Capítulo 16: Mutación

61 2 0
                                    

Narrado por el autor

Hace más de mil quinientos años existió una extraña raza de lobos, una especie rara de un cruce entre un humano, un lobo y un vampiro. A esa categoría lo llamaban "Canis Nosferatu Sapiens" y eran una de las especies más poderosas de lobos en la faz de la tierra con habilidades extraordinarias.
Sin embargo, aparentemente fueron extintas hace no más de 600 años debido a que en esos tiempos se encontraban en constantes guerras con las diferentes especies existentes, entre ellos incluían lobos, vampiros y los nefilims. Hasta la fecha no hubieron rastros de ningún otro CNS.

Teniendo en cuenta que, nadie estaba cien porciento seguro de que estaban extintos. Ya que podrían volver en cualquier momento, en cualquier día y a cualquier hora.

En este tipo de mutación no era necesario tener cierta conexión sanguínea entre un lobo, vampiro y un humano. Podría pasarse de generación en generación hasta la vigésima quinta descendencia. Suena demasiado como para que éstas se hayan extinto de la nada. Es evidente y muy probable que hayan quedado rastros pese a que desde hace siglo ya no se saben nada de ellos.

Las habilidades podrían manifestarse tiempo después de la primera transformación de un lobo o vampiro. Dentro de las habilidades podrían incluir: Visión nocturna, volar, teletransportarse, dominar el agua, dominar el fuego, dominar el viento, dominar la tierra, telekinésis, biokinésis, factor de curación acelerada, invisibilidad, cambiar de apariencia, dominar la mente, detener el tiempo, ver el futuro entre otros.

Realmente existen más dones de lo que se piensa y se podría tener hasta 4 o más dones a la vez.
Cuando alguien adquiere estas habilidades normalmente se manifiestan en momentos específicos, como por ejemplo, posterior a una situación de estrés e ira y si no se tiene un buen control de ella, podría ocasionar grandes catástrofes a tal punto de terminar con una civilización entera.

Narra Chloë

Mi familia casi no me había dirigido la palabra desde que salí de mi casa a escondidas, especialmente mi madre, se notaba tan desesperada que hasta me dio pena, pero no hubo más remedio que desobedecerla.

En el fondo de todo mi ser algo me dice que Abel está bien, digo, en el sentido de que está mintiendo y no necesita un "rescate" por así decirlo. Hay un 95% de probabilidades que así sea y de ser así no habría posibilidades de que lo perdone nunca.

Abel no está muerto, no necesita ayuda, no necesita a nadie, total, está bien escondido junto con uno de sus amigos, y quién sabe para qué o qué hace todo esto. ¿Cuál es la necesidad? Estoy empezando a darme cuenta que realmente padre no es el engendra y digo esto porque si realmente le importáramos o si al menos tuviese una pizca de consideración conmigo y su hijo no estaría perdiendo el tiempo haciendo todo esto.

Pasaron 3 semanas, y con lo del embarazo me sentía fatal, náuseas todo el tiempo, vómitos, dolores intensos de cabeza, etc. Aunque esos síntomas van cesando de a poco, ya no son tan constantes como antes que ni si quiera podía dormir bien. Pese a todo eso, hubieron cosas que se manifestaban dentro mío, algo que no considero como un síntoma de embarazo. No es por ser supersticiosa, pero es que de verdad todo es extraño. Es como soñar cosas que luego sucedan pero estando despierta.

Mi cabeza daba vueltas y vueltas, estaba tan confundida que ni yo misma sé lo que le pasaba a mi cuerpo. Un día me vi a mí misma, sentada en un trono o algo así y con un cetro en la mano derecha y una corona en la cabeza. Me pareció tan absurdo que cosideré haber sido algún sueño aleatorio como cualquier ser vivo tendría.

Estaba tan confundida.. ¿Qué hacía yo con una corona y un cetro? No sabía a quién acudir realmente y que sepa de lo que me está pasando, alguien que no me tome por loca o charlatana porque hasta ahora nadie sabe de mí; ni Abel excepto por Erik que me había contado que tiene como suelos premonitorios.

Mi hermano es mi Mate©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora