Capítulo Doce

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Una fresca tarde, Springtrap se dirigía al aposento de Mangle portando un plato de sopa en su mano. Una vez estuvo frente a la blanca puerta, golpeó suavemente, inseguro, pero para su suerte, escuchó la voz de ella permitirle entrar, entonces abrió la puerta y la cerró nuevamente cuando estuvo en la habitación. Springtrap se sentó junto a ella en la cama, aún con el plato entre sus manos.

—No luces bien.

Mangle, seguía mostrando una expresión deprimida, y respondió con la misma frialdad que con él acostumbraba.

—Intenta adivinar.

El conejo suspiró y meditó unos instantes; sabía que la única forma de ganarse su confianza de vuelta, debía mostrarse empático hacia ella. Se sentía dispuesto a hacer todo lo necesario para que ella se abriera a él, así que comenzó con el primer paso.

—Madeleine, sé que debe ser duro para ti —dijo suavemente, Mangle se removió en su lugar.

—No me gusta que me llamen por mi nombre.

El contrario lo analizó unos segundos: Mangle debía referirse al sobrenombre que tenía mientras era pirata; usarlo nunca fue de su agrado, sin embargo, si eso era lo que ella quería, lo haría.

—Bien... Mangle —contestó finalmente y despacio—. Entiendo que te sientas tan mal como para descuidarte.

Esas palabras, parecieron haber activado algo en ella, ya que apenas las pronunció, lo miró instantáneamente, su mirada era suave, pero desprendía un claro enojo y odio que parecía ser mucho peso para ella.

—¿Tú cómo puedes entenderlo? Sólo piensas en ti mismo.

Springtrap intentó aclarar sus palabras, pero Mangle seguía hablando escupiendo cada una de las realidades de las palabras que nunca había podido decirle antes.

—Lo único que te importa es tu bienestar, y eso nunca vas a cambiarlo —exclamaba. En su ira, se puso rápidamente de pie mientras continuaba soltando palabras:

»Cuando te conocí fuiste un verdadero grosero, también me perseguiste, intentaste asesinar a mi prometido y me vendiste a la muerte...

Cuando Mangle mencionó la palabra prometido, las siguientes palabras fueron bajando su intensidad. Acababa de recordar que ya no tenía prometido, por lo que bajó lentamente la mirada y su enojada actitud cambió de pronto a una actitud más pacífica y decaída. Springtrap había estado escuchándola pacientemente, y en cuanto la vio tan sumisa y tranquila, inmediatamente pensó que la prefería con esa personalidad: indefensa, quieta, rendida. Se acercó un poco a ella dejando el plato a un lado, y le apartó el cabello de la polvorienta cara blanca.

—Tranquila —la consoló. Mangle sollozó, pero se mantuvo en su lugar—. Relájate... ¿por qué no vas a darte un buen baño? —Mangle asintió y limpió sus ojos con el dorso de sus manos.—. Mandaré a que lo preparen.

Dicho esto, se levantó y se marchó para mandar a hacer el baño para la princesa. Mangle esperaba en la cama, mientras terminaba de limpiarse algunas lágrimas rebeldes que escapaban de sus ojos.

               ♔〘 𝕃𝕆ℕ𝔻ℝ𝔼𝕊 〙♔

El cielo nocturno se iluminaba con los fuertes rayos que azotaba la tormenta. Foxy se sorprendió ligeramente al entrar al hogar de Lolbit y Fix Williams; era una casa enormemente espaciosa, y el salón principal que lo recibía se abría majestuosamente con retratos en las paredes y una grande y cálida chimenea ardiendo a un lado, que Fix ya se había adelantado a encender. La razón de su asombro era comprensible, pues recordaba cuando hace años él y Lolbit eran solo un par de críos que hacían de las suyas en el pueblo. Lolbit era inglés, al igual que su hermana Fix —a quien recordaba a la perfección—, pero su padre, que era comerciante, viajó a Alemania, y fue así como ambos se conocieron; cuando durante un lío en el que se había metido el pelirrojo, Lobit y su hermana se adelantaron a defenderlo. Desde entonces los tres habían hecho una inseparable amistad y su pasatiempo favorito era, como se mencionó anteriormente, crear caos en las multitudes. Todo esto tuvo lugar antes de que el padre de Foxy —entonces capitán del Plötzlicher Tod—, se lo llevara al mar abierto luego de que Lobit y Fix tuviera que regresar a Inglaterra. Siguieron viéndose un par de veces para hacer pequeños robos que disgustaban al padre del peli naranja, por lo que Foxy sabía bien que podía contar con él, y dónde podía encontrarlo.

𝖫𝖺 𝖮𝗍𝗋𝖺 𝖢𝖺𝗋𝖺 𝖣𝖾 𝖫𝖺 𝖬𝗈𝗇𝖾𝖽𝖺 (𝑭𝒐𝒙𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆) ||EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora