Capítulo 2 - Tutora.

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personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

una de las hermanas tomó su mano y atendió los primeros auxilios, aún no comprendía cómo pudo haberse causado semejante herida, incluso le costaba el solo estar frente a esa abertura, pero no podría dejar a ese chico desangrarse y de alguna manera logró tratarla.

-en serio no te duele?.- interrogó aquella chica de corta cabellera. El chico del gorro negó con su cabeza. -no, no me duele.- contestó, ya había aplicado muchos desinfectantes que harían revolcarse del dolor a cualquiera, por eso mismo el resto de hermanas se alejó un poco observando todo, casi imaginándose el sufrimiento, pero al final parecía tener razón porque no se le vio actuar de la forma que uno esperaría.

-bueno, esto es todo lo que puedo hacer.- dijo al fin dejando una nueva venda sobre la piel del joven. -lo prudente sería ir al hospital.- terminó por aconsejar y él solo le miró confuso, solo con ello podría saberse que no puede contar con esa opción.

-es extraño.- susurró al separarse de él, nino solo permanecía alejada y preocupada por ese chico, después de todo si tenía todo aquello era a causa de ella. -y cómo fue que esto pasó?.- la voz de una de sus hermanas la trajo a la realidad, una explicación debería de ser dada, pues todo parecía girar en torno a nino, se intimidó al ser señalada por los 4 pares de ojos azules, entonces sus labios ofrecieron una respuesta.



-vaya, así que eso fue lo que pasó!.- dijo algo emocionada la chica que le había ayudado, ahora que le prestaba atención pudo detallarla mucho mejor, aunque no tuvo mucho que decir de ella, pues era idéntica al resto salvo por su cabello corto y su ropa. -entonces ayudaste a nino, eso si que es un alivio!.- siguió añadiendo, gokú permanecía sentado en un sillón, siendo cuestionado por las hermanas de nino.

en tanto a la calamidad ocurrida en la calle, nino se encargó de maquillar un poco el relato para no preocupar a sus hermanas, aunque incluso pareció no ser necesario al final.

-mi nombre es yotsuba, como has dicho que te llamas?!.- interrogó de forma bastante animada. -me llamo gokú, son gokú.- respondió, un nombre un tanto extraño, pero eso solo traía más curiosidad.

-dime, como fue que alguien como tú pudo supuestamente someter a tres hombres?.- preguntó una de las cuatro que permanecía en la sala, un tanto dudosa por ese relato que se fue dado, esta chica tenía el cabello más largo que yotsuba, aunque no tan liso como el de nino y un poco más claro, eso fue lo único que vino a su cabeza al verla.

-sé artes marciales, me gusta luchar!.- con algo de entusiasmo respondió a las dudas de la chica. esta vez le miró detenidamente esos inusuales ojos rojizos, uno no podría esperarse aquella actitud después de todo lo que había ocurrido, pero eso no era como los animes o mangas en dónde esa clase de chicos suelen ser fríos.

-nunca te había visto por estos lugares.- otra de las hermanas añadió, había permanecido recostada en otro asiento, aparentemente ajena a todo pero sí que escuchaba todo.

-no vivo por esta zona.- contestó rascando su mejilla. -vivo al sur, pero he escapado de casa y luego encontré a nino-san y ahora estoy aquí.- trató de ofrecer su respuesta.

-has huido de casa?.- aquella declaració pareció arrebatar bastante atención de la última hermana, si habría algo que destacar en ella sería los audífonos que colgaban en su cuello. -por qué has hecho eso?.- se acercó lo suficiente y terminó de preguntar, notando como el chico rascaba su nuca buscando una respuesta.

-bueno, he escapado de mi tutor personal.- contestó nerviosamente. -no se me da muy bien lo del estudio, así que he salido a pasear sin avisar.- aquella declaración hizo que los ojos de todas las presentes se abriesen, y luego unas risitas adornaron el ambiente, incluso nino que permanecía en la cocina no evitó asomar la cabeza por ese comentario.

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