Lo sensato hubiese sido quedarse en su sitio hasta que algún adulto llegase a intervenir, pero Hunter no era capaz de hacer eso y a pesar del nerviosismo se acercó al centro del caos en cuestión.
Todo su cuerpo le gritaba que corriese lejos, pero su sentido de la justicia no estaba de acuerdo con esa posibilidad.
Sentido común: nulo, inexistente, aquí no hacemos eso.
Un pequeño y agitado muchacho temblaba en el suelo, sus rizos oscuros caían sobre su rostro enrojecido que brillaba por una leve capa de sudor.
Su expresión de terror, urgencia y deseo se clavó en Hunter al aparecer en escena.
—Lo conozco, es de la clase de economía, esos alfas siempre están con él, son sus... amigos.
«Tengo que ayudarlo»
El aroma era fuerte y parecía que los dos que lo rodeaban estaban listos para pelear entre sí y dejar en medio de su hormonal disputa al pobre omega de cabello negro.
Error, en vez de pensar en pelear, solo se ignoraron entre sí y se acercaron al joven en el suelo, solo él llamaba su atención, como si ambos fuesen a someterlo bajo las influencias de las letales feromonas.
Hunter miró a su alrededor y eran puros betas, tres omegas más y él, no podrían contra dos alfas de semejante tamaño y fuera de sus cables.
«Estamos jodidos» sollozó para sus adentros.
No se dejó doblegar por el temor, acercándose a una mesa de donde tomó con ambas manos la lámpara pequeña y la presionó entre sus dedos, lleno de determinación.
Miedo, jodido y paralizante miedo, pero más que nada determinación.
Antes de obligar a sus piernas a moverse, una imponente e inconfundible figura hizo presencia en el lugar.
—Killer... —articuló Hunter, casi llorando por el estrés que le había generado la situación.
El recién nombrado caminó sin ningún tipo de preocupación o reacción aparente y tomó un libro que se encontraba sobre una mesa detrás del joven que se retorcía de rodillas en el suelo.
«¿Esta loco? No debería acercarse así» pensó Hunter y dió un paso atrás «Va a perder el control. Dios, si Killer pierde el sentido común esto va a ser una masacre»
«Tengo mucho miedo»
—Hey —habló en dirección a Hunter— ¿Es este? —Levantó el libro.
El menor, al igual que el resto de personas a su alrededor, no podían creer el autocontrol que ese alfa poseía ante las feromonas, siendo que los otros dos ni siquiera hablaban y solo se gruñían de forma casi primitiva por el estado de euforia.
Eso sí, una expresión de desagrado era visible en el masculino y frívolo rostro del alfa.
Se encontraba tan desconcertado por su actitud que no le respondió, solo se quedó mirando la situación y la forma en la que Kilian parecía ignorar todo a su alrededor.
Kilian había analizado silenciosamente la situación y el motivo por el cual intervino en algo tan poco conveniente y problemático, fue el hecho de que su ingenuo compañero, mismo que atrapó su atención y se sentaba a su lado, pensaba enfrentarse a dos frenéticos alfas acalorados.
Los alfas en cuestión no estaban consientes de sus acciones, ya que nadie en su sano juicio arriesgaría su salud al arremeter contra Killer, como hicieron en ese preciso momento.
Sin cambiar el gesto de fastidio en su rostro, intensificó su agarre en ese libro con tapa roja y títulos de biología avanzada en su portada, abanicó su brazo hacia adelante, dándole en medio del rostro al primer alfa con cabello ceniza y al latigar ahora en dirección opuesta, hacia el otro extremo, golpeó el cuello del segundo muchacho.
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KILIAN (especial omegaverse)
RomanceHunter es conocido en su instituto como "el falso omega", ya que a pesar de tener 18 años, todavía no tuvo su primer celo e incluso sus feromonas cotidianas pasan desapercibidas por lo débiles que son. O así era hasta la llegada de un chico nuevo a...