Amaba su trabajo, sentía pura pasión por la enfermería. Pero a veces, cierto tipo de pacientes lo sacaban de quicio de la peor manera posible. Como por ejemplo la señora Choi que estaba ingresada en la habitación dos.
Era la típica mujer ricachona que pensaba que con billetes podría hacer lo que le diera la gana en la vida y aunque en cierto modo, llevaba razón, tenía a todo el personal de planta harto de sus exigencias.
- ¡No la soporto más! - gritó Chaeyeon, en un susurro, al salir de la habitación después de atenderla por undécima vez en el día.
- ¿Sigue pensando que está en un hotel? - le preguntó el rubio, que había tenido que lidiar con ella un rato antes y sabía cómo se comportaba. La pelinegra asintió exhausta con la cabeza.
- Espero que le den el alta pronto... ¡o qué reviente! - Namjoon soltó una estruendosa carcajada y se tapó rápidamente la boca al darse cuenta de lo que había hecho. Provocando la risa de su amiga.
- Voy a llevarle el desayuno a Jin, antes de que nos metamos en un lío. - le dijo al darse cuenta de que la enfermera jefa de planta los observaba desde la otra punta del pasillo.
Tocó la puerta de la habitación con la bandeja en una mano y abrió con la que tenía libre. Se sorprendió al entrar y no ver a nadie por ningún lado, así que soltó la bandeja del desayuno sobre la mesa y cuando se giró para buscar a Jin, el chico abría la puerta del baño.
No llevaba la bata del hospital. De hecho no llevaba nada más que su boxer y Namjoon se tapó los ojos rápidamente en cuanto lo vio.
- ¡Perdona! - se disculpó volviendo a girarse con la cara aún tapada. La carcajada del castaño resonó por las paredes de la habitación.
- ¡Oh, vamos! ¡No seas exagerado! - le pidió Jin, tirando de él con su brazo sano para que se quitara las manos de los ojos. - No vas a ver nada que tú no tengas.
- ¡Hyung! ¡Así no ayudas! - le reprochó el rubio, haciendo que el chico riera aún más fuerte.
- ¡Oye! ¿Tanto asco te doy? - Namjoon abrió la mano lo suficiente para mirarlo a través de sus dedos.
- ¿Estás loco? - le preguntó tratando de no mirar más allá de su cara. Jin negó con la cabeza, sonriendo tiernamente. - No podrías darle asco a nadie, hyung.
Tenerlo frente a él con un simple boxer y esa cara de inocente, lo estaba excitando demasiado. Pero tenía que contener sus instintos más primarios y comportarse como un profesional.
Jin tenía un físico envidiable. Aunque muchas veces lo había visto semi desnudo al hacerle las curas, jamás lo había tenido frente a él de esa manera y lo que vio le gustó demasiado. Hombros anchos, pecho fuerte, abdomen ligeramente marcado y piernas espectaculares. El chico era una preciosidad de pies a cabeza.
Se metió en la cama y se tapó la mitad del cuerpo con la sábana blanca, dejando su pecho y brazo fuera para que Namjoon lo curase.
- Voy a hablar con la doctora Kang. - le dijo este al observar la forma tan impresionante en que sus heridas se estaban curado. - Creo que deberían darte el alta muy pronto.
- ¿Ya me quieres echar de aquí? - le preguntó Jin, haciendo un exagerado puchero con la boca que provocó de nuevo su risa.
- ¡Claro que no! Pero prefiero verte fuera de una habitación de hospital. - el mayor asintió de acuerdo con la cabeza.
- Me... ¿Me darías tu teléfono entonces? - el rubio levantó la vista al escuchar su pregunta, no esperaba que Jin realmente quisiera seguir en contacto con él.
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Cúrame [NAMJIN]
FanficKim Namjoon es un joven enfermero al que le tocará lidiar con un paciente que pondrá su mundo patas arriba en todos los sentidos posibles. 'He visto tantas heridas, hyung. Y te puedo asegurar que no hay ninguna tan dolorosa como la de un amor no co...