SIETE

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Narrador omnisciente.

El omega continuaba en shock, sentado sobre Kilian. Sin tiempo a reaccionar sintió esas manos presionar sus caderas y todo su cuerpo se erizó.

Reaccionaba a su tacto, su característico y abrumador aroma, su calor, su intensa mirada: reaccionaba completamente a él.

De repente su cuerpo vibró, jadeó y por un segundo un sudor frío se plantó en su rostro: su celo.

«No puede ser verdad» se repetía mentalmente. Acababa de volver de su semana de descanso, parecía irreal, pero la humedad en su parte baja era muy real.

—¿P-Por qué? —sollozó y quiso apartarse, pero a su vez movió sus caderas para sentir la fricción de ese cuerpo contra el suyo, sin querer hacerlo racionalmente, pero su celo era demasiado fuerte—. Lo siento, lo siento...

—No llores mientras te disculpas. Es normal, eres un omega y yo un alfa, es algo... natural —dijo trabando la quijada al oler las feromonas que Hunter no paraba de emanar.

—No así, estoy rodeado de alfas y omegas desde que nací, esto es diferente, nunca me pasó algo similar con otro —gimoteó en pánico y Kilian humedeció sus labios.

«Quiero oírlo gemir más fuerte, que lo haga por y para mí»

—¿Tratas de seducirme diciendo algo tan sugestivo o es una prueba de fortaleza?

—No sé qué quieres decir. N-No sé qué pasa conmigo... lo siento. Mierda, no me siento bien. —El temblor en su cuerpo aumento y el alfa sintió que iba a morir si no lograba calmar a ese chico tan asustado.

—Cuando trataron mis manos... Pregunté y averigüé sobre celos tardíos, es entendible que tu cuerpo, hasta que se acostumbre al ciclo como tal, puede llegar a ser irregular al inicio —trató de traerle paz y milagrosamente lo consiguió, hasta que lo oyó gemir y cubrir su boca con ambas manos.

—L-Lo siento, iré a la enfermería y-y... —No podía siquiera organizar una frase coherente por el calor que empezaba a subir, mucho menos pararse.

Su mente se nubló y sus ojos se fijaron en los de Kilian.

—El doctor también dijo que podía deberse a... —El aroma dulce inundó sus sentidos y guardó silencio abruptamente por la fuerte corriente eléctrica expandiéndose en su entrepierna—. Bueno, no creo en esas cosas realmente.

De nuevo esa sensación de que perdería el control, pensamientos arremolinandose en su mente desmoronándose, su respiración comenzando a agitarse, esa necesidad más fuerte que la lógica, más fuerte que él mismo y hasta ahora no había conocido algo, además de su padre, que lo superara de esa manera.

Descendió las manos hasta su trasero y presionó violentamente, apretándolo contra sí, experimentando el exquisito calor de ese cuerpo que ardía ante su tacto y el omega no pudo evitar clavar los dedos en sus hombros.

«Quiero marcarlo»

—N-No, por favor, no hagas eso —suplicó y el alfa estaba casi irracional degustando el aroma dulce que despertaba sus más bajos instintos.

Volviéndose  serio y atento a cada mínimo movimiento del omega, cual depredador analizando a su presa, cuando una de sus lágrimas cayó sobre su piel, dado que seguía sobre sus piernas, ese enrojecido rostro estaba justo arriba del suyo.

Detuvo cada fibra de su cuerpo y estiró el rostro hasta enfrentar al del omega, hablando sobre sus labios.

—Es una exquisita vista, pero no estoy de acuerdo que sean lágrimas de terror —gruñó y ladeó escasos milímetros su rostro— ¿Quieres que me aleje?

KILIAN (especial omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora