Solo era un viaje antes de entregarme a la vida adulta, mis amigos dijeron que lo necesitaba, un viaje a un país desconocido que se encontraba al otro lado del mundo donde tal vez pocos o tal vez nadie, me conocerían como el más prometedor ante el t...
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Bakugou Pov
- Disculpa... - dije con un tono nervioso con el cual yo nunca hablaba, yo no era inseguro, ¿Qué te pasa katsuki?, él se detuvo aun con la hoja en mano esperando a que continuara hablando – Yo... yo podría... quería... invitarte un... ¿café? – Dije mientras me acomodaba la mochila en el hombro y baja la mirada el suelo en un acto nervioso, después de tomar una bocada de aire para retomar mis fuerzas volví a levantar la mirada para saber si él seguía ahí, pero paso lo que menos estaba en mis planes, el chico estaba justo delante mío con una sonrisa en su rostro la cual luego se convirtió en una leve carcajada que para mi gusto era melodiosa.
- ¿Me quieres invitar un café? – Dijo mientras volvía a mirarme con ese par de jades verdes que me tenían acorralado, dije que si con la cabeza a lo cual el volvió a reír - No eres de por aquí, ¿cierto? – Continúo hablando a la par que me miraba de pies a cabeza y detenerse en los kanji's que estaban grabados en la portada de la libreta la cual no me había percatado que aún estaba en mis manos, miro el reloj en su muñeca y volvió a poner su mirada sobre mí – Esta bien, invítame un café – Dijo con esa sonrisa que me puso nervioso desde la primera vez que la hizo, apreté la libreta y rápidamente la metí en mi mochila, lo intente hacer tan rápido que sentía como hacia el ridículo al no poder abrir el cierre de la mochila, esto lo confirme al escuchar su risa de fondo, en estos momentos tenía su risa tan marcada que sería difícil olvidarme de esta, no me importaría no poder olvidarla, era preciosa. Ya tenía todo listo, me acerque a él y comenzamos a caminar por la apenas iluminada calle que nos llevaba a la salida del mirador, mire el reloj que adornaba mi muñeca el cual marcaba las 22:00, era tarde pero no lo suficiente... La noche aun es joven.
Entramos a la pequeña tienda que se encontraba al final de la calle y el pidió los dos cafés, me sentía inútil al aun no poder articular ni una palabra para comenzar una conversación con él, los cafés llegaron rápido en un vaso desechable y una tapa de plástico, los tomamos, pague pos las calientes bebidas y salimos del pequeño lugar para continuar caminando ahora por la calle principal que era escasamente iluminada por las farolas y la gran luna.
- ¿Eres chino o algo así? – Dijo mientras le daba un pequeño trago al líquido caliente del vaso
- Si... - Dije en lo bajo sin darme cuenta de mi respuesta mientras hacía lo mismo que él con el café que tenía en las manos.
- ¿Me podrías decir algunas cosas en chino? – Me reí al momento de darme cuenta de lo que anteriormente había respondido, quería corregir mis palabras, pero me resistí a hacerlo
- Watashinonamaeha Katsukidesu – (mi nombre es Katsuki) Dije al fin en japonés a lo cual el me miro bastante confundido y con la boca semi abierta
- Okay... Espero que me hayas puesto una maldición o algo... la tuya por si acaso – Dijo mientras le daba otro trago al café y luego reía, me uní a su risa contagiosa y adictiva, podría escucharla por horas y más si yo la causaba – Tienes una risa muy linda... – hablo mientras se detenía a mirarme, baje un poco la mirada para llegar a la altura de sus ojos - ¿Si sabes inglés? – dijo de golpe a lo cual solo fruncí un poco el ceño – No busco ofenderte ni nada... pero no has hablado desde el mirador, así que supuse que tal vez no sabías... - bajo la mirada apenado mientras le soplaba al líquido tibio de su vaso.
- Si, lo hablo sin problema... - contesté nerviosamente y vi como sus ojos brillaron
- ¡¿Eres bilingüe?! ¡Yo también! – dijo bastante emocionado y sonriente dando un pequeño brinco con esos zapatos negros que tenía un leve tacón, esto me provoco un leve sentido de curiosidad así que comenzamos a hablar más fluidamente.
Su nombre era Izuku Midoriya, al principio no entendía el porqué de su nombre japonés cuando él vivía en EE. UU, hasta que me explico que sus padres eran japoneses, pero migraron después de la muerte de su madre, su padre falleció dos años después así que básicamente era huérfano, tenía 21 años y su sueño de toda la vida era ser modelo después de que le dijeran que tenía una cara linda, así que aprendió español por que según él quería viajar a otro país para ser una belleza exótica y ganar fama rápido, lo único que aún era desconocido para mí era su Quirk pero no le tome importancia. Después de un rato el volvió a mirar su reloj y la expresión de su rostro cambio drásticamente a un semblante preocupado.
- Me tengo que ir – Dijo mientras tiraba su vaso en uno de los basureros cercanos – Gracias por todo Katski, espero verte después – Dijo mientras sonreía y se despedía con la mano, pero no podía dejarle ir, no así, lo detuve sin pensarlo tanto, el me miro confundido a lo cual yo solo reaccione soltando su mano.
- No te vayas... por favor – pedí en un tono nervioso, el me miro tiernamente para después acercarse a mí y tomar mi rostro entre sus finas manos.
- 1. No me toques sin mi permiso, 2. No me puedo quedar. 3. ... – Guardo silencio un segundo para después soltar mi rostro y fumigarme con la mirada – Tienes que cuidarte... - Dijo para acto seguido volver a bajar la mirada, lo mire confundido - De qué?... - Dije preocupado ante su tono y comportamiento, no sabía si era una amenaza o era en serio, en ese momento ya me estaba preparando mentalmente para pelear y lo defendería a muerte en caso de ser necesario - De mi... - Soltó de repente para mi sorpresa, no sabía cómo tomarlo o que expresión hacer - ¿Te refieres a tu Quirk? - Pregunte seriamente, tal vez su poder era tan fuerte que podía matarme en algún momento, no lo sabía así que me confundía más, pero esa hermosa carcajada se llevó toda mi preocupación y estrés. - ¿Quirk? jajaja yo no tengo un Quirk... soy un Quirkless - Dijo mientras dejaba de reír y me miraba tranquilamente - No tengo buena fama en estos rumbos... no me gustaría que al relacionarte conmigo tu visita se vuelva mala - Miro a sus espaldas en donde al final de la calle se encontraba un taxi, él parecía reconocerlo - Me están esperando... solo... olvida que nos conocimos, ¿sí? - ¿cómo podría olvidarlo? como lo haría si su risa estaba tan marcada en mis oídos, no me gustaba la idea de perder algo que acababa de encontrar, ¿tan difícil seria mi vida si la conocía más? no me importa arriesgarme, quiero descubrirlo.