OCHO

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HUNTER

—«¿Hunter Rainhard?» —preguntó la voz del otro lado del teléfono.

—Sí, soy yo ¿Quién habla?

—«Nos comunicamos del hospital general de emergencias, su madre, Danielle Rainhard, se encuentra ingresada aquí». —Mi cuerpo perdió el equilibrio y no pude respirar— «No se preocupe» —dijo como si hubiese reconocido mi pánico—, «ella esta estable y conciente, su condición no es de gravedad, pero la retendremos por su pierna derecha donde sufrió fractura expuesta y queremos controlar que no desencadene una infección ya que su sistema inmune no esta respondiendo correctamente a causa del gas, pero creo que deberías venir a escuchar el parte médico»

—A-ah... Esto es... —respiré pausadamente varias veces y llevé mis dedos a mis ojos, frotándolos—. Bien, iré.

Mi primer reacción fue pensar en llamar a As, ella al ser la mayor y tener ese complejo de papá sobreprotector siempre fue a quien yo recurro en emergencias, pero recordé que estaba de viaje en el extranjero con uno de sus amiguitos si no recuerdo mal y no quería arruinarle sus planes antes de estar seguro de la situación.

Llamé al tío Edmond que, para sopresa de nadie, estaba trabajando como siempre. Cuando finalmente contestó le expliqué que debía ir al hospital general y que si era posible llevar a Will a su casa mientras yo iba al hospital.

Quedé sin palabras cuando lo oí cancelar todos sus planes y ordenarle a su secretaria que reorganizara su agenda porque surgió una emergencia.

Después de que me colgara, mi tía Ruth llamó e informó que uno de sus guardias personales pasaría a por mi hermano menor.

—¡Will! —grité para que bajara de su habitación y al rato lo hizo— Irás a casa de Derek, así que alístate ya mismo.

Se vio confundido al inicio, pero como todo le vale verga a este chico cuando menciono a su primo él simplemente corrió arriba a cambiarse de ropa.

Me despedí de él en la puerta y tomé un taxi en dirección al hospital.

Mis manos sudaban. El aire faltaba. Odiaba esa sensación. De pie frente al edificio me paralicé, mi mente me decía incoherencias demasiado negativas para poder moverme y la frase que mi cerebro repetía me hizo titubear:

"Perderás a otro de tus padres en un maldito hospital".

Debía entrar. Me obligué a hacerlo y por mi rostro varias enfermeras que pasaban me preguntaron si necesitaba ayuda o si ya me habían atendido.

Llegué finalmente a su habitación y allí me encontré con mi tío, notablemente más calmado de lo que estaba por teléfono y la sonrisa de mamá al verme también me tranquilizó, aunque sea un poco.

No podía decir que se viera del todo calmado tampoco, ya que su traje estaba arrugado y su cabello corto, castaño y ondulado (que casi siempre esta hacia atrás) estaba desordenado y algo salvaje, cosa que me hizo sonreír porque era prueba de la prisa que tenía por llegar.

Aunque no es de nuestra sangre, es más tío que mis tías sanguíneas y nos apreciaba indudablemente más que ellas.

—Ma... —corrí esos pasos, me detuve de repente y al ver que en la parte superior de su cuerpo solo tenía moretones y cortes leves, la abracé con cuidado.

—Hola, cariño —susurró alegre y preocupada.

Miró a Edmond y éste nos dejó solos con una amable mirada, sus ojos marrones se suavizaron al ver la buena relación que tenía con mi madre, dándome una palmada en mi espalda antes de salir al pasillo.

KILIAN (especial omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora