Llevaba unos buenos diez minutos en silencio con el vaivén en el cuerpo y las manos tapando los oídos, jamás la había visto en una actitud tan infantil. De adelante hacia atrás, una y otra vez. La estaba desesperando porque ni siquiera se atrevía a mirarla. Iba a interrumpir su movimiento poniendo su mano en la pierna de Martina, pero temió que, debido a su estado de ánimo, la rechazara o algo peor. Permaneció en silencio tratando de que el agudo dolor en el pecho se desvaneciera o por lo menos de ignorarlo.
Y Alex, su pequeñito, su precioso príncipe que creía en castillos mágicos, en mundos distantes, en los que su Superheroína lo resguardaría y lo salvaría, se había ido, había sido apartado de su lado por una enfermedad cruel que lo dejó solo en los huesos antes de morir, sufriendo en su pequeño cuerpo de indecibles dolores. ¿Cómo estaría ahora si no hubiese muerto? ¿Sería feliz? ¿Amaría a Martina con la misma intensidad que ella? ¿Ya habría aprendido a decir su nombre apropiadamente ya que siempre decía "Lude" cuando le preguntaban cómo se llamaba su madre? A esas alturas ya estaría preparándose para inscribirlo a la escuela y había muchas en las que ya había planeado meterlo, casi desde el mismo momento en que lo tuvo en brazos por primera vez.
¡Dios! Es que no había momento del día en el que no pensara en él. Era un niño maravilloso, muy inteligente y guapo, que a duras penas sabía pronunciar bien las palabras. ¡Solo era un niño! No quería buscar culpables de su enfermedad, porque estaba más que consciente de que ese tipo de enfermedades daban sin tregua y sin importar sexo, edad, etnia, si era bueno o malo, nada de eso importaba, pero odiaba las estadísticas, por las probabilidades de que ese tipo de Leucemia tan poco común y fuerte le diera precisamente a su pequeño amor.
Alex era lo único que le dio vida cuando más hundida estuvo y es verdad que sin Martina sintió casi morir, sintió cómo su vida se desmoronaba cada vez más, pero Alex sin necesidad de hacer nada, fue lo suficiente para hacer que se sintiera fuerte, hasta el punto que incluso la unió de nuevo de alguna manera extraña con Galo, ya que, a pesar de haberse casado con él casi una semana después del nacimiento de Alex, nunca fueron un matrimonio real, solo fueron un par de conocidos compartiendo un mismo hogar y criando a un niño juntos. El sexo esporádico estaba a la orden del día, pero más para quitar las ganas que por una conexión emocional o física y ambos tenían relaciones fuera del matrimonio y lo sabían, nunca fue un secreto que casi desde el principio, Galo, le fue infiel con una de las mujeres que trabajaba en el hotel en el que se hospedaban en la "luna de miel" de una semana que tuvieron.
Pero después de todo, a pesar de lo que sucedió, Galo también fue un pilar en su vida, fue el padre que Alex necesitaba siendo tan pequeño, el hombre fue verdaderamente bueno con el pequeño y se adoraban. Pero el vacío de saber que con quien despertaba en las mañanas no era Martina le carcomía y quizás por eso fue por lo que nunca fue capaz de tratar de ser feliz con Galo. Por otro lado, fue capaz de casarse con Galo más por la confianza de que él sería el indicado para hacerlo, porque lo conocía de casi toda la vida, porque se querían de alguna manera inexplicable sin llegar a ser amor verdaderamente, aunque puede que en algún momento así haya sido, pero eso fue muchísimo antes de Martina.
Galo sí había sido un padre para Alex, no como Dan, al cual solo vio de nuevo al momento de registrar a Alex y este le diera su apellido. Poco más en el futuro, ni siquiera se interesó por saber de su hijo, ni de cómo era o si siquiera ya había aprendido a caminar. Y en más de una ocasión su madre le preguntaba por qué no lo demandaba por el sustento del pequeño, ya que, si era el padre al menos que le diera algo, pero ella por terror y por asco, prefirió dejarlo estar y rogar jamás saber de nuevo de ese hombre en su vida y que se le cayera un avión encima o algo.
Lo último que supo de él directamente fue cuando se descubrió la enfermedad de Alex y tras una larga lucha la cual su cuerpo no soportó a pesar de tener a los mejores médicos a su disposición, entre ellos a Gabi y a ella misma a pesar de ser solo una enfermera, murió en sus brazos en esa misma casa, frente al "mar" artificial.
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Nuestra canción favorita // Martuli
Fanfic-Recuerdo la sensación de su piel contra la mía. Recuerdo la manera en que me miraba. Recuerdo todos los momentos que vivimos. -¿Pero...? -Pero... también recuerdo como sufrí con su partida y, hoy en día, sigo sin poder olvidarla. Y jamás lo haré. ...