Capítulo Veintitrés

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Deseaban casarse lo más pronto posible, pues ya estuvieron mucho tiempo alejado del otro. Sólo deseaban unirse en matrimonio y continuar con sus vidas, como debía de ser. Así pues, luego de un par de semanas iban de camino a La Isla de los Recuerdos, fue un viaje largo, pero al cabo Foxy calculaba que ya no faltaría mucho para llegar.

De momento sólo eran ellos tres en el barco, solos contra el mundo. El constante pensamiento de que debía reconstruir el legado de su familia no dejaba de rondar la mente de Foxy, aún así, por esos instantes los hacía a un lado; lo que más importaba era la unión que tendría con su amada muy pronto.

—Bueno, ¿y por qué es importante esta dichosa isla para su matrimonio? —cuestionó Fix jugando con un cuchillo en la mano.

—Pues oculta una leyenda muy bonita —respondió Mangle a su incógnita.

Ambas dirigieron la mirada al zorro que se acercaba a ellas luego de haber fijado el rumbo. Aún no comprendían el porqué Foxy miraba tan atentamente el frente, hasta que habló:

—Señoritas —señaló—, a pocos metros de nosotros, ya tenemos La Isla de los Recuerdos.

Así, Mangle y Fix voltearon a ver, y efectivamente no muy lejos ya se alcanzaba a ver la isla. Mangle nunca había ido y Fix mucho menos, por lo que ambas se quedaron maravilladas al ver el hermoso resplandor que desprendía el lugar. Parecía que era el sitio favorito de la luz del sol para descansar y un hermoso pero suave brillo destellaba desde la copa de los árboles. Era aún más hermosa al llegar. Dejaron el barco junto a la costa pues Foxy insistió en que aquella isla no era peligrosa, todo lo contrario; parecía un santuario de paz. El lugar ya tenía un sendero marcado y por este caminaban los tres.

—Es preciosa... —observó Mangle.

—¿Cómo será la leyenda de este lugar? —agregó Fix.

—Foxy la conoce mejor que yo —contestó la albina mirando a su prometido.

Mientras caminaban, Foxy comenzó a dar su relato:

—A esta isla llegaron hace muchos años dos amantes. Por azares del destino sus barcos habían naufragado y afortunadamente llegaron a este lugar.

››En un principio su plan era escapar juntos y volver a sus vidas. Pero fue tanta la conexión que sintieron y las maravillas que ésta isla les brindaba que decidieron establecerse. Alejados del mundo, de cualquier persona, eran muy felices en la soledad de una isla desierta y hermosa, cómo un paraíso oculto de la maldad del hombre.

››Pasaron los años y con su amor lograron que el lugar se volviera aún más hermoso. Los sentimientos crecieron y desearon casarse. Entonces, en la parte más alta de la isla con vista al mar levantaron un pequeño arco de flores en dónde se casaron creando su propia ceremonia. Tuvieron cinco hijos, con los cuales levantaron varias chozas con la intención de poblar algún día la isla.

››Años después, la esposa enfermó de una extraña enfermedad que el marido ni con sus conocimientos en medicina logró curar, y enterró su cuerpo en el centro de la isla dónde la lloró día y noche. Sus hijos, hartos de él, abandonaron la isla creando sus propias balsas y se marcharon para vivir en alguna ciudad, dejando a su padre sólo.

››Sin embargo, en el lugar dónde enterró a su esposa de forma extraña brotó una pequeña caída de agua como una cascada de poca altura, y el centro de la isla se volvió un manantial con el agua más cristalina. Un árbol emergió enmedio del lago, y...

Precisamente en ese momento iban cruzando por el lago de la leyenda, y detuvieron a verlo unos instantes.

››Y el árbol tiene forma de mujer —agregó Foxy.

𝖫𝖺 𝖮𝗍𝗋𝖺 𝖢𝖺𝗋𝖺 𝖣𝖾 𝖫𝖺 𝖬𝗈𝗇𝖾𝖽𝖺 (𝑭𝒐𝒙𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆) ||EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora