Capítulo 4

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En el bosque.

Capítulo 4 Oscuridad.

El tiempo transcurría y seguía sin saber qué carajo había pasado con Sophia, no sabía cómo había pasado la noche, o si estaría viva.

Estaba llena de lodo, cansada, y con la garganta tan seca que hasta pasar un poco de saliva dolía, y para aumentar un poco más la mala suerte el dolor estaba matándome, lleve una de mis manos a mi costado derecho. – Mierda, la herida se abrió.

Decidí parar para examinarme, bajo los árboles, con las manos llenas de cortes, un dedo roto, y completamente cubierta de tierra, hojas secas, y mi propia sangre.

Parecía uno de ellos, exceptuando el olor a podredumbre podría bien caminar entre ellos.

Tenía un corte en la frente, que ocasionaba que mi rostro se llenara de sangre, lo que en contacto con la tierra de mis manos hacía que se formara una especie de "lodo rojizo" que nublaba mi vista, mi ropa estaba desgarrada casi por completo, los jeans anteriormente negros estaban completamente sucios.

Y tan destrozados que podía apreciar mis piernas a través de la tela, llenas de heridas y raspones, ¡puf! ni siquiera hablar de mis brazos, el delgado suéter no me protegió nada. – Si tan solo hubieras tomado la chaqueta Marie no te verías tan de la mierda.

Pensaba, el suéter estaba tan rasgado que dejaba a la vista mi costado izquierdo, tenía algunos moretones, raspones y cortes ocasionados por las rocas.

Una rama me había hecho un corte que bajaba del hombro izquierdo a mi espalda, toque un poco la zona con las yemas de mis dedos, dolía como la mierda.

Si que estaba  jodida, a pesar de que los rayos del sol no me pegaban directo en la  piel sentía el cuerpo arder cuando la cálida luz de estos se colaba entre las hojas de los árboles

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Si que estaba  jodida, a pesar de que los rayos del sol no me pegaban directo en la  piel sentía el cuerpo arder cuando la cálida luz de estos se colaba entre las hojas de los árboles.

Era, como si cauterizaran todas las heridas a la vez, en ese preciso momento hasta el roce del aire me lastimaba.

Para este momento sería 1 día y medio sin probar agua, lo máximo que había comido era un conejo con Sophia de eso habían sido ya 2 días, fué cuando estábamos en el arroyo. – ¡Si, eso era! ¡Seguro ella corrió hasta allá por la estúpida muñeca! .

Sonreí levemente ante la idea, con la poca fuerza que tenía me decidí a avanzar, en medio del bosque, cerré los ojos tratando de escuchar el agua del arroyo, era un sonido muy sutil, casi imperceptible, me movía siguiendo el sonido del agua.

A un paso tan lento que parecía eterno, de vez en cuando las raíces que sobresalían de los árboles me hacían tropezar, cuando caía parecía imposible reincorporarme, cada paso era más pesado que el anterior, los párpados se volvían pesados.

Sentía los labios totalmente secos, al igual que la lengua, tragar saliva parecía imposible, avance casi 50 metros cuando escuché el relinchar de un caballo y un par de golpeteos más.

The Last Ones HereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora