Trabajaba para la armada norteamericana como médico de trauma. Cuando la infección comenzó, todo el personal militar y de sanidad debía reportarse para ser reubicado.
Nos llevaron al hospital de Saint Mary en Salt Lake City, Utah.
Tras dos semanas...
El mundo antes de los muertos era hostil,salvaje, pero ahora, se había vuelto inhumano, ya no había lugar para buenas acciones. Dos automóviles se interponían en nuestro camino, Carl aún seguirá volteando atrás una que otra vez, en busca del sujeto que nos suplicaba por ayuda.
Los muertos comenzaron a acechar en las ventanas, Rick nos pidió tapárnos los oídos, fue rápido terminar con ellos se había vuelto algo habitual, sin remordimiento alguno, logramos sacar el auto del lodo, manejamos hasta el pueblo.
La primera parada, claro era la comisaría, Rick, tenía la esperanza de que aún encontraría armas allí, no es que yo estuviera molesta o quisiera contradecir las decisiones que tomaba, sabía el motivo. Pero, Carl, me hubiera gustado que no creciera de esta manera.
Michonne, Rick, Carl y yo entramos a la armería, todo, absolutamente todo estaba vacío, Rick estaba desesperado, en cuclillas tratando de encontrar siquiera un rastro de pólvora. Pero fue Michonne, quien bajó las cajas encontró una única bala dorada, la tomó entre sus dedos.
— ¿Hay otras estaciones de policía? — Decía sosteniendo la bala entre sus dedos.
— Yo era toda la policía. — Soltó Rick molesto. — Algunos otros y yo, no es un pueblo grande.
Miraba a Carl, fascinada por lo fácil que era para él adaptarse a este mundo, estaba en silencio, con el arma entre más manos, preparada para cualquier cosa.
— Hay otros sitios que revisar.— Rick rascaba su frente.— Quizá no haya tantas armas como había aquí pero...
— Necesitamos todas las armas que había aquí. — Interrumpió Michonne.
La situación con el gobernador era estresante, seguimos, hasta los vecindarios, buscando en los locales que había mensionado Rick; Cerca de donde estaba la casa de los Grimes un sin fin de trampas tapizaban la calle, los caminantes se atoraban entre autos con palos en punta, jaulas con animales dentro los atraían, todo lucia aterrador.
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Sin dejar de mirar hacia todos lados caminábamos revisando cada sección, en un paso en falso una de las trampas de activo, disparos comenzaban a rafaguearnos, nos refugiamos tras un viejo automóvil.
La mirada de Rick, se clavó en la mía, una de las balas había me rosado el brazo, en el último año ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que algo así me ocurría, y aún que aún dolía como la mierda, ir derramando sangre con caminantes cerca sería un problema.
Por el reflejo del espejo, vi en la cornisa del edificio a un hombre encapuchado . Podíamos escuchar su voz. "Salgan de ahí y tiren las armas." El plan, era distraerlo para poder acabarlo.
