Gia Barners

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Legoshi POV

Hoy había tenido la oportunidad de levantarme tarde aunque no me había servido de nada ya que mi mente seguía divagando sobre Tem, debía entregarle la carta a Els debía hacerlo por el.

Salí de la cama sin ánimos y tomé el uniforme de gala, mi plan era llevarle algunas flores al altar de Tem y tal vez después ir con Jack por algún refrigerio, los domingos eran tranquilos pero este domingo estaba siendo diferente debido a los acontecimientos, los herbívoros estaban temerosos y los carnívoros éramos juzgados por todos.

Los pasillos del campus se encontraban vacíos si bien todos estaban pasando el rato o organizando un homenaje para Tem, las flores que llevaba en las manos olían delicioso y eran muy bonitas seguramente a Tem le habrían encantado, iba tan sumido en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien corría en mi dirección hasta que ya era demasiado tarde, ella se encontraba con su cara en mi pecho al igual que sus manos, los nervios me invadieron y el tiempo se detuvo, lo primero que percibí de ella era un aroma a fresas, era un aroma dulce y adictivo, baje la cabeza y me topé con un pelaje rubio, no no era pelaje era cabello, mi mano por inercia se encontraba en la cintura de la chica y de un momento a otro se alejó de mi.

-Lo siento tanto- grito alejándose de mi y su voz era una dulce melodía al igual que su aroma.

-No... no te preocupes- sin darme cuenta estaba tartamudeando y no pude evitar ver cómo se alejaba.

¿Donde estaba su pelaje o sus plumas?, ¿O acaso es una nueva especie?, ¿quien era ella?

Todas las dudas se acumulaban en mi cabeza sin embargo un golpe en mi hombro me saco de mis pensamientos.

-Legoshi- dijo una voz que ya conocía era Bill un tigre de bengala que sin bien no era mi mejor amigo era un buen compañero -nos quieren ver en el edificio 3 para hablar de la obra- pasó a mi lado y siguió su camino.

-Esta bien- dije en un susurro y continuó con mi principal cometido que era llevarle flores a Tem.

Mientras caminaba no podía dejar de pensar en lo que había pasado con Tem pero poco a poco esos pensamientos eran sustituidos por la imagen de una chica rubia sin pelaje, quería saber quien era, necesitaba saberlo.

Llegue al altar que se había montado en honor a Tem era gusto en el lugar en el que había muerto un auditorio donde solíamos tomar clases, es increíble pensar que un compañero tal vez apegado a Tem pudo matarlo, era una idea perturbadora, me agache a dejar las flores y admirar el altar, era colorido lleno de flores y fotos de él, apuesto a que le habría encantado, sin darme cuenta una lágrima recorrió mi mejilla y la limpié antes de que cayera, decidí irme de ahí me era imposible estar tan cerca pero a la vez tan lejos de él y aunque no fuéramos los mejores amigos él era un buen chico que no se merecía este final.

Llegue al edificio 3 y decidí ir a los vestidores donde Kai y otro chico hablan sobre cómo Tem tendría que ser remplazado en la obra escolar, como podían hablar de eso cuando uno de nuestros compañeros acababa de morir a manos de otro compañero, salí de ahí antes de que mi pesar se hiciera más grande además tenía que encontrar Els lo antes posible.

Al entrar al auditorio el elenco estaba dividido en dos bandos, carnívoros y herbívoros se dividían y guardaban una gran distancia, esto jamás había pasado todos éramos muy buenos compañeros y ahora solo había buenos y malos, carnívoros y herbívoros.

Subí a donde se encontraban los reflectores, ahí era mi lugar como tramoyista y estaba mejor estando alejado de esta pequeña disputa que cada vez se convertía en una guerra.

Escuche como la puerta se abrió y pude reconocer la voz del profesor de teatro dando la mala noticia de la muerte de Tem pero supongo que se llevó una gran sorpresa al encontrar al club dividido y discutiendo.

-Profesor- dijo Ellen para llamar su atención- se dio cuenta de que Tem solo se juntaba con los carnívoros del club- su voz desprendía rabia y firmeza, Ellen era una cebra con una personalidad fuerte y si se lo proponía podía llegar a ser una gran líder.

-¿Qué dices?- el profesor estaba cada vez más confundido y eso era notorio.

-¿que sospechas de nosotros o que?- el sarcasmos de Bill era notorio y esto comenzaba a sacar de quicio a Ellen.

-Tal vez alguien sintió celos porque Tem consiguió un buen papel en la obra- era obvio que Ellen insinuaba que Bill o algún amigo de Bill había cometido tal atrocidad.

-¡Como te atreves a decir algo así!- Bill se sentía indignado y no lo culpo yo también me sentiría así si alguien intentara acusarme de algo tan vil -por eso jamás he soportado a los herbívoros- esto cada vez se ponía peor.

-¡Que quieres pelear!- el ambiente se tornaba tenso y todos podíamos notarlo y sentirlo, era más que claro que una pelea estaba apunto de desatarse pero la puerta se abrió de nuevo y todo quedó en silencio.

Todas las miradas estaban puestas en la persona que había abierto la puerta, unas eran de asombro y otras de odio y yo simplemente no comprendía porque tenían esa mirada.

-¿Qué está pasando aquí?- reconocería esa horrible y gangosa voz a kilómetros de distancia, era la señorita Rosa la dueña de esa petulante voz.

-Na... da- el profesor estaba nervioso por la situación que se estaba suscitando hace algunos segundos.

-Bien- la señorita Rosa dio unos pasos más hasta que quedó en mi campo de visión junto con una cabellera rubia, era la chica con la que había chocado hace un rato, mis ojos se abrieron como platos y solo quería poder ver su rostro -ella es Gia Barners y será su nueva compañera en el club de teatro, confío en que todos la recibirán y la tratarán bien- todos estaban en silencio con los ojos puestos en la chica que ahora sabía se llamaba Gia, un lindo nombre -profesor estoy segura de que encontrará un trabajo apropiado para Gia- dio la vuelta y salió dejando a la chica sola en medio de una guerra que hace poco era entre herbívoros y carnívoros pero que ahora era contra ella.

-Todos los papeles están cubiertos- el profesor se dirigió a Gia temeroso, ¿que era lo que le causaba tanto miedo de ella? -puedes unirte a los tramoyistas y ayudar a Legishi con los reflectores- No, no, no claro que no, yo no quería trabajar con ella por algo todos mis compañeras la repudiaban -el está haya arriba- el profesor señaló a mi dirección mientras Gia seguía sus movimientos y por fin pude ver su rostro, era blanca casi pálida, con una linda cabellera rubia con destellos amarillos, sus ojos de un color café desbordaban preocupación, su figura era delgada pero estaba tensa, su cuerpo era pequeño y con lindas curvas, era muy bonita claro que no se parecía a ninguna especia que haya visto jamás pero eso no disminuía su belleza.

Gia asintió y se dirigió a donde yo estaba, me puse tenso al ver cómo subía las escaleras hasta llegar a mi lugar, a pesar de que se notaba nerviosa no dejaba de mirarme a los ojos, el sudor comenzaba a acumularse en mi frente y me sentía muy raro, no podía sostener su mirada pero tampoco podía dejar de verla, hasta que su voz me saco de mi trance.

-¿te comió la lengua el gato?- su sarcasmos era notorio y supongo que estaba ¿enojada? estaba de brazos cruzados esperando una respuesta de mi parte.

-Yo... yo- me miraba expectante y eso solo así que mis nervios fueran en aumento, comencé a rascar mi nuca mientras pensaba -tengo algo que hacer- sin mirar atrás salí de ahí, necesitaba estar lejos de ella para aclarar mis ideas.

¿Por qué me ponía tan nervioso con su presencia?, ¿por qué me sentía tan raro y sudoroso?, ¿quien eres Gia Barners y que me haz hecho?

Come on to play Donde viven las historias. Descúbrelo ahora