Cuando abrí la puerta, un nudo en mi garganta se instaló de inmediato cuando vi a la mujer sonriente en la cocina. Estaba cantando una canción mientras que preparaba la cena y eso solo hizo que mis ojos brillaran por culpa de mis lágrimas contenidas.
Me giré hacia Jasper que estaba frente a mí en la puerta y me sonrió. Una diminuta sonrisa de consuelo. Lo vi asintiendo con lentitud en un gesto de apoyo. Así que inhalé profundo y apreté los labios, preparándome para lo que venía. Esto tenía que funcionar.
—¡Y no te quiero volver a ver! —exclamé.
—Keira, por favor... —murmuró él.
—Adiós, Jasper —musité cerrándole la puerta en la cara.
De aquí el plan comenzaba a correr. Mientras yo me giraba fingiendo enojo, y mis lágrimas —estas si siendo netamente genuinas—, cada vez más nublaban mi campo de visión, mi madre venía hacia mí en un gesto preocupado. Hizo el amague de abrazarme, pero con todo el dolor del mundo estando latente en mi pecho, negué con la cabeza, subiendo las escaleras rumbo a mi habitación, en donde azoté la puerta.
—¡Kai! ¡Cielo! —escuché a mi madre desde afuera—. ¿Qué sucede, quieres contarme?
Saqué una mochila de mi armario y la tiré en mi cama, Jasper subió por la ventana y comenzó a ayudarme a empacar y fue cuando la primera gota salada resbaló por mi mejilla.
—¡Déjame en paz! —casi que sollocé a mi madre.
—Hija, por favor.... ¿Fue Jasper? ¿Te hizo algo?
El rubio y yo intercambiamos miradas y mientras yo guardaba mis documentos, que eran lo único que faltaba, él me acarició la mejilla con el pulgar. Inhalé hondo, con la respiración entrecortada y cerré la maleta, colgándomela al hombro.
—Kai, háblame, cielo.
Cerré los ojos y caminé hacia la puerta, la abrí y lo primero que vi fue a mi madre lanzándose hacia mí para envolverme en un abrazo. Eso casi intensifica el llanto, pero me mordí el labio con fuerza, sintiendo el nudo en la garganta.
Dejé que me abrazara. Prolongué el momento por si esta era la última vez que me veía, que yo la veía. Dejé que el olor a su perfume me inundara, y memoricé el calor de sus brazos alrededor de mi cuerpo. Entonces me separé y negué con la cabeza, endureciendo mi voz.
—Él no me hizo nada —respondí de forma tosca, alejándome de ella y caminando hacia el baño para tomar mi cepillo de dientes y guardarlo en un pequeño bolsillo.
—¿Para qué la maleta? —inquirió mi mamá mirándome con el ceño fruncido.
Estaba segura de que ya tenía una idea de a lo que iba, pero eso no hacía menos difícil el hecho de que me mirara de esa forma, tan aterrada. Fue allí cuando solté la bomba, incapaz de mirarla a los ojos.
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Curiosity || Jasper Hale.
FanfictionKeira Gray tenía una vida bastante normal, al parecer. Vivía en el condado de Arizona, en Phoenix, con su madre. Iba a clases de Ballet desde los cuatro años, en donde conoció a la que se volvería su mejor amiga, Bella Swan, quien fue su compañera d...