento...—respondió mi padre ya algo calmado, sentado en el sofá.

—¿Y tú por qué no hiciste nada? Se supone que eres un "soldado"—mi madre hizo comillas con los dedos—¿Y aún así no pudiste hacer nada para salvar a tu hijo? Estamos mal... ¡Muy mal!

—¡También es tu hijo!—se levantó de golpe—El problema fue que vinieron de repente por detrás mío, me taparon la boca y sentí como me debilitaba de la nada, me sostuvieron con fuerza para que no haga ni el mínimo movimiento, y ahora mismo sigo algo mareado. Fue muy extraño porque si querrían nos hubieran llevado a los dos pero solamente se llevaron a Abel... Lo pude ver todo...—se notaba aún shockeado, mirando el suelo.

Estaba nerviosa y me sudaban las manos, me sentía intranquila y preocupada. No debería tener emociones fuertes pero es lo que menos importa ahora.

—¿Hacia dónde se lo llevaron?—adicioné.

—Si mal no recuerdo, iban en dirección hacia la frontera del territorio Blood Moon—respondió mi padre.

—Voy a ir a buscarlo—dije.

—¡Chloë no! ¿Te haz vuelto loca? Estás embarazada, y sabes muy bien que tu embarazo es riesgoso y no deberías exponerte de esa forma. Definitivamente no vas a ir a ninguna parte y punto—me reprochó mi madre.

—¡Pero debo hacer algo por el padre de mi hijo!—elevé la voz—No pienso quedarme de brazos cruzados cuando Abel estaría necesitando de mí, más aún en un momento como éste.

—No... Ya tenemos suficiente con él y con tu embarazo no vas a exponerte de esa forma.

—Pero él...

—¡DIJE QUE NO!—gritó mi madre con lágrimas en los ojos y empuñando sus manos.

Me siento tan impotente y molesta por no hacer nada al respecto. Me tiemblan los labios y mi vista empieza a nublarse, estoy llorando, y estoy llorando por tres razones; porque no puedo hacer nada por Abel; porque mi madre me acaba de gritar en la cara como nunca antes y porque ando sensible, cosas del embarazo supongo, pero más por lo de mi madre. Trato de entenderla, y entender que si hago un esfuerzo o tengo impresiones grandes podría perder a mi hijo.

Entonces resignada subo las escaleras dejando que entre ellos planeen como "salvar" a Abel si es que lo van a hacer, mientras que yo solo necesito tirarme a la cama y no hacer nada. Mi ayuda siempre ha sido indispensable para cualquier cosa, sin embargo, por tenerle a alguien que crece en mi vientre no puedo mover ni el dedo siquiera, literalmente.

Cierro la puerta, me recuesto en la cama y me cierro los ojos pensando en lo mucho que Abel me estaría necesitando ahora mismo. Aunque lo dudo mucho, le traté mal, y no sé que habrá pensado o dicho en ese momento. Pasaron semanas, aún así no creo que lo haya olvidado.

Me levanto, camino por toda la habitación ida y vuelta, una y otra vez con los brazos cruzados pensando qué es lo que debería hacer por Abel sin necesidad de arriesgarme ni arriesgar a mi bebé. Sin embargo, no estoy contenta con solo quedarme encerrada todo el tiempo sin mover un solo dedo. Debo hacer algo, debo ir por Abel... ¿Pero cómo? Me quedo mirando por la ventana hacia afuera, casi resignada pero no, no soy de resignarme tan rápido.

Me doy cuenta que hay como una escalera que podría ayudarme a bajar, lo analizo y efectivamente es así.

Estaría cometiendo una locura, poniendo en riesgo mi vida y sobre todo a mi cachorro, pero que más puedo hacer. Decidida abro la ventana con cuidado, pero me devuelvo a la puerta para asegurar con llave que nadie entre mientras salgo por la ventana.

Mi hermano es mi Mate©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora