𝙼𝚘𝚍𝚒𝚏𝚒𝚌𝚊𝚗𝚍𝚘 𝙻𝚊 𝚁𝚎𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍 [Mikey x fem oc]

卍 Capitulo 1

La muchacha ahora estaba sentada en un columpio, sin entender nada de lo sucedido. Hace un momento vió como alguien moría y ahora estaba sentada en un parque, de noche. Miro a su alrededor tratando de comprender lo que sucedía, sin embargo a los minutos notó como del otro lado del parque un chico de cabello rubio amenazaba a unos niños que molestaban a otro. Su rostro por alguna razón la pareció familiar, no pudo evitar quedarse mirando mientras hablaba con el chico que antes estaba siendo acosado.

Perdida en sus pensamientos entró en razón cuando lo oyó gritar.

- 4 de julio en 2017, ¡Recuerda ese día y protege a tu hermana!

¿2017?

Por primera vez desde que su paisaje cambió le puso atención a su cuerpo, traía una camiseta dos tallas más grande y unos shorts holgados, su cabello corto y una zapatillas rojas. Sin duda alguna era como en su adolescencia, cuando se vestía andrógina para evitar que sus padres la reconocieran por las calles. Aquel tiempo cuando se metía en peleas por dinero, justo un par de años antes de conocer al líder de aquella pandilla.

Volvió la vista hacia los chicos, lo último que vio fue a ellos estrechándose las manos, en seguida su alrededor cambió nuevamente a como era hace un rato.
La estación del metro, al mirar a su lado nuevamente estaba el chico que antes había caído, otra vez alguien lo empujó, pero en ese momento otro joven de cabello negro le tendió la mano rápidamente ayudándolo a salir.

¿Es posible que haya soñado despierta?

Poco después del incidente el chico perdió la conciencia y fue llevado por el chico de cabello negro.

Regresó a casa con normalidad, sin embargo los sucesos se repetían constantemente en su cabeza. El como todo cambió repentinamente y la relación que podría tener con ella. No podía concentrarse en dibujar.

Los pensamientos seguían inundando su cabeza.

Miraba fijamente el techo de su habitación cuando todo de nuevo pareció cambiar, en un parpadeo su paisaje cambió de la desordenada habitación a la florería en la que solía trabajar en su juventud.

Gracias a su vestimenta y altura podía conseguir trabajos simples a pesar de su edad, mentía sobre su género y edad pero eso le ayudaba a sustentarse. Cargaba los recipientes llenos de agua y flores todos los días, además de ello paseaba a los perros del vecindario y era mecero en un pequeño restaurante familiar.

El dinero que ganaba en peleas al azar por las calles lo gastaba en pequeñas "recompensas" para si misma.

Fue obligada a practicar distintas artes marciales por su familia, a pesar de su gran habilidad nunca fue capaz de satisfacer las expectativas de sus padres.

Ahora lejos de casa, utilizaba aquel conocimiento en peleas clandestinas. Una fuente de dinero que funcionó siempre.

𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊 𝙾𝙲

Recuerdo este lugar, es el departamento que Satō-san, lo rentaba a un precio considerablemente bajo. Ella siempre fue amable, casi como una madre. Me ayudó a inscribirme en una escuela cuando supo que huí de casa.

Aun no comprendo por que de pronto regresé a este lugar, es como si el tiempo hubiera retrocedido.

Recuerdo que la primera vez todo volvió a la normalidad en cuanto aquellos chicos estrecharon las manos, ¿fue coincidencia?

Sacudí la cabeza en negacion.

No puede estar pasando algo así, es seguro que debe ser un sueño. El tiempo no puede cambiar drásticamente, no es posible volver doce años en el pasado sin razón alguna.

¿Por que me sucede esto a mi? Justamente cuando comenzaba a ser reconocida por mi trabajo.

Decidí dormir con la esperanza de que al despertar todo volvería a ser como antes, nada sucedió...

Al ver que seguía en el mismo lugar me levanté rápidamente, caminé dando vueltas por la habitación pensando en lo que sucede. Al voltear la mirada por un segundo me percaté de que en el reloj marcaban casi las 4 p.m

- Mi mal hábito de dormir demasiado no despareció - me lamenté en voz alta.

Tomé un baño y me cambié para salir a dar una vuelta y tratar de averiguar algo sobre lo sucedido.

Pasé por un parque cerca de la escuela, vi a un grupo de chicos amontonados observando una pelea.

Un chico estaba recibiendo una inminente paliza y todos se limitaban a mirar.

Ahora lo recuerdo.

Fue en esa pelea que alguien apuñalo al que le estaba dando la paliza a su amigo, fue arrestado después de eso. Al parecer era una pelea de apuestas.

¿Podría cambiar el futuro si me entrometo?

Sería bueno obtener algo de dinero.

Cuando me acerqué a la escena alguien más se había metido ¿es el chico rubio que vi en el parque?

Bien, ahora era el quien recibía la paliza. ¿Es estúpido? ¿Se entrometió solo para recibir golpes por otro?

Cuando el más grande pidió un bate se encendió una alarma en mi cabeza, a este paso alguien terminaría muerto. Me abrí paso entre los delincuentes que miraban expectantes la escena.

- ¡Oye, tu! - levanté la voz para llamar su atención.

- ¿Que quieres, pedazo de mierda? Este bastardo y sus amigos son mis esclavos ¡Si sigues entrometiendote me aseguraré de partirte la cara!

Eso definitivamente me encabronó, ese imbécil me estaba insultando.

- Que divertido, un bastardo patético trata de amenzarme. Ni siquiera puedes continuar una pelea limpia ¿crees que un bastardo como tu me asusta?

Escuché como algunos chicos se molestaron y otros se sorprendieron, todos murmuraban.

- ¿Esta retando a Kiyomasa?

- En verdad es estúpido, terminará muerto.

- Esa pequeña mierda acaba de cabar su tumba.

Miré a la persona que ensanchaba una sonrisa.

- ¿Quieres apostar? - lo reté.

Los muchachos miraban sorprendidos, claro, es normal considerando que alguien más pequeño y de apariencia débil acaba de retar a su jefe, alguien que imponía respeto a los idiotas débiles que lo rodeaban.

- Así que ahora pones las cosas interesantes ¡Bien! Si pierdes me pagarás 8000 yenes, si no lo haces morirás.

- Y si yo gano, dejarás libres a ese idiota y a sus amigos, además me darás 5000 yenes.

Todos comenzaron a reír y apostar, obviamente por el, pero justo cuando estaba por pelear nos interrumpieron.

- Oye, Kiyomasa - un chico bastante alto llegó caminando e inmediatamente todos hicieron una reverencia, incluído el estúpido de Kiyomasa.