La presa se vuelve cazador

87 7 0
                                    

POV Legoshi

-Oye Tem- miro a la amable oveja que se encuentra frente a mi -¿el pelaje de las alpacas es distinto al de las ovejas, no?- veo su suave pelaje que forma pequeños rulos esponjosos.

Tem ríe por lo bajo.

-El pelaje de las alpacas es mucho más fino y suave, puedes tocarlo- me dice sin titubear y me sorprende la confianza que me da, sin miedo.

-¿Seguro?- vaciló un poco al pensar que solo pueda estar bromeando.

-Si, claro- el recuerdo del suave pelaje de Tem y su amabilidad me causan una enorme nostalgia.

Él jamás me tuvo miedo.

Era mi amigo.

Confiaba en mí y tal vez en otros carnívoros.

Mi estornudo me hace volver a la realidad.

Un momento.

¿De qué rayos se trata este recuerdo?

Pero en realidad era el nivel de amistad que tenía con Temu.

Quiero encontrar al culpable de su asesinato pero no solo por mi sentido personal e íntimo del deber si no porque... porque yo...

Giro mi cabeza al sentir una presencia detrás de mí pero antes de visualizar a quien está ahí recibo un golpe en la espalda que me hace perder el equilibro aún cuando me encuentro sentado.

Intento volver a visualizar a mi atacante pero este coloca su enorme pie en mi cara impidiéndome moverme de mi lugar.

¿Quién es?

Es alguien enorme

-¡¿Quién eres?!- mi voz sale con dificultad y no recibe respuesta -¡Oye!- intento llamar su atención pero es inútil.

Subo un poco la vista y lo único que logro ver es un puño dirigirse a mi rostro antes de que todo se torne obscuro.

Todo mi cuerpo duele.

Siento el frío piso a mis espaldas mientras mi atacante me arrastra tomando mi pierna en lo alto.

Debe ser enorme porque lo hace con facilidad.

Intento incorporarme lo más rápido que puedo pero el dolor en mis músculos me lo impide pero aún así hago mi mejor intento.

¿Qué está pasando?

Mis ojos vendados por una tela rasposa me impiden ver y no puedo agudizar mi sentido del olfato. Me levanta del frío piso y me toma por mi camisa con un agarre fuerte y firme, mis piernas tiemblan pero no me deja caer.

Maldición, no huelo nada a causa del frío.

-Tu... tu eres quien asesino y devoro a Tem- me duele hablar pero aún así consigo hacerlo, no sin antes ser callado con su mano estrellando mi cabeza contra la pared de frío concreto, puedo sentir el concreto romperse tras de mí o tal vez es mi cráneo, la cabeza me da vueltas y un inmenso dolor se apodera de mi, caigo sin fuerza al piso sin percatarme de que mis rodillas se estrellan en el.

¿Qué es esto, una amenaza?

¿Su forma de decirme que deje de investigar?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Come on to play Donde viven las historias. Descúbrelo ahora