Capitulo 27

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En la prision, días después.

Capítulo 27: Jaque Mate.

Es difícil saber cuando verás a alguien por última vez, pero ... cuando aprendes a detectar las señales sabes cuando es hora dé despedirse.

Reencontrarme con Daryl me dió algo que, no pensé volvería a tener, esperanza.

Vagamos por los bosques como hacíamos antes en la gran ciudad, pero, ahora había un par de cosas diferentes en nuestra travesía, mi hermano lucia como mi hermano, pero sabía que había cambiado, había mejorado.

En el grupo de Atlanta, encontró algo que yo nunca fui capaz de darle, una familia, sabia por Glenn y la pastorcita que ahora también había una mujer en su vida.

No una cualquiera, podía sentirlo.
La quería.

¿Que es lo que se supone debía decirle?

— Daryl ... ¿Estamos bien, cierto hermano?

— Si Merle, lo estamos.

— Hay algo que está molestándome hermano y mucho, digo luces como mi hermano, como el hijo de puta que crié pero ¿Lo eres? ¿Eres el mismo?

La mirada de odio tan conocida de un Dixon se esfumó al tocar fibras sensibles, desvió la mirada.

— Ya cállate Merle, camina tenemos que buscar un lugar seguro.

— Viejo, oye ... yo, mmm ¿Cómo decirlo? Sabes que no soy bueno en estas mierdas, pero... te conozco maldita sea.— Lo jalé del chaleco de cuero, desequilibrando.— Eres mi hermano maldición.

— ¿Eso importa? ¿Eso te importa caso? ¡Mierda! ¿Qué ocurre contigo? ¿que te hace pensar que ahora somos una familia feliz?, dejé a mi familia en esa prisión, con la maldita amenaza de la gran mierda con la que estabas, los dejé por ti, ahora camina y cierra la boca.

Mierda.No conozco a esta nueva persona, pero de alguna forma retorcida lo entiendo, yo lo preparé para esta vida, pero jamás imaginé que él encontrara una verdadera razón para vivirla hasta el final.

Mi hermano había cambiado, avanzaba tras él buscando alguna forma de remediar el pasado. Estábamos allí parados a mitad del bosque, buscando entre los arbustos algo que comer.

— No hay nada más que hormigas y mosquitos.- Apuntaba con la ballesta a los arboles.

— Paciencia, hermanito.-Decía mientras orinaba en un árbol cercano.— Tarde que temprano una ardilla se cruzará en tu camino.

— Incluso así no es mucha comida.

— Será suficiente.

— Tendría más suerte revisando las casas que pasamos.

— ¿Eso te enseñaron tus nuevos amigos? a saquear en vez de buscar tu propia comida... genial, te malcriaron hermanito.

— Llevamos horas en esto, ¿Por que no buscamos un arroyo y pescamos algo?

— Por que creo que solo tratas de regresar al camino, llevarme a la prision... con ellos, no soy idiota Daryl, todo lo que sabes yo te lo enseñé.

— Vamos Merle, ahí tendríamos un techo, comida, paredes, baños, más de lo que nunca tuvimos... no seria mala idea ir.

— Para ti quizá, pero para mi no será una fiesta precisamente. – Tomé un puño de hojas secas entre mis manos, a Daryl lo aceptarían, estoy seguro, pero yo soy el enemigo, no me dejarán entrar allí.

The Last Ones HereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora