Capítulo 28

569 78 37
                                    

No sabía que ropa ponerse, era la primera vez que pisaría la casa de Jin y Yongsun y sabía el estatus que tenían. Ni siquiera con Ken había sentido tanta presión, pero esa vez era distinto.

Quería causar una buena impresión, así que eligió uno de sus mejores atuendos con la ayuda de Chaeyeon y se dejó peinar y maquillar un poco por ella.

- ¿Estás seguro de querer hacer esto? - le preguntó la chica una vez más, dándole los últimos retoques a sus ojos. Namjoon asintió con la cabeza.

- Tengo que tratar las cosas con normalidad, noona. Si no nunca voy a avanzar. - la pelinegra suspiró y soltó la brocha en el lavamanos.

- Está bien, pero recuerda lo que me prometiste.

- Confía en mí. Además las cosas con Ken van mejor de lo que pensaba.

Se levantó de la taza del orinal, donde se había sentado para que su amiga lo arreglase, y se situó frente al espejo. Le había hecho un suave ahumado negro que contrastaba genial con la forma de sus ojos y la ropa elegida.

- Wow, ¡me veo muy guapo! - exclamó observándose, maravillado, en el cristal. Chaeyeon soltó una carcajada y palmeó su espalda antes de salir del baño.

- ¡De nada! - le gritó, caminando por el pasillo en dirección al salón. Estaba viendo una película que había pausado para ayudarlo.

Terminó de mirarse al espejo, se hizo un par de fotos y salió del baño. La pelinegra ya estaba absorta de nuevo en su ordenador portátil y él se sentó a su lado, mientras esperaba el mensaje de Ken, que por suerte, no tardó mucho en llegar.

Se despidió de Chaeyeon, quién le hizo prometer de nuevo que disfrutaría y si se sentía mal se iría de esa casa, y bajó al portal, esa vez por las escaleras.

- ¡Cada vez que te veo estás más impresionante que la anterior! - le gritó Ken, observándolo de arriba a abajo, apoyado en la puerta del copiloto. El rubio soltó una tímida carcajada y se acercó a él para besarlo.

- Vámonos, anda. - le dijo Namjoon, mordiéndole el labio antes de separarse de él. - Si seguimos así voy a follarte en el coche.

El pelinegro se quedó unos segundos quieto, fingiendo que se lo estaba pensando, hasta que la risa del enfermero lo hizo reírse a él también y ambos se subieron al coche para poner rumbo a casa de la feliz pareja.

Durante el trayecto hablaron, como siempre hacían, de la semana de trabajo. Los dos eran personas muy ocupadas, que dedicaban mucho tiempo a su profesión. Aunque sin duda, físicamente, la de Namjoon era más exigente.

- No te sorprendas si ves a Jinnie más serio de lo normal. - le dijo Ken de repente, cambiando de tema.

- ¿Y eso? - le preguntó él preocupado.

- Está teniendo problemas con el trabajo, ya sabes cómo puede llegar a ser de superficial la gente en esta industria. - le explicó.

- Ah, eso... - Ken le dio una fugaz mirada, algo extrañado. - Ya me lo contó él.

- Cierto... Habláis a veces, ¿no? - le preguntó, revolviéndose un poco en su asiento. Namjoon se quedó mirándolo confundido, ¿eran esos los celos de los que todo el mundo hablaba?

- Sí, creo que lo puedo considerar un amigo ya. - el pelinegro se echó a reír y asintió con la cabeza sin despegar la vista de la carretera.

- Genial, entonces.

...

Como era de esperar, la casa de Jin y Yongsun era, en su opinión, exageradamente ostentosa. Y aunque no los conocía demasiado, juraría que el castaño poco o nada había tenido que ver con la decoración y el estilo.

Cúrame [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora