Capitulo final.

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Nota:

Este no es el capítulo final. Aún quedan unos diez por delante, es solo el título.


-Gabi, ¿podemos hablar un segundo? - preguntó Nico a la mujer sentada en uno de los sillones de su casa tratando de calmar las lágrimas y de apaciguarse. La mujer asintió y le hizo un espacio en el sillón. - Yo no la conozco mucho a usted, pero estoy seguro de que no suele hablarle así a Lourdes.

-¡Por Dios! Soy una mala madre- se lamentó al ver que se había pasado con ella.

-No, no lo es. No sé qué sucedió, pero no debería ser tan fría y cortante con su hija. Ella está pasando por muchas cosas y el actuar más como madre de Martina que de ella la debió haber lastimado mucho más.

-Yo no pretendía actuar como lo hice. Es solo que no quiero que Martina se sienta sola de nuevo y solo quiero que esté en mí vida.

-Lo sé. Pero si usted no le da un voto de confianza a Lourdes, ¿cómo pretende que Martina se lo de a ella?

-¿No te pone celoso que Martina esté cerca de Lourdes?- le devolvió la pregunta.- Es decir, tu mejor que cualquier otro sabe que tuvieron historia.

-¿Por qué me pondría celoso? Yo solo quiero que Martina sea feliz.

-Así que si Lourdes y ella decidieran regresar a "algo", ¿tu dejarías ir a Martina? - Nico frunció el ceño confundido.

-Ah ¿Sí? Señora González, no la entiendo. Yo sería el primero que estaría feliz de que Martina consiga la felicidad y si es al lado de su hija, a pesar de todo el daño hecho y los malos tragos, que así sea. Ahora ambas son más maduras y creo que si se aman de verdad, podrán arreglar cualquier cosa si se lo proponen, si no se votan la basura a mitad del camino. - Gabi se sorprendió.

-Entonces, ¿no te importaría compartir a Martina?

-Ah, ¿no? Mire, no sé de qué está hablando, siempre y cuando ella me siga dando tiempo no le vería el problema.

-¿Cuánto tiempo llevan juntos?

-¿Juntos?- se alarmó- Unos siete años u ocho años- dijo divertido.

-¡Ocho años!- repitió asombrada.- La verdad es que no entiendo las relaciones de hoy en día. Eso del poliamor no es mí cosa.

-Yo amo mucho a Martina- dijo riéndose- y si eso es lo que ella quiere, que así sea. No soy celoso. Aunque con ella sí, un poco. Por eso solo le permito que se relacione con mujeres. Soy el único hombre en su vida. Y ella la única mujer en mí vida.

-Eres un maldito cerdo, machista. - dijo la mujer parándose del asiento.

-No sé qué tipo de relación usted crea que Martina y yo tenemos, pero por mí mejor amiga haré lo que sea porque sea feliz, y si la tengo que consolar por un mal de amor, lo haré, porque ella lo hizo miles de veces por mí cuando alguno de mis novios me ha dejado.

-¿Novios?

-Ajá- dijo riéndose casi a carcajadas.

-¿Estoy en el "crucero de las locas" o qué?- dijo al sentarse de nuevo a su lado.- ¿Dónde está mi hija? Debo irme a disculpar con ella.

-No, déjela, Martina fue con ella. Deben estar hablando ahora mismo. Y escuche, no están peleando.

-¿Tú crees que estén... uh hum, ya tú sabes?

-¿Follando? No lo creo. A veces Martina hace unos ruiditos contenidos y Lourdes los hace más bien roncos.

-¿Qué?- dijo con una mueca de asco.

Nuestra canción favorita // MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora