TRES

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Otro amanecer se levantaba en el horizonte y como ya era costumbre, Hunter no lo hacía, como si la palabra madrugar no estuviese en su diccionario.

Los que sí habían madrugado fueron Frank y Aaron, encontrándose de camino a la escuela.

—Hey —El alfa saludó al beta con su mano y éste le sonrió— ¿Viste lo que pasó ayer?

—No, pero lo oí, estaba con Sanna, Rossy y los chicos de club en ese momento. —Rascó su nuca y la preocupación se plantó en la expresión de su amigo

—No estoy tranquilo cuando pasan cosas así, si hubiese estado ahí ¿Crees que lo hubiera atacado? —preguntó para sí mismo, pero en voz alta.

—¿En serio estás preguntando eso? ¿El mismo que le rompió el tabique a un sujeto en una fiesta por alardear de que los omegas en celo dicen "no" y él escuchaba "sí, más fuerte" y cosas así de horrendas? Creo que sigue buscando sus dientes después de la pelea de esa noche.

Las cejas fruncidas e inquietas en la expresiva cara del alfa hizo suspirar a Aaron y negar con la cabeza.

—No llegarías a atacarlo sexualmente, por dos razones, una: no eres de los que dañan a otros así. Quizá seas bruto y ¡Ah! Cierto, estúpido maltratador de betas ¿Recuerdas esa vez cuando mordiste mi antebrazo y casi muerdes el cuello de Chad el día que despertó tu primer calor? —Frank rió al hacerlo y negó con la cabeza.

—Cierto, había aparecido de repente un programa para adultos en ese canal raro en la madrugada, éramos unos críos y tu cara estaba tan roja viendo los pechos de esa actriz porno que casi te desmayas —rió y Aaron se acercó de un empujón.

—¡No te rías! Deberías sentirte culpable por el susto que pasamos con Chad —también rió y lo abrazó.

—Son betas, unas mordidas no les harán nada, cuando jugamos a las peleas en el campamento me mordiste la pierna, beta con complejo de alfa —bromeó y Aaron frotó sus sientes entre risas.

—Volviendo al tema, en ningún momento te perdiste por completo. Por muy afectado que estuvieras por el calor o las feromonas, tu raciocinio no desaparecerá tan fácil sabiendo lo mucho que te preocupas por estar ambos de acuerdo a la hora del sexo. Cuando los omega están en celo, tengo enterado que no la pasan bien, no están muy concientes tampoco y correr el riesgo de ser abusados por otros en ese estado debe ser... aterrador. —Frank asintió y Aaron lo abrazó por sus hombros— En fin, no puedo entender por completo los miedos de ambos, pero sí puedo prometerte algo: en el caso de que pierdas la cabeza yo te detendré, soy el más rápido. Grita mi nombre y te detendré aunque me rompas los brazos —bromeó y Frank rió unos segundos, volviendo la seriedad. 

—No odio ser un alfa, en serio, es parte de mí... pero, es desesperante no poder controlarse a uno mismo. Por eso prefiero el sexo con chicas beta... Si llegase a relacionarme con un omega y descontrolarme... sería horrible.

—No va a pasar. Tente algo de fe, cree en ti mismo y tu personalidad. Además, oí el otro día que la mayoría de los violadores son betas, ser un bastardo no tiene nada que ver con tu género, segundo género, sexo, sexualidad, nada de eso. 

—Deja de ver tantos podcast de misterio y casos de asesinatos con Matthew, me dan escalofríos —demandó y continuaron su camino hacia la escuela.

—Yo lo obligo a ver telenovelas y él a ver Investigation Discovery y podcasts de homicidios —informó orgulloso.

—¿Sabes qué? Es verdad, no hay forma que eso pase.

—¡Ese es el Frank que conozco! —Lo animó efusivamente

KILIAN (especial omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora