Solo era un viaje antes de entregarme a la vida adulta, mis amigos dijeron que lo necesitaba, un viaje a un país desconocido que se encontraba al otro lado del mundo donde tal vez pocos o tal vez nadie, me conocerían como el más prometedor ante el t...
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¿Alguna vez sentiste miedo...?
- ¡Por favor, suéltenme! – Rogo el pecoso mientras sentía como aquellas grandes manos sujetaban bruscamente sus delgados brazos
... Asco?
- Shhh – Susurro aquella voz que conocía bien – No Grites Izuzu, alguien podría pensar que te estamos haciendo daño – El dueño de aquella voz tomo el mentón del menor y lo levanto para ponerlo a la altura de su rostro – Y solo te estamos dando la bienvenida – El aliento olor a tabaco de aquel hombre de cabello blanco choco con el rostro del peliverde
¿Alguna vez deseaste de que la tierra te tragara...?
Izuku sintió como comenzaban a tocar su cuerpo y a despojarlo de sus prendas lentamente, se sentía expuesto e indefenso mientras era sujetado por aquellas manos rasposas, el hombre no soltaba su mentón, para cuando estuvo completamente desnudo y tiritando por el frio clima; Aquel hombre al que todos temían, al que todos "respetaban" le abrió la boca de una forma tosca para después ponerle 1... 2... 3... 4... 5... pastillas.
El ojiverde sabía lo que eran, sabía que perdería la conciencia, tenía total conocimiento de lo que vendría después...
... Y te escupa en cualquier otro lado?
- Deje que te divirtieras un rato como la puta regalada que eres, dime... ¿El japonés te cogió bien? ¿Te dio lo que buscabas? – El peliblanco hablaba sin compasión mientras se levantaba para dejar que las pastillas actuaran en el cuerpo del pecoso - ¿Creíste que no me enteraría? – Siguió hablando mientras esbozaba una sonrisa burlona en sus labios – Te siguió como perrito faldero por Brasil y México, creí que tendría el placer de conocerlo al fin, lástima que te abandono – Se sirvió un poco del tequila que se encontraba en una pequeña mesa de centro.
Los ojos del pecoso se humedecieron al escuchar esas palabras, lo que él decía no era cierto, Katsuki volvería por el para salvarlo, se lo llevaría a Japón y serian felices al fin...
Lejos de esto, lejos de las drogas que le obligaban a tomar, lejos del penetrante olor a alcohol, marihuana y tabaco, lejos de el "Tío Ryan"
"Katsuki, sálvame"
Aquel imploro se repetía una y otra vez en los pensamientos de Izuku mientras sentía como poco a poco su cuerpo se adormecía y su pensamiento se nublaba
-Parece que ya casi estás listo mi conejito – Se sentó en un sillón justo frente a él pecoso – A partir de hoy no escaparas otra vez, a partir de hoy serás mi mascota y créeme soy un amo muy exigente – Hizo una seña para que el hombre que sostenía al peliverde lo soltara dejando caer su cuerpo al suelo – No tienes opinión y trabajaras cuando yo lo diga y hasta que yo lo diga, no tienes permiso de dejar de sonreír ni de dejar de ser una sensación sensual, ¿entendiste? Desde hoy y hasta que yo lo diga eres un esclavo sexual – Sonrió victoriosamente al ver al pecoso tan indefenso a sus pies, aflojo su corbata y se arrodillo frente al delgado cuerpo que se encontraba frente a el – Tu entrenamiento comienza desde ahora, mi conejito.
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El pecoso sonreía mientras recibía con los labios aquella píldora de color amarillo pálido, tenía una mirada lasciva y acariciaba el pecho de aquel hombre con suma sensualidad
- Vámonos a un lugar más privado, pequeño... - Susurro el desconocido en su oído provocando que la piel del peliverde se erizara
- Como ordene, mi señor – Se levantó de las piernas de aquel tipo, tomo su mano y lo llevo a una de las habitaciones privadas de aquel lugar.
La mente de Midoriya estaba totalmente nublada, no sabía quién era, no sabía dónde estaba, solo sabía que su cuerpo pedía atención.
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Dos hombres miraban lo que estaba pasando con aquella pareja hasta que los perdieron de vista al entrar a aquel cuarto, el peliblanco dio un trago a la bebida que se encontraba en su mano y miro al hombre que estaba a su lado
- ¿Qué opina? ¿No es una belleza? – Hablo Ryan mientras sonreía
- Tengo que admitir que es lindo, pero no sé si es lo que estoy buscando – Respondió su misterioso compañero mientras tomaba una bocada del cigarro que tenía en sus grandes dedos
- ¡Oh! Vamos, amigo... - Intentaba convencer al hombre – Es un Quirkless, es lindo, con apariencia inocente, mansito, ¿Qué más busca? Estoy seguro que sería un producto exótico para su equipo – Se dejó caer en un sillón sin dejar de mirar al tipo – Dijo que solo sería una noche y que quería compensar a su magnífico escuadrón por haber hecho bien su trabajo, ¿Qué mejor forma de recompensarlos que dejarlos pasar una noche con una belleza como mi conejito? – Siguió usando su fiel labia con aquel duro sujeto
- Te equivocas... - hablo tranquilamente el desconocido
- ¿A sí? ¿En qué? – Soltó una risa burlona mientras le daba un trago a su bebida
- Ya no es tuyo... - Finalmente miro a Ryan – Ahora es mío, mis socios no son muy blandos que digamos y no me gustaría causarte problemas, te compro al chico – Siguió hablando mientras sacaba un maletín de dinero y se lo entregaba al peliblanco
- ¿En serio? – Tomo el maletín encontrándose con varios fajos de billetes – ¡Wow! Supongo que es todo suyo, cuide bien de mi niño
- También quiero una carga de tus mejores dulces
- Como usted diga, jefe – Volteo a la barra del lugar y lanzo un chiflido acompañado de un ademan que hizo que aquel barman entendiera rápidamente lo que requería – Y.... ¿con esto ya estaría cerrado el trato?
- Claro, a partir de hoy, seremos tus ojos dentro de Japón – extendió su mano para que Ryan la estrechara
Finalmente tendría a su gente en Japón
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El peliverde finalmente despertaba, estaba desnudo y solo en aquella gran cama; froto sus ojos aun somnolientos y bostezo, escuchaba fuertes ruidos venir desde fuera los cuales provocaban que su cabeza retumbara, miraba la transparentosa puerta de donde se veían sombras moverse de un lado a otro, se sentía confundido, posiblemente porque aun tenia efectos de las drogas en su sistema, su cabeza aun daba vueltas.
Vio como la puerta de abría de golpe, vio esa figura que le parecía familiar, aquel cabello cenizo y esa mirada profunda que lo enloquecía... ¿Acaso era un sueño?
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Si
Esperare por ti hasta que llegues a salvarme, para así poder viajar a donde solo tú y yo seamos felices...
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El siguiente capitulo sera el ultimo de esta historia
