Capítulo VIII

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Anubis꧂

Washington D.C.
29 de septiembre de 2021
08:00 A.M.

Melissa

Estoy en el punto más pleno de mi sueño cuando comienzo a escuchar unos golpes en una de las ventanas de mi habitación, me muevo de un lado a otro en la cama cuando siento un cuerpo a lado mío y recuerdos de como llegue a casa llegan a mi mente. Un hombre de seguridad sacándome de «El Pandemónium», Marco y yo discutiendo, él y yo dentro de la camioneta, él entregándome una pastilla y una botella con agua para pasarme la pastilla, Mike manejando, yo sacándome el cinturón de seguridad y después… yo acostada en mi cama, yo tomando un baño, yo acostada en mi cama otra vez y Marco delante:

—¿Te quedarás a dormir? —pregunté.

Y después nada, me incorporo rápidamente creyendo que la persona a mi lado es Marco, pero por suerte solo es Dinna, respiro aliviada y vuelvo a la cama, pero los golpeteo en mi ventana no cesan, suenan como si le arrojaran algo al cristal. Reviso la hora, las 8:00 A.M. me dirijo a ver que es ese ruido, corro las cortinas un poco, tratando de que la claridad no entre y despierte a mi mejor amiga, corro el cristal y salgo al pequeño balcón, una piedra me golpea en la mejilla, me acerco al barandal y me doy cuenta de que es mi prima la que está arrojando piedras a mi ventana.

—¿Qué estás haciendo? —le pregunto con tono de fastidio. —Estaba dormida.

—Cállate —susurra —Ayúdame a subir.

—Hay escaleras ¿Sabes?

—Tu nana ya está despierta y acabo de llegar, me mataría ¿Sabes? —me voltea los ojos —Mueve el culo que tengo resaca y solo quiero dormir.

—¿Cómo demonios piensas subir Emily?

—Lánzame una cobija, yo la sostengo y tú tiras de ella hasta que ya esté arriba.

—¿Una cobija? —le pregunto —¿Estas loca?, eso no se puede.

—¿Nunca has visto “Enredados"?, la cobija funcionaría como el cabello de Rapuncel.

—Es el tercer piso Emily.

—Ella vivía en una torre, si podemos.

—Te vas a matar, espera, bajaré a uno de los cuartos de la segunda planta para que puedas subir por ahí.

—Bien, pero date prisa —entro rápido a mi habitación y voy directo a despertar a Dinna.

—Dinna, despierta —la muevo y le hablo hasta que despierta.

—¿Qué? —habla con tono perezoso.

—Ayúdame a meter a Em a la casa.

—¿A Emily? —abre los ojos y asiento —¿Dónde está?

—En el jardín, acaba de llegar y no se quiere topar con mi nana, así que vamos, que nos cuente después —se incorpora de la cama y bajamos a una de las habitaciones de la segunda planta, abro la venta y Em esta justo debajo. —Aún es muy alto.

—Lánzame la jodida cobija —me dice. —Me van a encontrar aquí parada como idiota.

—Te puedes lastimar —le dice mi mejor amiga.

—Chicas, soy porrista y antes practicaba gimnasia artística, tengo fuerza en brazos y piernas, hagan lo que les digo —obedecemos, unimos dos sábanas a través de un nudo y después atamos uno de los extremos al barandal y la lanzamos.

—Listo —digo, sostenemos la sábana del borde atado en caso de que se desate y mi prima comienza a subir.

—Jodida mierda —Se queja. —Ayúdenme, jalen y hágame más fácil el trabajo —lo hacemos hasta que sus manos tocan el barandal, coloca los pies en el piso del balcón y se impulsa para subir una pierna y saltar. —Joder —se queja cuando sube el pie y se toca el vientre, pero al instante disimula. —Listo —dice una vez esta con nosotras.

La Excepción A Mis ReglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora