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Seokjin y yo estábamos en problemas.

La noche anterior no podía dormir que al final incluso no logré despertarme, y nadie de mis compañeros lo hizo.

Seokjin marcaba al teléfono de la dirección estudiantil un tanto molesto porque nos habían abandonado, literalmente no había nadie de la preparatoria, ni autobuses, ni estudiantes y menos maestros, era una provincia así que no podíamos solo regresar en taxi.

La dirección habló con Seokjin y prometieron mandar a alguien que pudiera recogernos, pero mientras debíamos esperar en aquel lugar.

— Lo siento Seokjin, no pensé que podría quedarme dormido. — estaba tan apenado que no quería ni verlo a los ojos.

Seokjin traía en su espalda su cosas que había llevado, eso era muestra de que él si había estado listo a tiempo para irse pero por despertarme no llegó tampoco.

— No pasa nada, no creo que tarden demasiado. Además es mejor que ir junto a los demás en el autobús. Es como un taxi VIP.

— Tienes razón. — reí por el comentario de Seokjin y solo así el ambiente cambió a algo más amigable.

— Bien Namjoon, ¿Qué quieres hacer ahora?.

Aquella pregunta fue la que hizo que algo dentro de mi se iluminara.

Empezamos por ir a desayunar, ambos juntamos dinero suficiente para tener una comida en un pequeño café cerca de donde nos habíamos hospedado.

— Oye, mira este helado, es demasiado extraño su color, se ve "apetecible".— Seokjin sonreía y bromeaba como nunca antes, y por primera vez sentía que estaba relajado, sin fingir sonrisas y totalmente divertido, así que me contagió aquel sentimiento.

— Entonces deberías probarlo, no debes juzgar al helado por su apariencia, podría saber mejor de lo que se ve.

— ¡Oh vamos! Hay que probarlo juntos.

Y así fue como probamos un extraño helado con menta, chocolate, vainilla y chilly. Ese día conocí el peor helado del mundo, pero cómo podría odiarlo tanto si me divertí demasiado.

Al acabar estuvimos caminando por los alrededores, había lugares para rentar botes y remar, pero no teníamos dinero suficiente así que solo nos sentamos en la orilla para lanzar piedritas al río.

— Namjoon, si lo lanzas más lejos que yo al regresar a la cuidad te compraré lo que quieras.

— ¿Estás seguro?

— ¡Claro! ¿Acaso estás subestimandome?

— mmm, entonces... ¿debería pedir un auto? No, no, no me gustan los autos, quizás deba pedir un vuelo a jeju Haha.

— Okey, cancela lo de cualquier cosa, pero cualquier comida sí.

— Bien, quiero un jokbal.

— mmm, bien. Eso eso es sencillo.

Seokjin lanzó primero y la piedra fue un fracaso, porque realmente no había llegado tan lejos como lo imaginé, así con todas mis fuerzas y concentración lancé mi piedra tratando de conseguir mi jokbak coreano.

Y la piedra rebasó la distancia que la de Seokjin.

— Vamos a tener que salir a comer Seokjin. — le sonreí victorioso y festejé con mis manos seguidos de un "yes".

La tarde se estaba acabado, y Seokjin y yo habíamos recorrido juntos todo lo que se pudiera recorrer, incluso fuimos a un pequeño mercado cercano y tomamos algunas fotos a los al rededores.

¡Hey tú! ¡El chico malo! ♡︎ 김남준 ; ☁️ TERMINANDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora