Solo era un viaje antes de entregarme a la vida adulta, mis amigos dijeron que lo necesitaba, un viaje a un país desconocido que se encontraba al otro lado del mundo donde tal vez pocos o tal vez nadie, me conocerían como el más prometedor ante el t...
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Katsuki estaba sentado en la entrada del edificio, el reloj marcaba las 12:15 de la noche y el viento corría salvajemente.
- ¿Que hace aquí tan tarde? — pregunto el encargado de recepción mientras tomaba su lugar dentro del cuarto de mantenimiento - Nada en particular, no puedo dormir y... El cuarto se siente muy solo... — el tono de voz del rubio era triste y su mirada estaba completamente perdida en la puerta de entrada del edificio.
Parecía como un perro fiel en espera de su dueño, tenía leves ojeras bajo sus ojos carmesí, estas delataban que no era la primera vez que se quedaba hasta tarde esperando al peliverde
-¿Quiere un poco de chocolate caliente? — pregunto el hombre de avanzada edad mientras sacaba de el pequeño refrigerador un termo color rojo — mi mujer me dejó un poco del que puso en la ofrenda de hoy — el hombre sonrió y saco dos vasos desechables de color blanco - Claro... — respondió el cenizo mientras se levantaba del frío suelo y se acercaba al cuarto de mantenimiento
El anciano sirvió los dos vasos y le acerco uno al joven, este lo tomo entre sus dedos temblorosos de frío y soplo levemente al líquido caliente
- Es linda noche, ¿No crees? — dijo el adulto mientras miraba a un lado de la puerta donde se situaba un pequeño altar lleno de velas, flor de cempasúchil, comida y unas cuantas fotos — mi Renata estaría encantada con esta hermosa noche — dijo en un suspiro mientras le daba un trago a su bebida - ¿Renata? — pregunto el rubio mientras imitaba la acción del hombre - Mi hija... — respondió el hombre mientras volvía a dar otro trago a la cicuta — Falleció hace unos años en una misión... — la nostalgia invadió su voz — Era heroína... Una de las mejores en su generación, y no lo digo por ser su padre... — una sonrisa adorno su rostro — Todos decían que su sentido de la justicia y el bien terminaría llevándola a su fin... Y era de esperarse en un país como este... — su voz se quebró levemente sin dejar de sonreír — Atrapó a una red de trata de blancas.... Aún que le costó mucho, salvó a muchas niñas a costa de su vida... — volvió a mirar el pequeño altar donde la foto de su hija coronaba la mesa — amaba el chocolate caliente que su madre preparaba y le encantaba salir al patio cuando el viento corría tan fuerte como hoy... Decía que tal vez podría volar.... — el hombre miro al cenizo el cual lo miraba asombrado y confundido — lo siento, seguramente solo te estoy aburriendo... — se disculpo el anciano mientras sonreía penosamente - al contrario... — hablo el rubio mientras volteaba a ver el altar — ¿porque ponen todo eso? — cuestiono mientras daba otro trago a su tibia bebida - Es una tradición... Se dice que de esta forma tus seres queridos que ya no están entre nosotros regresan una vez al año para comer y visitarte... — al anciano se le iluminó la mirada — me encanta pensar que mi Renata está justo ahora sentada con su madre tomando una taza de chocolate mientras le cuenta todo lo que a visto... — suspiro y una leve gota resbaló por su mejilla — era muy platicadora y parecía que no podrías callarla — volvió a reír y miro al rubio — ¿tienes a alguien a quien te gustaría volver a ver? — pregunto gentilmente - Yo no... Pero... — miró la entrada del edificio — Puedo... ¿Puedo poner una foto? — pregunto nerviosamente mientras miraba al señor - ¡Claro! Todos pueden poner su foto...
