Caminó por el pasillo hacia el probador donde estaba Jin. Su corazón bombeaba con fuerza y trataba de mantener la calma, para no salir corriendo.
No sabía porqué estaba haciendo eso, no sabía cómo habían llegado hasta ese punto. Se sentía estúpido, ridículo, yendo a ver al chico del que estaba enamorado vestido de boda.
De su boda con otra persona.
Tocó un par de veces la puerta, antes de abrir y cuando la voz de Jin se oyó, el corazón le dio un vuelco en el pecho.
- ¡Pasa, Joonie!
Abrió la puerta lentamente, como si esos segundos de más pudieran prepararlo para lo que estaba a punto de ver. Pero nada podría, jamás, haberlo preparado para esa imagen.
Un sonriente Jin posaba subido en una pequeña plataforma redonda, frente a un enorme espejo.
Estaba increíblemente guapo, vestido con un traje negro clásico, de tres piezas y una corbata morada oscura que le daba un toque de color, pero sin ser demasiado llamativa.
- Vaya... - susurró el rubio cerrando la puerta tras él. Se había quedado sin palabras y el nudo en su garganta apretaba más que nunca.
- ¿Qué opinas? - le preguntó Jin con una mueca de duda. - No sé si con la camisa blanca quedaría mejor.
- Estás absolutamente precioso. - le respondió sin pensar. Estaba totalmente absorto por su belleza.
- ¿Sí? - Namjoon asintió con la cabeza sin quitarle los ojos de encima. Era incapaz de dejar de mirarlo. - No sé si a Yongsun le gustará demasiado, no es tan clásico como ella querría.
- Es tu traje, te tiene que gustar a ti. - le respondió intentando no mostrar su molestia. ¿Acaso esa chica no era consciente del increíble de hombre con el que estaba a punto de casarse?. - De todas formas, si no te convence, aún tienes tiempo de buscar otro.
- De eso quería hablarte... - susurró Jin agachando la mirada, y el corazón del rubio se paró por un instante. - Nos llamaron de la iglesia, avisándonos de que había un hueco, por si queríamos adelantarla. - Namjoon sintió un pinchazo en el pecho al escuchar sus palabras.
- ¿A cuándo? - le preguntó, sin querer realmente saber la respuesta.
- Dentro de dos semanas, el sábado. - el enfermero apretó los dientes y haciendo de tripas corazón, se acercó a él y levantó su rostro con delicadeza.
- Todo está bien, hyung.
- No, no lo está. - le respondió él, con tristeza. - Los dos sabemos que no lo está.
Namjoon se acercó más y pasó la mano que tenía libre por su cintura, mientras que con la otra acariciaba su mejilla, sin dejar de mirarlo a los ojos. Jin se aferró automáticamente a su cuello y el roce de sus manos en su nuca le hizo temblar.
- Lo estará, te lo prometo. - le dijo aguantando las insoportables ganas de echarse a llorar.
- ¿Por qué sigues aquí? ¿Por qué no sales corriendo? ¿Por qué no te libras de mí? - le preguntó el castaño, mientras que unas sutiles lágrimas resbalaban desde sus ojos, empapando poco a poco sus mejillas.
- Porque no puedo. - le respondió Namjoon con sinceridad y una triste sonrisa. - No puedo vivir sin ti.
- Has vivido muchos años sin mí. - le reprochó Jin. - Puedes seguir haciéndolo. - el rubio no pudo evitar soltar una débil carcajada.
- ¿Realmente crees que eres de esas personas que pasan por la vida de los demás sin pena ni gloria? - el mayor se encogió de hombros. - No, hyung, no lo eres. Mi vida cambió el día que te vi entrar por la puerta de urgencias. Yo ya no podría ser el mismo que era antes de conocerte. No puedo.
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Cúrame [NAMJIN]
Fiksi PenggemarKim Namjoon es un joven enfermero al que le tocará lidiar con un paciente que pondrá su mundo patas arriba en todos los sentidos posibles. 'He visto tantas heridas, hyung. Y te puedo asegurar que no hay ninguna tan dolorosa como la de un amor no co...