Capítulo 47

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Caminó por el pasillo hacia el probador donde estaba Jin. Su corazón bombeaba con fuerza y trataba de mantener la calma, para no salir corriendo.

No sabía porqué estaba haciendo eso, no sabía cómo habían llegado hasta ese punto. Se sentía estúpido, ridículo, yendo a ver al chico del que estaba enamorado vestido de boda.

De su boda con otra persona.

Tocó un par de veces la puerta, antes de abrir y cuando la voz de Jin se oyó, el corazón le dio un vuelco en el pecho.

- ¡Pasa, Joonie!

Abrió la puerta lentamente, como si esos segundos de más pudieran prepararlo para lo que estaba a punto de ver. Pero nada podría, jamás, haberlo preparado para esa imagen.

Un sonriente Jin posaba subido en una pequeña plataforma redonda, frente a un enorme espejo.

Estaba increíblemente guapo, vestido con un traje negro clásico, de tres piezas y una corbata morada oscura que le daba un toque de color, pero sin ser demasiado llamativa.

- Vaya... - susurró el rubio cerrando la puerta tras él. Se había quedado sin palabras y el nudo en su garganta apretaba más que nunca.

- ¿Qué opinas? - le preguntó Jin con una mueca de duda. - No sé si con la camisa blanca quedaría mejor.

- Estás absolutamente precioso. - le respondió sin pensar. Estaba totalmente absorto por su belleza.

- ¿Sí? - Namjoon asintió con la cabeza sin quitarle los ojos de encima. Era incapaz de dejar de mirarlo. - No sé si a Yongsun le gustará demasiado, no es tan clásico como ella querría.

- Es tu traje, te tiene que gustar a ti. - le respondió intentando no mostrar su molestia. ¿Acaso esa chica no era consciente del increíble de hombre con el que estaba a punto de casarse?. - De todas formas, si no te convence, aún tienes tiempo de buscar otro.

- De eso quería hablarte... - susurró Jin agachando la mirada, y el corazón del rubio se paró por un instante. - Nos llamaron de la iglesia, avisándonos de que había un hueco, por si queríamos adelantarla. - Namjoon sintió un pinchazo en el pecho al escuchar sus palabras.

- ¿A cuándo? - le preguntó, sin querer realmente saber la respuesta.

- Dentro de dos semanas, el sábado. - el enfermero apretó los dientes y haciendo de tripas corazón, se acercó a él y levantó su rostro con delicadeza.

- Todo está bien, hyung.

- No, no lo está. - le respondió él, con tristeza. - Los dos sabemos que no lo está.

Namjoon se acercó más y pasó la mano que tenía libre por su cintura, mientras que con la otra acariciaba su mejilla, sin dejar de mirarlo a los ojos. Jin se aferró automáticamente a su cuello y el roce de sus manos en su nuca le hizo temblar.

- Lo estará, te lo prometo. - le dijo aguantando las insoportables ganas de echarse a llorar.

- ¿Por qué sigues aquí? ¿Por qué no sales corriendo? ¿Por qué no te libras de mí? - le preguntó el castaño, mientras que unas sutiles lágrimas resbalaban desde sus ojos, empapando poco a poco sus mejillas.

- Porque no puedo. - le respondió Namjoon con sinceridad y una triste sonrisa. - No puedo vivir sin ti.

- Has vivido muchos años sin mí. - le reprochó Jin. - Puedes seguir haciéndolo. - el rubio no pudo evitar soltar una débil carcajada.

- ¿Realmente crees que eres de esas personas que pasan por la vida de los demás sin pena ni gloria? - el mayor se encogió de hombros. - No, hyung, no lo eres. Mi vida cambió el día que te vi entrar por la puerta de urgencias. Yo ya no podría ser el mismo que era antes de conocerte. No puedo.

Cúrame [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora