Capítulo 1

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Pisar tierra árida, suelos secos y polvorientos, con poca vegetación y árboles semi destruidos, respirar aire contaminado, temperaturas de cincuenta grados y vivir en la oscuridad se había convertido en el paisaje de todos los días para los apatriados. Un paisaje desolado y el sol brillante del día, creaban una sensación de calor y desesperación que perpetuaba incluso de noche.

Las construcciones y edificios en ruinas, con escombros esparcidos por todas partes, debido a los desastres naturales y la imponente cúpula que se podía observar desde el pequeño territorio que les pertenecía a los apatriados mostraban un sentido de la fragilidad de la vida humana en un mundo devastado.

Además de tener que sobrevivir al día, día; soportar los camiones de la cúpula pasar todas las noches por el pueblo había logrado que unos cuantos comenzaran a sufrir de los nervios; era normal ver algunos soldados en sus autos patrullar las calles, pero este movimiento constante de autos había comenzado a poner en alerta a Drake.

A través de la rendija de una ventana rota iba contando los camiones que iban pasando a gran velocidad; observo hasta que se aseguró de que ya no iban a pasar más y se dirigió al sótano de la casa abandonada donde se reunía con sus amigos.

― Esta vez fueron cuatro ―informó a Lucas.

― ¿Todos los días vas a contar cuantos camiones pasan por el pueblo?

― Se traen algo entre manos.

― Por supuesto que se traen algo, son de la cúpula, siempre están buscando una forma diferente de joder el mundo, seguro deben estar buscando materia prima en alguna ciudad cercana.

― Seguimos permitiendo que nos exploten y ellos se quedan con todos los beneficios ―respondió Drake con rabia.

Lucas suspiro profundo sin responder nada, sabía que si lo hacía solo llevaría a otra discusión con él.

― ¿Por qué no me ayudas con este motor? ―sugirió Lucas para lograr distraer a Drake.

De mala gana Drake tomo un destornillador, y comenzó a seguir las instrucciones de Lucas; por suerte no se le daba tan mal cuando se trataba de mecánica; cuando se trataba de otra cosa se lo dejaba a Lucas, él era el cerebro del equipo.

― ¡Maldición! ―grito Drake.

― ¿Todo bien?

― Me volví a romper el dedo con el puto destornillador.

Lucas comenzó a burlarse entre risas, casi siempre lo hacía, sobre todo cuando Drake se alteraba tanto.

― Te he dicho que hay que cambiar esa maldita lámpara, no alumbra nada ¡No veo nada!

― ¿Y de dónde quieres que saque una nueva? No hago magia.

― ¡No se! Pero si sé por dónde te puedes meter esta.

Era usual los momentos en los que Drake se irritaba, Lucas solo se reía de su humor; después de toda una vida de amistad Lucas había aprendido muy bien cómo sobrellevar a Drake, sabía que la mejor forma de contrarrestar sus rabietas era buscando el lado divertido de la situación.

Eran alrededor de las 3 de la madrugada, las personas aprovechaban esas horas para hacer sus actividades fuera de sus casas, los segundos sin luz solar eran utilizadas al máximo por los llamados apatriados, o mejor dicho los que no vivían en la cúpula que los protegía de los fenómenos naturales.

Debido a la gran contaminación que por siglos se acumuló en el planeta, la capa de ozono había desaparecido por completo, permitiendo entrar los rayos U.V. a la mayor parte de la tierra, trayendo consigo altas temperaturas que provocaron graves cambios climáticos; una gran parte del derretimiento de los polos provocaron que las islas y ciudades ubicadas en las costas se hundieran para siempre. Y eso es solo la punta de todas las consecuencias con las que ahora debía sobrevivir la humanidad, pero la peor de todas era la incapacidad de estar en contacto directo con el sol, estar solo un minuto expuesto directamente a los rayos de sol causaba quemaduras graves, y podía iniciar una enfermedad crónica parecida al cáncer de piel, que avanzaba fácilmente si no era atendida a tiempo y correctamente, provocando la muerte de la persona.

Nueva era (En proceso de edición)Where stories live. Discover now