Solo era un viaje antes de entregarme a la vida adulta, mis amigos dijeron que lo necesitaba, un viaje a un país desconocido que se encontraba al otro lado del mundo donde tal vez pocos o tal vez nadie, me conocerían como el más prometedor ante el t...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Izuku POV
Bakugou comenzó a trabajar en el bar, al principio me pareció una tontería pero era lindo verlo en traje intentando ser amable con personas a las cuales apenas entendía, ese ceño fruncido que delataba su confusión era lindo y hacia resaltar su parte humana que alejaba su ego enorme. Por mi lado las cosas no eran muy diferentes, Rosalía me seguia ofreciendo aquellas pastillas de color de las cuales yo no sabía el origen No recordaba mucho de lo que pasó aquel día que me las dió por primera vez pero por lo que me dijo Bakugou me puse muy cariñoso y por lo que recuerdo al día siguiente sentía mi cabeza a punto de explotar como si de una resaca se tratase.
Hoy es solo un día más, era temprano y me encontraba intentando hacer el desayuno con las pocas cosas que había en la nevera, apenas iba a tomar la leche cuando sentí unos brazos grandes rodear mi cintura, mire hacia arriba y me encontré con aquellos ojos rubí que veía casi siempre al despertar, la luz de la ventana le daba justo en la cara y provocaba que sus ojos resaltarán aún más, el me sonrió y beso ligeramente mi frente mientras movía sus brazos para tomar mi cintura con sus manos, la apretó levemente y separó una de sus manos, la estiró para tomar una manzana que estaba delante en la mesa. - Buenos días... — dijo mientras se separa y caminaba hacia la pequeña mesa del lugar, volteo una silla y se sentó en ella, acto seguido le dió una mordida a la fruta que se encontraba en su mano -Buenos días — le contesté con una sonrisa mientras ponía una tasa de café delante de él y otra del otro lado para mí, puse en el centro unas tostadas de pan y me senté con el - ¿Que harás hoy?, ¿No es tu día libre?— hablo mientras ponía la manzana a un lado y le daba un trago al café - No lo sé, es mi primer día libre desde que llegamos... ¿Quieres ir a dar la vuelta por la ciudad? — le pregunté mientras tomaba una de las tostadas y le daba una mordida, mire al cenizo el cual tenía una sonrisa en el rostro -Me parece perfecto, ayer me pagaron mi primer sueldo y podré invitarte algo decente — dijo mientras me imitaba y le daba un trago al café -¿Que tiene de malo nuestra comida?— dije mientras reía levemente -Izuku... Comemos sándwiches diario, eso no es comida — soltó una risa que me hizo sentir como mi piel se erizaba — aún que si tengo que comer sándwiches diario por el resto de mis días que son preparados por ti, no me quejare... — me miró y sentí mis mejillas ponerse calientes -Entonces... Vamos a ir a caminar por la ciudad — dije mientras me terminaba la tostada y le daba el último trago al café, Katsuki se acabó el café y la tostada mientras se levantaba de la mesa, tome la tasa y mire en dirección al lugar de Bakugou— Katsuki... — llame su atención provocando que me mirara — acabate esa manzana — dije con un tono de regaño, el rubio hizo un leve quejido y tomo la fruta a medio comer para seguirla comiendo mientras caminaba hacia el pequeño balcón del lugar. No teníamos nada oficial, pero me sentía bien con esta extraña relación, era muy cómoda y me sentía feliz... Bakugou Katsuki me hace feliz.
Luego de ducharnos y quitarnos las pijamas salimos del pequeño cuarto que se encontraba en un segundo piso, Bakugou llevaba su mochila de dibujo y yo solo llevaba una pequeña mochila, comenzamos a caminar para dirigirnos al centro donde comenzamos a ver un poco en cada puesto y local. De un momento a otro perdí a aquel rubio que me hacía compañía, me quedé confundido y un poco asustado, pero intente restarle importancia, era Katsuki, el me encontraría de un modo u otro. Seguí caminando mientras disimuladamente buscaba al ojirubi, me detuve justo en un puesto de joyería, mire detalladamente los diges y anillos, dejando que mis ojos se detuvieran en par collares que tenían un pincel y una cámara, me pareció algo muy bonito, los tome y pague por ambos, me aleje del local mientras seguía mirando los diges que ahora estaban en una bolsa pequeña de regalo. Me detuve al momento que sentí chocar con alguien más alto que yo.
-Ay... Disculpe mucho, iba distraído — me disculpé mientras levantaba la mirada para ver a la persona con la que había chocado. -No te preocupes muñequito... — Me topé con ese rostro que esperaba no volver a ver en mi vida, camine hacia atrás para alejarme, mis piernas comenzaron a temblar y mi voz no salía de mi garganta — ¿que pasa? ¿Estás perdido? — dijo con una sonrisa burlona mientras se acercaba a mi, estiró su brazo para tocarme pero sentí como unos brazos me rodeaba y me jalaban hacia atrás -Te encontré — escuché la voz que más esperaba en ese momento — te estaba buscando, ¿Dónde estabas? — miró en dirección al hombre que estaba delante nuestro — gracias por encontrar a mi novio, vamos querido hay que ir a comer — comenzó a caminar en dirección contraria para alejarnos de aquel hombre.
Caminamos en silencio unas cuadras hasta que nos alejamos suficiente. -¿Estas bien? ¿No te hizo nada? — rompió el silencio mientras entrabamos a un pequeño restaurante -Si, estoy bien — nos sentamos en una de las mesas pegadas a la ventana, una mesera nos dió la bienvenida y nos puso dos menús delante nuestro, Katsuki tomo uno y comenzó a ver qué pediría, lo mire un momento para después tomar el menú que me tocaba -Es el... ¿Cierto? — hablo sin alejar la mirada del menú, sentí como un escalofrío recorrió mi espalda -No se de qué hablas... — conteste sin dejar de ver el menú aun que sentía mis manos temblar -Tus manos temblorosas te delatan Izuku — contesto mientras sentí como su mirada se plantaba en mi, procedí a quedarme callado mientras elegía lo que pediría.
La mesera regreso para tomar nuestra orden, nos retiro los menús y con una sonrisa se alejo para hacer nuestra orden. El ambiente se sentía tenso que se podría cortar con un cuchillo, al fin me digne a mirarlo, el veía hacia la ventana, la iluminación le favorecía tanto que era digno de una foto, note que su mochila estaba al lado mío, la abrí discretamente y saque su cámara, Bakugou me había enseñado a usarla así que la prendi y le tome una foto, en sonido de captura provocó que el me mirara
-¿Mínimo salí bien? — dijo mientras me extendia la mano para que le entregará la cámara -Saliste perfecto — dije con una sonrisa mientras le entregaba la cámara, la tomo y miro la foto — Si es el... — hablé de golpe mientras miraba hacia la ventana, ví a una niña que corría con un burbujero provocando que se rodeará de burbujas, seguramente se sentía en su mundo imaginando que era alguna princesa o tal vez algún heroína, la imaginación de los niños era asombrosa... Quería volver a ser un niño. -Toma — escuché la voz de mi querido ojirubi, lo mire para notar que me extendia una bolsa algo grande, la tomé y la abrí viendo una mochila de color amarilla, la saqué para mirarla mejor, note que tenía un bordado de un logo verde con una "X" naranja — Es mi símbolo de héroe... Me pareció un bonito detalle, por eso me tarde más de que quería... — note como sus mejillas estaban levemente coloradas, sonreí ante tan tierno escenario - Gracias... Me encanta — metí la mochila de regreso a la bolsa, saque la pequeña bolsita de regalo y se la extendí — yo te compre esto... No es mucho, pero me parecieron lindos — el tomo la bolsita, la abrió y saco los diges, sus ojos se veían iluminados -Este es para ti... — dijo mientras me regresaba el dige de la cámara — Tu eres la fotografía perfecta que me encanria tener siempre, eres mi modelo favorito — Sentí mis mejillas calentarse, tome el collar y me lo puse mientras note como el se ponía el suyo — Gracias... — escuché su voz una vez más mientras miraba el dige — Gracias por aceptarme en tu viaje, gracias por dejarme ser tu acompañante.... Gracias por dejarme estar en tu vida. - Gracias por iluminar mi vida... — dije mientras lo miraba a esos ojos rubí que me llenaban de paz y hacían sentir seguro, me levanté de mi lugar para sentarme a su lado, lo mire a los ojos una vez más y luego desvíe mi mirada a sus labios rosados, me acerque lentamente para besarlo. Era nuestro segundo beso, lo había besado tan poco que provocaba que cada beso fuera especial, cada momento con Bakugou Katsuki, el héroe extranjero, era especial... Katsuki era especial.
