Solo era un viaje antes de entregarme a la vida adulta, mis amigos dijeron que lo necesitaba, un viaje a un país desconocido que se encontraba al otro lado del mundo donde tal vez pocos o tal vez nadie, me conocerían como el más prometedor ante el t...
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Narrador Omnisciente
Los días comenzaron a pasar y la relación de los dos individuos se había vuelto algo tensa. Bakugou no sabía cómo tocar los temas que quería hablar con Izuku, mientras que el peliverde hacia hasta lo imposible porque Bakugou no los tocará. Finalmente el pecoso había llevado a su compañero a su lugar de trabajo, este era mucho mejor que el de Brasil y por lo que el peliverde le había contado llegaban clientes muy importantes bastante seguido. Bakugou volvió a conseguir empleo en el mismo bar donde trabajaba Izuku e incluso una chica que trabajaba ahí le estaba ayudando con su español, el cual ya casi lograba dominar un poco más que lo básico.
- Repite después de mi "Buenas tardes, ¿como esta?" – Dijo la pelinaranja hablando lentamente mientras señalaba sus labios para que el rubio prestara atención a estos
- "Buenas tades, ¿cuomo está?" – dijo el cenizo con un ceño fruncido
- ¡Eso es! Al menos ya te entiendo – Hablo sonriente la morena mientras aplaudía levemente hacia su compañero
- ¡Marta! – Grito alguien desde el otro lado de la barra para así llamar la atención de la sonriente chica
- ¡Ya voy, Jesús! Ush... al rato seguimos practicando kats – La chica de pelo llamativo salió con dirección a donde la habían solicitado dejando al rubio solo.
Este se puso de pie y tomo la libreta donde anotaba las ordenes de los clientes, camino hasta una mesa que acababa de ser ocupada, los 4 hombres que tomaban asiento, se veían bastante elegantes con sus trajes negros y sus corbatas de marca.
Katsuki los reconoció al instante, ellos siempre pedían una habitación VIP, a Marta como mesera y a cuatro chicas diferentes; esa noche era extraña para el rubio, ya que estos sujetos muy rara vez se dejaban ver por los clientes, ya que eran bastante conocidos en la ciudad y no podían arriesgarse a ser reconocidos.
-Buenas noches, ¿Qué les sivo? – Al cenizo le avergonzaba hablar, ya que se le dificultaba la pronunciación de la "r", sin embargo, estaba listo para cualquier insulto o burla
Los hombres lo miraron de pies a cabeza y sonrieron entre ellos
- Tú no eres Marta, pero no me quejo, tráenos una botella de tequila y una de whisky – Hablo el hombre de piel blanca y cabello castaño, el cenizo asintió y anoto la orden en la libreta para después girar sobre sus tobillos y así dirigirse a la barra, pero antes de dar el primer paso sintió como una mano toco su trasero; el cenizo no dijo nada, solo se limitó a caminar para hacer la orden de los señores.
- ¿Quieres que yo los atienda? – Pregunto la ojinegra mientras miraba con dirección a la mesa de aquellos hombres.
- Esta bien... Tu sufles con ellos casi dia... siemp... seguido... no pasa nada que hoy lo haga yo – El ojirubi tardo en escoger sus palabras para así no tener que pronunciar la letra que tanto le estresaba
