Por favor... Ámame. [Mikasa x Tu] ~Yuri~

;;Pensamientos.

Su cuerpo se apartó del mío con fuerza, su rostro estaba completamente rojo y estoy segura que el mío también.

—_____, verás... —había cometido la peor estupidez de mi vida. —tu no me gu-

El intentó de una fingida cargada salió de mi boca.

—¿¡En serio te lo tomaste a pecho? —siempre hacia esto, — solo estaba jugando Mikasa! —por el simple miedo a que se alejara de mi, miedo a que me odiara, siempre lo mismo; huía como un conejo asustado.

Me levanté con una fingida sonrisa y salí del lugar ya que por fin había logrado escapar. Estaba muy adentro en el bosque, eso se hizo denotar al camino de regreso.

Estaba triste, pero no podía permitirme demostrarlo ya que ella estaba detrás de mi, a no más de 5 pasos de distancia, así que cualquier cambio de firmeza en mi ser lo notaría.

¿Por que estábamos tan lejos? Sentir como sus pasos van detrás de los míos me desespera, tengo la sensación de que quiere caminar más rápido y ponerse a mi lado, pero no lo hace.

Estuve tan concentrada en mis pensamientos y en el no perder la firmeza que no me di cuenta en qué momento llegamos.

Christa estaba en la puerta de la cabaña aparentemente esperándome.

—¡_____! —chilló al verme para luego correr hacia mí para abrazarme. —estaba preocupada ¿Donde estabas?

No dije una sola palabra y solo la abracé con fuerza evitando soltar lágrimas.

—hice algo estúpido de nuevo. —susurre con la voz fragmentada, sentí como sus manos se posaban sobre mi espalda abrazandome.

—Vamos adentro. —propusó separándose y llevándome dentro de la cabaña, antes de que ella cerrará la puerta;
logré ver los ojos de Mikasa pegados a nosotras, estaba enojada.

- Mikasa -

Las vi entrando a la cabaña, Christa tomaba su mano; cada vez que ella terminaba sus juegos conmigo soltaba una carcajada y se iba con Christa sin importarle que pasará con mi mente.

—Como que por fin llegan. —ymir interrumpió mis pensamientos.

—Si, —di una pausa —¿Tu sabes que tipo de relación tienen ______ y Christa? — pregunté.

—hasta donde yo se son amigas. —respondió.

Si.., solo son amigas, ¿Entonces por qué estoy enojada?

[ • • • ]

Pasaron algunas semanas desde que me besó, no ha vuelto a bromear así desde entonces y me evita aún más que antes.

Desde que tuve esa charla con ella todo se volvió confuso, sus palabras e acciones parecían no ser propias de _____ en ese periodo de tiempo.

Ahora mismo estaba siendo regañada por el instructor, pero no parecía importarle, su mirada estaba perdida y metida en su propia mente, como si no hubiese dormido bien por un mal sueño.

Siempre tuve la misma pregunta: "¿Que es lo que pasa por su cabeza?" Siempre fue una persona muy impredecible, caprichosa, terca y aveces hasta molesta; Pero aún así, sin saber el porqué, llegué a tomarle cariño a esas cosas.

Miré sus ojos, recordando la primera vez que actuaste de esa manera, éramos pequeñas: no teníamos más de siete años. Pediste que me casará contigo cuando seamos adultas, no aceptaste un no como respuesta y tuve que aceptar.

Creo que olvidaste eso por completo, ahora me pregunto ¿Por que recordé eso tan derrepente? ¿Extraño esas cosas? Era molesto, pero aún así era su cariño.

A mi cabeza vino la conversación que tuve con ella, dijo cosas muy extrañas y estoy segura de que no era _____.

Miré sus ojos sin tener idea de porque había preguntado quien era Agatha, si yo ya lo sabía, pensando en lo estúpida que fui al preguntarle eso.

Con pequeño toque en mi hombro atención pidió una persona, miré queriendo saber de quién se trataba, Armin.

—¿Tienes idea de lo que le pasa a _____? Christa me dijo que le empezó a evitar. —se veía preocupado por ella tanto como yo.

Con un movimiento de la cabeza negué, sabía que me evitaba a mi ¿pero Christa? Eso no es normal.

La situación era intrigante, pero tenía que seguir entrenando.

[ • • • ]

- Narrador -

Su cabeza con fuerza pego contra el suelo, sujetada por el cuello sin posibilidad de respirar, mientras que el cuchillo de madera que en su mano estaba sobre el cuello de la otra se encontraba, aunque en la posición equivocada, la ira que hervía la sangre y se hacía notar en sus muecas era implacable, heridos rostros e rojos nudillos dejaban ver qué peleando durante un tiempo habían estado.

—¡Suficiente! —gritó el instructor haciendo que un bufido se diera de la rubia que el cuello de la pelinegra soltó.

Con la respiración agitada está aflojó sus extremidades dejándose completamente caer al suelo.

La gente con lástima miraba la situación de esa chica, había estado esforzándose durante meses para poder tan solo darle un golpe a esa mujer.

Se sentó en el suelo poniendo sus manos en el rostro y ahogando un grito frustrado.

En duda si acercarse o no Mikasa miraba, con un sentimiento de incompetencia en su cabeza al saber que no podía ayudarla de ninguna manera debido al impedimento del instructor.

Al ver que la ojiazul se paró de su lugar ella se acercó con preocupación.

—¿Estás bien? —preguntó, de reojo la miró pero ninguna atención le prestó. Ya arta está le agarró la muñeca y con el seño fruncido susurro a su oido: —Te veo detrás de la enfermería, en la madrugada.

La verdad; no tengo idea de lo que estaba pensando esa mujer, pero me encantaría saberlo.

—
|Dato que nadie pidió pero se los traigo: ______ mide 1.52, pero a pesar de ser un Omega llegará a los 1.68, debido a que viene de una familia de gente alta.
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Pido perdón por tardar tanto en actualizar, el liceo no me da tiempo y también tengo que pasar por los bloqueos de creatividad.
Pero ni modo
Les dejo este temazo

—

¡Hasta la próxima!