El sutil arte de que todo te importe una mi*rda

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Debo ser sutil en mi intento de que todo me importe una mierda pero no es tan fácil, durante el recorrido por el campus para llegar a la oficina del director había mil miradas puestas en mi unas llenas de asombro y otras expresaban ira y odio no los culpo lo poco que he leído de mi especie me hace darme cuenta que merezco el odio de todos.

Las puertas de la oficina del director se abrieron sacándome de mis horribles pensamientos, de ahí salieron dos policías un leon y una hiena, tenían un aspecto serio pero en sus caras estaba plasmada una gran preocupación, ¿que habrá pasado?.

-Lamentó haber tardado- seguido de los agentes salió un tigre con un traje negro y camisa guinda, su semblante mostraba la misma o hasta más preocupación que los agentes -pasen por favor- se hizo a un lado de la puerta para que mis padres y yo pudiéramos pasar y así fue, el director entró detrás de nosotros y cerró la puerta -es un placer tenerte aquí Gia- se paró detrás de su escritorio mientras me extendía su mano -soy el Director Gon- tomé su mano y la diferencia de tamaño era notable sin embargo lo más llamativo era ver que no tenía garras y esto me tranquilizó.

-El placer es mío- sonreí de lado para después soltar su mano.

-¿Hay algún motivo para que dos policías estuviesen aquí?- mi padre desabotono el único botón de su saco color marrón para después sentarse y así mi madre y yo seguimos sus acciones.

-Seré completamente honesto señor Barners- el director intentaba ser lo más profesional posible pero mi padre le provocaba miedo pero a la vez respeto -hubo un incidente con un estudiante- ¿incidente? Que clase de incidente requiere que dos agentes de la policía estén en un colegio prestigioso -hace unos días un alumno fue atacado y acecinado en las instalaciones del colegio- sin darme cuenta mis uñas se estaban aferrando a mis piernas y comenzaba a sudar frío.

-¿Esto como garantiza la seguridad de mi hija?- la molestia de mi padre se percibía en su voz y en su pelaje que de un momento a otro se encrespaba.

-Le aseguró que esto no se volverá a repetir señor Barners, el culpable será atrapado y sancionado por la ley pero usted ya conoce sobre eso- Claro que mi padre conocía sobre "Ley" pues él era abogado pero también sabía lo que los carnívoros podían llegar a hacer, era algo perturbador.

-Confió en usted- mi padre se levanto de su asiento y abotonó de nuevo su saco -pero si algo le pasa a mi hija tenga por seguro que recibirá una fuerte demanda- levante mi cabeza para poder ver a mi padre, él podía provocar miedo pero yo no le temía.

-No tendrá que tomarse esa molestia- el director también se levantó de su asiento y estrechó la mano de mi padre con firmeza -bienvenida de nuevo Gia- su sonrisa era falsa sé que tenía miedo de que me pasara algo y no por mi sino que temía por su propia cabeza.

-Gracias- dije en un susurro casi audible para mi pero sabía que los 3 presentes en la habitación lo habían escuchado perfectamente después de todo tenían un oído muy agudo.

-La señorita Rosa te dará tu horario, tu uniforme y te llevará a tu dormitorio- me levante de mi asiento y mire a mis padres quienes me asintieron dándome a entender que podía retirarme.

Salí de la oficina con la esperanza de volver a ver a mis padres para poder despedirme de ellos.

-Tranquila linda después de que te instales podrás venir a despedirte- la mano de la señorita Rosa se posó en mi hombro y comenzó a caminar hacia los pasillos así que no tuve más opción que seguirla.

-¿Por qué dijo que el club de teatro era perfecto para mi?- realmente no me importaba solo quería romper el incómodo silencio porque mientras más silencio mis pensamientos eran más fuertes y solo necesitaba mantener mi mente ocupada.

-Bueno ahí conviven carnívoros y herbívoros- inclusión pero yo no pertenezco a ninguno de ellos más bien estoy en medio de ambos -ademas eres muy bonita y apuesto a que todos querrán verte arriba de un escenario interpretando un papel estelar -la actuación no es lo mío pero aún así le sonreí.

Mientras caminábamos a mi dormitorio me explicaba los horarios y me mostraba las áreas que íbamos pasando, la tranquilidad llegaba a mi al darme cuenta que los pasillos estaban solos y ya no tenía que preocuparme de las miradas sobre mi espalda.

Subimos unas cuantas escaleras hasta llegar a todos los dormitorios, caminamos unos 10 metros más hasta llegar a uno que decía "5B"

-Este es tu dormitorio, aquí está tu llave- me entrego una simple llave que tenía grabado el número de mi dormitorio -y dentro del dormitorio ya están tus cosas que enviaron tus padres hace unos días y tú uniforme- me sonrió por última vez y se esfumó dejándome sola delante de mi nuevo hogar.

Apreté la llave en mi mano para darme valor hasta que pude introducirla en la manija y con los ojos cerrados abrí la puerta, abrí los ojos lentamente y para mi sorpresa no había nadie, entre con pasos inseguros y admiré el dormitorio, tenía una pequeña ventana que daba a un hermoso jardín lleno de flores, dentro del dormitorio había dos literas, cada cama tenía una cortina para dar un poco de privacidad, tres de las camas ya están ocupadas y tenían un letrero con el respectivo nombre de las dueñas de cada cama, la única cama libre era la cama inferior de la litera de la derecha, noté que mis maletas ya estaban ahí, no eran muchas cosas sólo lo necesario además no tenía muchas pertenencias.

Lancé mi mochila que traía colgada en mis hombros y me dispuse a acomodar mis cosas, saqué mi poca ropa de mi maleta y la acomodé en un pequeño cubículo debajo de mi cama junto con mis zapatos, acomodé mis libros en otro cajón y dejé mis productos de aseo y belleza sobre mi cama, todo se veía en orden menos el uniforme que aún se encontraba sobre mi cama era blanco con un pequeño corbatín era lindo y debajo había un uniforme deportivo un simple short y playera, tomé ambos uniformes y los colgué en el closet que estaba repleto de cosas de las demás chicas.

Salí rápidamente del dormitorio para poder alcanzar a mis padres mientras corría choque contra algo o más bien contra alguien, su pecho era firme y él era demasiado alto ya que mi cara quedaba en su pecho pero no me detuve a averiguar quien era el dueño de ese fornido cuerpo y suave pelaje.

-Lo siento tanto- dije mientras lo esquivaba y seguía mi camino.

-No... no te preocupes- dijo el chico en un ligero susurro que alcancé a escuchar sin embargo no le di importancia y seguí corriendo para llegar con mis padres.

Al llegar mis padres me esperaban en la entrada al campus, mi respiración era agitada pero no me detuve hasta llegar a los brazos de mi madre quien me abrazo derramando algunas lágrimas y no pude evitar sentir un nudo en mi garganta, quería llorar pero debía ser fuete solo serían 2 años y podían visítarme de vez en cuando.

-Cuídate mucho pequeña- mi madre sollozaba y su voz se cortaba con cada palabra y no pude más las lagrimas salieron sin permiso y resbalaron por mis mejillas.

-te amo mamá- era un leve susurro pero sabía que lo había escuchado porque su abrazo se había vuelto más fuerte al igual que sus sollozos, volteé a ver a mi padre quien no podía verme a los ojos, me solté del agarre de mi madre y me acerqué a él, lo abracé sin pedirle permiso pero él me correspondió, mi cara quedaba en su pecho y podía sentir cada latido de su corazón.

-Eres más fuerte de lo que crees- me dijo en el oído y su voz era entrecortada -y vales mucho no dejes que nadie te haga creer lo contrario-y ahí mi padre se derrumbó, jamás lo había visto llorar él era frío como el hielo y aquí y ahora me demostraba sus sentimientos.

Mi padre se separó de mi y tomó a mi madre de la mano para salir por la entrada principal, mis ojos ardían y las lágrimas saladas recorrían mis mejillas sin cesar, esto me dolía mucho pero era lo mejor.

No es tan fácil aparentar que todo te importa una mierda.

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