VIII

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Nada puede ser perfecto

Nada puede ser perfecto

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Narrador omnisciente

Una semana después se encontraban camino a Rio de Janeiro, Brasil, el pequeño peliverde se veía emocionado y el brillo en sus ojos era enorme, sin poder ocultar su emoción

La pareja se encontraba rumbo a su primera aventura con las expectativas al límite y sin esperar lo que les venía, al fin y al cabo, solo eran un par de viajeros...

Llegaron a un pequeño departamento destinado a solo una persona ya que según lo que Izuku había dicho se encontraba cerca del lugar donde iba a trabajar, además era báratro y accesible.

Primera noche

La pareja entro al edificio que se encontraba en uno de los barrios bajos de la ciudad, en el lugar había gente tomando y los tabacos no se hacían esperar aún que ahora había una pequeña diferencia... un olor que a Katsuki le parecía conocido, sin embargo, no lograba distinguir.

- Cannabis... - Dijo Izuku en tono bajo en cuanto entraros al lugar que aun que era similar al anterior este tenía solamente luces rojas y la vibra era pesada la cual a Bakugo no le daba un buen presentimiento

- Izuku... vámonos – Le pidió con nervios

- No puedo... si no me reporto tendré problemas con el tío Ryan – cada vez que el peliverde mencionaba ese nombre Katsuki sentía un escalofrió como si le estuvieran dando su sentencia de muerte, nunca lo había visto, nunca había cruzado palabra con el... sin embargo sentía temor.

El cenizo tomo el brazo del peliverde para evitar que se fuera a lo cual el pecoso lo miro molesto con el ceño fruncido

- Suéltame, sabes que tengo que ir... - Dijo mientras forcejeaba con el mayor

- No es seguro... Vámonos, no tengo un buen presentimiento y tu mejor que nadie sabe que nunca me equivoco con esto... solo por hoy vayámonos... diremos que estabas indispuesto y te presentaras mañana – El rubio se negaba a soltar su brazo pero el peliverde estaba más que molesto a estas alturas, se acercó al rubio para besarle sin previo aviso, el cenizo se sorprendió ante el beso al cual correspondió rápidamente sin esperarse la fuerte mordida que le proporcionaría el menor provocando que este lo soltara y sujetara su labio el cual ahora sangraba

- Vete a casa si quieres... nos vemos más tarde – El pecoso comenzó a caminar una vez más sin mirar en dirección a su compañero quien probablemente estaría molesto y con el orgullo que se cargaba sabia mejor que nadie que se iría sin problema.

Entro al cuarto que le habían indicado para cambiarse y arreglarse, puso su mochila en una silla para comenzar a sacar sus cosas hasta que escucho como tocaban la puerta, él se acercó y abrió dejando ver a una chica, era un poco más alta que él, su piel era morena y su cabello rojo pasión

Traveler | BakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora