Capítulo 29

264 17 2
                                    


Capítulo 29: Un día gris.

Después de la junta, me alejé, sabía que Daryl estaría a la defensiva por lo de Merle.

La mayoría del grupo no estaba de acuerdo con que Merle estuviera en la prision, sobre todo Glenn. ¡Oh, mierda! El odio que ese chico tan carismático y gentil que conocía ardía como el mismo infierno. Las pelas que tenía con Maggie lo incrementaban todo.

Teníamos una amenaza de muerte tocando a la puerta, una asesina loca que usaba espada, un desconocido al que todos veían como el mismo diablo en persona, problemas de pareja con Maggie y Glenn y... a Rick volviéndose loco.

Esa tarde, evite cruzarme con cualquiera del grupo, descansar de los problemas que se acumulaban, "Hechar la basura bajo el tapete." Así lo llamaría mi abuela de estar aquí.

La comida escaseaba nuevamente, así que con los pocos materiales disponibles en una prision, salí.

Un par de cuerdas frágiles y los restos de un cuervo, cruce el frente de la prision sin problema alguno, ahora venía la parte difícil, el patio.

Con el crujido del pasto seco bajo mis botas atravesé la alambrada, el sol me quemaba la piel, estando afuera, llene mis pulmones de aire, podía sentir el aire caliente adentrándose a mi cuerpo acompañado de ese olor a putrefacción abrazando el interior de mis pulmones.

Heché un corto vistazo hacia lo que ahora llamaba hogar y seguí mi camino hacia los árboles, colocando trampas a mi paso, las trampas que aprendí de Daryl y que con el tiempo aprendí a mejorar.

Y repé a uno de los árboles, ese en particular era resistente, con cómodas bifurcaciones y agujeros, tenía una bella vista desde la copa, así que me dejé caer sobre las ramas como si de una cómoda cama se tratase, sintiendo el aire acariciándome el cuerpo, cerré los ojos, y volví a aquellos tiempos donde el tránsito, los aviones y la gente hacían este momento imposible.

"Pasajeros del vuelo A23, se les informa que tendremos turbulencias, recuerden permanecer en sus asientos, les agradecemos su atención...

Exhale lento, apretando los dedos de la mano sobre el asiento, el corazón me latía como loco, sudaba frío y sentía el cuerpo tan tenso que si intentaran moverme, me rompería como el cristal.

— Increíble que a la mejor soldado del pelotón le aterren las turbulencias.

— ¿Podrías cerrar la boca Gallagher? No es necesario recordarte que tú eres infantería, así que cierra la boca, es una orden. — contesté rabiosa.

— Como ordene Teniente. — El chico de ojos aceitunados y piel rosada colocó su mano sobre el dorso de la mía. — Puede estar tranquila, si se cae no sentirá el golpe.

El calor de su mano alivió la situación, así que decidí hablar.

— Gallagher, usted ... parece joven para haber aceptado esta misión, ¿Que edad tiene?

— Acabo de cumplir los 18 años, e querido ser militar desde que tengo memoria y cuando supe que esto pasaba en el mundo, me metí como voluntario, pronto, como esto acabe Teniente, la llevaré a casa, es a las afueras de Omaha, mi abuela querrá conocer a la mujer que me regresará con vida.

Esa blanca sonrisa, con dientes perfectamente alineados me irradiaba en la cara, era tan parecido a mi, y a Johan, mi hermano."

"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
The Last Ones HereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora