Epílogo

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🚫🌋🍋 Lemon
🚫🌋🍋Smut

— ¿Y ese guapo? — preguntó la chica a su lado.

—Es mi novio. —dijo Niki, viendo a su novio apoyado en el coche de policía.

Seis meses habían pasado de su despertar, luego de un año y medio de estar en coma. Ahora comenzaba a retomar los estudios, los cuales había tenido que dejar por lo sucedido y su recuperación.

No fue fácil. Su cuerpo andaba entumecido, se sentía una tortuga, pero con esfuerzo y ayuda de los médicos había podido recuperar el movimiento. También la compañía de Jay lo tranquilizaba y le daba confianza. Él era muy bonito, paciente y compañero.

Lo que si aún llevaba con cuidado era su relación con Jay. Sus padres solo sabían que "estaban saliendo”, cuando en realidad ya eran pareja hacia unos cuantos meses. Aunque no les convencía la edad de Jay, no le habían prohibido a su hijo estar con el oficial, dándole miles de advertencias como era de esperar.

Y aunque aún faltaba un poco para el cumpleaños de Jay, estaba ansioso por adelantar su regalo, a pesar de que el mayor jamás se lo había pedido. Era muy respetuoso.

Niki saludo a sus nuevos compañeros con la mano y fue hasta el carro de policía bajo la curiosa mirada de todos ellos. A medida que se acercaba, más se babeaba con la actitud sexy de su novio. Le encantaba como le quedaba ese uniforme.

—Hola, oficial. — sonrió Niki, acortando la distancia para dejar un pequeño beso en sus labios.

—Usted tiene delitos contra la ley, joven Nishimura. Así que tiene que acompañarme. — dijo Jay, entrando en su rol de policía.

— ¿Cuales delitos?

—Hacer que lo extrañé mucho.

Niki sonrió totalmente enternecido, dejando ver su sonrisa de corazón cuadradita, viéndose realmente hermoso. Jay quería comérselo a besos. Seguía siendo aquel chico adorable que había conocido.

—Pues arrésteme.

— ¿Como deberías pagar tu delito?

El rubio fingió pensar: — Falta un mes para tu cumpleaños, pero puedo adelantar el regalo.

Jay solo asintió, pensando que se trataba de otra casa. Le dio un beso en la mejilla y abrió la puerta del copiloto, esperando a que Niki entrara para luego dar la vuelta y subir del lado del conductor.

— ¿A donde quieres ir, bebé? —  preguntó Jay, prendiendo el motor y yéndose de ahí.

—A donde quieras. —se puso el cinturón de seguridad. — ¿No tienes idea de que voy a regalarte?

—Mmm no. ¿Puedes decirme?

—No sé si debería. — se carcajeo. ¿Por qué Jay era tan inocente y él resultaba ser el pervertido? O quizá es que su novio no lo sentía listo para esas cosas.

—Dímelo, mi amor, no seas malo.

Las mejillas de Niki tomaron un color carmesí de solo pensarlo. No creía que se pondría asi a la hora de confesarlo, pero ahí estaba, haciendo cosplay de un tomate. Sin embargo, era algo que en verdad quería entregarle. Confiaba en Jay.

Observó detalladamente su semblante, atento a la calle y otros coches. No quería perderse su reacción: —Soy virgen... —dijo sin más.

Jay se quedó por un momento, preguntándose si habia oído mal. Ya sabía eso, pero apenas iba captando la idea. Nunca se lo planteo seriamente, tampoco pretendía apurar a Niki, y ahora él le estaba ofreciendo lo más preciado.

🎴 escape de omelas · jayki  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora