Agnosco veteris vestigia flammae vetus. (Parte 1)

1K 47 1
                                    

Reconozco las huellas de una antigua llama.


Flashback.

7 años atrás.

¡Mí amor! Sus dos nuevas palabras favoritas. Y los labios de Lourdes eran de miel, la miel más dulce que probó vez alguna. Seguía besándola con ternura y ella lo devolvía con todo el sentimiento. Porque el silencio de la casa en la que se encontraban las envolvía, y eran afortunadas, porque sentían que ese silencio estaba creando la música más hermosa para ambas, eran capaces de escuchar un grillo o ¿quizás fuese una rana? No lo sabía, porque sus oídos estaban más concentrados en el sonido que producía su boca contra la de Lourdes. El movimiento de las lenguas. Siempre le había incomodado el sonido de dos personas cuando se besan, lo cotejaba con el sonido que produce un destapador de cañerías, pero, en ese instante, su boca y la de Lourdes... los sonidos que hacían, se le hicieron deliciosos. La mejor canción que alguna vez escuchó.

Sabía tocar varios instrumentos, sabía manejar su voz al momento de cantar, no era la mejor, pero no era desagradable escucharla. En ese instante, ese preciso instante se dio cuenta de, que jamás había producido un mejor sonido que ese, porque había besado a otras personas, pero nunca lo disfrutó tanto como con Lourdes.

Tomaban sus caras en sus manos, luchaban, pero a la vez se hacían el amor con ese simple contacto.

¡Le dijo que estaba enamorada de ella! ¡Oh! ¡Dulces palabras! ¡Enamorada! ¡De ella! ¡Muy enamorada de ella! ¡Desde hacía mucho tiempo! Claro que ya lo sabía, se lo dejó claro en al menos tres ocasiones. Y no solo eso, la forma en que la miraba, la forma en que la escuchaba, la forma en que se sentía, la quería más que a una amiga, quería intentarlo, sin embargo, tenía miedo, ¿cómo reaccionaría su madre si se enteraba de que se había besado con una mujer y que lo había disfrutado? Le daba temor pensar en cómo cambiarían las cosas con las personas si salía con una chica ¿Qué diría la madre de Lourdes? Es más ¿serían ambas capaces de tener algo más o solo se quedaría como un romance fugaz mientras estaban de viaje? Es decir, muchos aprovechaban esos espacios para enrollarse y "si te vi no me acuerdo", y de repente le dio miedo. No obstante, Lourdes le dijo que había terminado con Galo y que ambas tenían ahora la vía libre.

Ella, Martina Benza, pocas veces se sintió atraída por alguien, pero debido a las decisiones tomadas por sus padres, siempre deseó tener lo que ellos no: una persona con la cual pasar el resto de su vida, que la amara, que la respetara, que todo en la relación fuese reciproco. Quería estabilidad en su vida y si solo fuese una más en la vida de Lourdes, pasaba, pasaba de ello sin pensarlo. Porque bien sabía que las cosas no eran perfectas (cosa que pudo comprobar con Ramiro), estaba consciente de que las cosas se acaban, las personas crecen, maduran y cambian, no necesariamente tendría que pasar el resto de su vida con ese alguien. Pero si se metía con Lourdes, debía ser en algo serio, en algo que la llenase.

-Mar- dijo separándola de sí y volviéndola a mirar a los ojos- En serio, en serio, estoy enamorada de ti. Si no te sientes lista para esto, te esperaré lo que sea necesario- le dio un suave beso en la frente-. Mar, me encanta tu cuerpo, me gusta tu risa, me gusta todo de ti y no estoy hablando solo de lo físico. Eres tan inocente, te falta tanto por experimentar y me muero por enseñarte todo.

Esas palabras, sucesión de pensamientos y deseos la convencieron de que Lourdes era la indicada, porque se sabía interesada en ella. Bien era cierto que Ramiro seguía siendo un recuerdo constante, pero, no era indiferente a Lourdes en ningún sentido. Le gustaba, le encantaba y la adoraba. No estaba enamorada. Aún no. Pero si la seguía besando así...

Nuestra canción favorita // MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora