Trabajaba para la armada norteamericana como médico de trauma. Cuando la infección comenzó, todo el personal militar y de sanidad debía reportarse para ser reubicado.
Nos llevaron al hospital de Saint Mary en Salt Lake City, Utah.
Tras dos semanas...
Ayudar a Carol, quizás ese fue el peor error que cometí, unos troncos cayeron en mi camino, yo no pude volver pero estoy segura de que la vi subir a uno de los autos, grite y corrí tras ellos, pero solo se alejaban cada vez más rápido, aún recuerdo el calor de las brasas, el olor a piel quemada, es repulsivo.
Los recuerdos son confusos desde que me adentre en el bosque, por supuesto que no podía quedarme ahí esperando a que regresaran por mí, aún que sabía que lo harían, regresarían por mi, corrí hasta el amanecer, aún podía oírlos.
Antes de salir de la granja, logré sacar el bolso de armas, pero para mi mala suerte, ya me había quedado sin balas, el cansancio era tanto que cada paso era como caminar sobre brasas, siempre e sido una mujer fuerte, así que no me rendiré, no moriré, no hoy.
Tropecé, cayendo sobre mis espaldas, cayó enzima de mi, luche con todo lo que tenía, podía sentir la sangre cayéndome justo en la cara al desgarrar partes del caminante sobre mí, creí, que tal vez en un momento morí y no me dí cuenta,estaba dándome por vencida, dejé de pelear y cerré los ojos.
Al momento, escuché un sonido, como el que hace un cuchillo al atravesar un trozo de carne, abrí los ojos y una espada tenía atravesado al caminante que estaba sobre mí,giré la mirada en dirección al mango de la espada, mi cuerpo se congelo al ver lo que estaba ante mis ojos, de alguna forma confirmé mi patética suposición.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La muerte, fue lo último que ví, un par de horas más tarde cuando, desperté con la ilusión de encontrar a Amy, mi hermanita, o tal vez ver de nuevo a Dale a Sophia o a mi familia.
Pero en cambio una mujer de tez negra me miraba desconfiada, su nombre era Michonne, me encontró en el bosque, por meses nos ocultamos ahí.
Michonne y yo nos volvimos grandes amigas, aunque no entendía por que ella seguía conmigo, hace unos cuantos días que tenía tos y escalofríos, no soy tonta sabía que en estas circunstancias moriría.
Nunca permanecemos en un solo lugar así que mientras encontrábamos un lugar seguro caminábamos buscando comida y refugio.
Cerca de las vías del tren, la desgracia vino hacia nosotras cuál pantera al acecho, yo había empeorado, fiebres cada vez más altas, vómito y aunque Michonne hizo todo lo posible por mejorar mi salud,nada funcionaba.
Era inevitable debíamos parar, nos dirigimos al bosque, el ruido un helicóptero sobrevolando nuestras cabezas llamó nuestra atención.
Estábamos en shock ¿Un helicóptero en pleno apocalipsis?¿Alucinabamos? tras su paso dejaba un camino de humo negro, vimos perplejas su inminente choque.
