No estamos solos

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POV Legoshi

-Esta bien llegó el momento de revelarme ante ti, este soy yo. Admito que desde que descubrí tu existencia me es imposible controlar como se me acelera el corazón- siento un nudo en mi garganta y un sudor frío se acumula en mi nuca.

-¿Como... como es que sabes quien soy?- me mantengo inmóvil, tal vez por firmeza o porque el miedo me impide moverme.

-No olvides que tengo 6 ojos así que lo sé todo, tengo uno de los ojos fijos en ti, y ahora quieres vivir una vida escolar pacífica y tranquila- rie sin gracia -por favor debes estar bromeando- la enorme serpiente se ve interrumpida por el pitido de la lavadora que avisa que ha terminado.

-Disculpa, creo que la ropa ya está lista- la lavadora capta mi atención.

-¿Que?- no tengo tiempo para descifrar si esta enojada o realmente confundida por mi falta de interés.

-Por favor espera un minuto- me giro para abrir la lavadora y poder sacar la ropa -es que se apesta rápido si la dejo así- digo por lo bajo intentado explicar mi interés en mi ropa recién lavada -¿entonces, quién eres tú?- me giro con el cesto en las manos y la miro a los ojos mientras dejo el cesto en el suelo -me podrías decir quién eres con exactitud- pido amablemente sin ser hostil.

-Oh disculpa, que malos modales- saca un gorro de policías y se lo coloca en la cabeza -soy el único guardia de seguridad de la academia, puedes llamarme Rokume- no sabía que esta escuela tenía guardia de seguridad.

-¿El guardia de seguridad? Oh entonces si hay un guardia de seguridad- había algunos rumores pero jamás creí que fueran ciertos.

-Me dejaste sin palabras al demostrar tu brillante genialidad como actor, aunque no fui el único que quedó cautivado por supuesto- recuerdo mal obra de teatro y como mi autocontrol desapareció esa noche y todo por ella -impresionaste a todos en la actuación para nuevos estudiantes- los recuerdos se acumulan en mi cabeza y siento vergüenza.

-Esa vez perdí el control pero no quería descontrolarme- intentó defenderme pero la vergüenza tiñe mi voz, el recuerdo de Gia esa noche vuelve a mi cabeza y los nervios me invaden.

-Si lo sé- se acerca más a mi y comienza a formar círculos a mi alrededor dejándome sin salida -esa chica humana con cara de ángel que tanto te gusta provoco tus acciones sobre el escenario esa noche- Gia, todo ha sido por ella -mientras más investigo más me intriga tu situación. Eres un lobo ridículamente tiránico y pervertido obsesionado con Los Ángeles pero déjame decirte que Los Ángeles se convirtieron en demonios- Gia una vez me dijo que se sentía como un monstruo pero ella no lo es, prometí ser su bestia y ella será mi ángel -Eres el hombre lobo mas loco y maravilloso de esta escuela por eso ya puedo ocultarte mi seguir permitiendo que te escondas en las sombras -el sonido de su cascabel se vuelve más intenso y cercano pero no me molesta, estoy intrigado -Porque conozco tu verdadera identidad sé exactamente quién eres- su cuerpo comienza a cerrar el círculo a mi alrededor y apis de temor llega a mi cuerpo pero no me muevo.

-¿Pero entonces dime porque te mantienes escondido si eres el guardia de esta escuela?- mi voz se tiñe de nervios y un sudor frío recorre mi frente.

-Eso es simple- la rabia e ira están presentes en su voz y el círculo que forma su cuerpo se cierra aún más hasta que ya no puedo moverme de mi lugar sin tocar su escamosa piel -porque antes que ser guardia soy una serpiente de cascabel- su cuerpo se siñe al mío y mis pies abandonan el suelo, mis tenis caen pero no lucho sé que es inútil -por eso me avergüenzo de no tener extremidades- el dolor remplaza la ira y su voz suena triste -es una carencia que me acechará siempre. Te envidio por tener lo que me falta- su cuerpo me aplasta aún más y sus escamas raspan mi piel -por favor dímelo joven lobo, tienes unas extremidades hermosas, quiero que me cuentes todo lo que puedes hacer, háblame de la fuerza de combate que posees- el temor abandona mi cuerpo y admito su piel, las escamas dejan de doler y aunque la sensación es rara dejan de parecerme molestas, siguen un patrón preciso y con la luz artificial que ilumina el cuarto de lavado cambian de color.

Come on to play Donde viven las historias. Descúbrelo ahora