𝙼𝚘𝚍𝚒𝚏𝚒𝚌𝚊𝚗𝚍𝚘 𝙻𝚊 𝚁𝚎𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍 [Mikey x fem oc]

卍 Capítulo 12

Un cálido abrazo los envolvía, reconfortandose entre sí mientras disfrutaban el tranquilo momento juntos. El sonido de la lluvia era lo único que se escuchaba desde el interior del tranquilo apartamento donde ambos convivían.

En días así es cuando ambos recaen, la realidad se cierne con peso sobre los hombros de aquellos adolecentes que habían perdido todo, juntos abrazándose en vano intento de recordar aquellos años en los que al menos un poco de felicidad abundaba en sus vidas.

El muchacho tomó el brazo de la rubia, mirando con atención las cicatrices en sus brazos, no era la primera vez que las veía ya que ella solía traer camisetas de tirantes cada vez que deseaba estar cómoda, pero nunca antes les había puesto tanta atención. En un momento de inseguridad trató de apartar el brazo para evitar que siguiera mirando, ella las había hecho, pero eso no significa que estuviera orgullosa de ello, era todo lo contrario, al verlas solo se asqueaba de si misma y quería evitar que Manjiro se sintiera de esa forma hacia ella. El no se lo permitió, en un rápido movimiento la jaló más hacia el, pegando el brazo de la chica a su mejilla para posteriormente acercar suavemente sus labios.

Ninguno conocía ese sentimiento, para ellos era un simple efecto más de la necesidad que tenían de aferrarse a alguien, de sentir la calidad de otro ser humano, pero, de alguna forma era diferente. No eran nada especial para el otro, no eran más que una herramienta y aún así se sentía distinto.

Ambos se fundieron en un suave beso, sintiendo la calidez de sus labios y la tranquilidad que les producía estar juntos. Perdiéndose en sus emociones poco a poco fue llenándose de pasión. La rubia se fue acomodando lentamente en el regazo del muchacho, el poso su mano en la cintura de la contraria pegando más su cuerpo al suyo.

"No es nada especial"

Ambos trataban de convencerse a si mismos. Siempre se acercaban en busca de consuelo, por qué a pesar de todo aún querían dejar de sentir aquella soledad que los consumía, necesitaban llenar ese vacío de alguna forma.

Trataban de sanarse mutuamente sin tomar en cuenta que solo seguían rompiéndose a si mismos.

Al fin y la cabo solo eran un par de adolescentes que habían sufrido demasiado ¿no eran demasiado jóvenes para eso?

Ella era suya y él era suyo, se habían embriagado en un cuento de hadas, desesperados por escapar de la realidad.

Los momentos cálidos pronto terminarían.

El consuelo en las noches oscuras dejaría de estar presente.

El sentimiento de ser protegidos se desvanecerá.

De cualquier forma ambos lo sabían, que aunque se sintiera dulce estar junto al otro pronto se volvería amargo, por que estaban envueltos en un caos, por que no sabían controlar sus emociones, por que antes de darse cuenta ellos eran lo único que les quedaba.

¿Que harías para no perder lo único que te queda?

Sus vidas fueron opuestas casi por completo, aprendieron lecciones contrarias a las del otro.

Ella estaba dispuesta a proteger con su vida lo que apreciaba para no perderlo de nuevo, en cambio el estába dispuesto a dejarlo ir antes de sufrir otra pérdida.

Ella quería mantenerlo y el necesitaba soltarla.

¿Que clase de herida dejarían en el otro cuando llegará el momento?

• • •

- Puedes quedarte con el lugar si quieres, de todas formas no pienso volver, no quiero ver tu rostro de nuevo y no quiero que te acerques más.

La rubia quedó pasmada.

¿Que pasaría si hubiera dicho lo que sentía en ese momento?

¿Habria cambiado algo si respondía a lo que dijo?

Eso nunca podría saberlo, por que al igual que siempre prefería callar sus sentimientos para tragarse las emociones con dureza, aunque eso terminara lastimando más.

Así fue como terminó, aquella noche bajo la lluvia, terminó como empezó.

La lluvia de ese día se llevó consigo las lágrimas que secaron borrando rastro de aquella época.

•••

¿Quien tendría la gentileza de pegar las piezas de ese corazón roto?

A nadie le importaba después de todo. Pero de alguna forma estaba molesta, fue élquien le habló primero, fue él quien la buscó primero, fue el quien propuso ese trato y se aferró a ella ¿por que fue ella quien terminó herida?

Era algo obvio como terminarían las cosas, era algo predecible saber que lo que hicieron no haría más que lastimarlos, aún asi, sin importar cuanto duela el espacio que dejó vacío nunca podría arrepentirse de ello. Ella aceptó el trato, ella aceptó su cercanía, y también fue ella la primera en enamorarse.

No sabría siquiera si aquello contaba como amor, después de todo se utilizaron mutuamente todo el tiempo.

Parece una tragedia romántica barata.

No podía culparlo a él, no podía culpar a nadie, su vida sencillamente estaba destinada a ser un fracaso, a terminar sola.

Al fin y al cabo aquellas palabras siempre resonaron en su cabeza, nunca se borraron.

"Eres una persona horrible, tu actitud es un asco y tu personalidad es espantosa, por eso estoy seguro de que algún día terminarás completamente sola. Nadie podrá querer a alguien como tu."

Era cierto, ¿no?

Estaba cansada, cansada de vivir, de recordar, de esforzarse ¿por que no acabar con todo de una vez?

Sentada en la orilla de aquel edificio seguía meditando.

¿Esto tiene algún sentido?

Una ola de preguntas sin respuesta abundaba en su mente, no había quien le respondiera.

Quería dejarse caer, quería sentir el viento y la adrenalina antes de acabar con su miseria, de cualquier forma nada tenía sentido llegado este punto ¿Por que sus piernas no se mueven? ¿Por que sus brazos no se sueltan?

¿Por qué siente miedo?

Quería llorar, gritar, terminar con todo, pero una vez más se sintió cobarde, no pudo moverse, no pudo seguir.

• • •

Sentí un frío cortante antes de despertar, todo se sentía tranquilo y distinto a la vez. No fue bueno soñar con el pasado.

Moví la cabeza hacia un lado esperando a que mis ojos se acostumbrada a la luz, por los rasgos anaranjados del cielo podría decir que está anocheciendo. Luego de un rato de calma pude asimilar que estaba en un hospital.

Escuché la puerta abrirse y ahí estaba él, con una expresión de sorpresa mirándome fijamente.