"Me lo agradecerás mas adelante" Si, como no

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¿Podía haber algo peor que unos dientes torcidos? Si, y eso era esos aparatos de tortura los cuales tenían el nombre de: " Brackets".

Craig yacía en su cama quejándose por el dolor, esa misma mañana le había colocado los tan famosos alambres y, joder, si que dolían.

El muchacho sentía como esas tediosas cosas ajustaban sus dientes y el haber tratado de comer fue un gran error. Ni bien le dio un bocado a su puré de papas este no solo se sintió incomodo ¡También le dolió! Sus dientes punzaban y le hacían sentir una sensación horrible. 

Su dentista le había recomendado comer cosas blandas los primeros días, pero pareciese que le mentía, porque no pudo comer su almuerzo, así que solo opto por encerrarse en su habitación sin haber podido comer su comida como es debido. 

Laura se sintió algo culpable al ver a su hijo tan adolorido, ya que nunca había dejado ni una sola migaja de comida, pero también quería que Craig tuviera unos dientes perfectos de los cuales nunca iba a avergonzarse en un futuro. 

La rubia se levanto de la mesa dejando a Tricia y a Thomas solos. La niña solo le saco el icónico dedo de la familia a su padre y este solo le devolvió el gesto. 

La madre toco la puerta del cuarto del moreno y este solo respondió desde su cama con un: "Puedes pasar". 

 Laura abrió la puerta y vio a su hijo tendido sobre su cama mientras miraba el techo. 

-¿Que tanto miras tesoro? - Pregunto la mujer mientras se sentaba a su lado. 

-La hora de poder quitarme estas cosas. - Respondió Craig sin muchos ánimos. 

La rubia suspiro por aquella respuesta y pensó en algunas palabras que pudieran darle ánimo al chico. 

-Sabes, dicen que los frenos son lo que está de moda, tu compañero Kevin los usa y la hermana de Stan también los uso y mírala, tiene una sonrisa perfecta.

-¿Mamá donde viste que los frenos están de moda? - Pregunto Craig algo confundido.

-En un cuadro que tenia el dentista en su consultorio. - Hablo la mujer haciendo que Craig se deprimiera más con esa respuesta.  - Ay, mi niño, cuanto lo siento, pero me lo agradecerás más adelante. - Dijo Laura con intenciones de consolar al muchacho que se tomo a mal su comentario. 

- ¿Qué te lo agradeceré mas adelante, mamá? Si, como no. Me duele la boca y tengo demasiada hambre, ¿por que agradecer eso? - Respondió Craig tratando de no alzar la voz.

- Porque tendrás una sonrisa perfecta, en tu caso es más por estética que por salud, ¿acaso no quieres tener a un montón de chicas detrás de tuyo? - El chico solo alzo una ceja haciendo que su madre se diera cuenta de sus palabras y se corrigiera al instante. - Quiero decir, a un montón de chicos. 

-Mamá, no trates de hacerme de cambiar de opinión y si algún día llego a agradecerte por ponerme estas cosas será bajo mi propia voluntad, por ahora solo quiero estar solo. - Dijo Craig para nuevamente recostarse sobre su cama sintiéndose frustrado y enojado al  mismo tiempo. 

-De acuerdo, hijo, solo venia a decirte que el dolor pasara en unos dos días, luego podrás volver a comer con un poco más de normalidad, si deseas alguna pastilla para el dolor, solo llámame. 

-Esta bien, mamá, gracias. - La mujer solo le deposito un beso sobre su cabeza a su hijo y salió de su habitación dejándolo solo y adolorido.

El chico cogió su teléfono y llamo a su novio quien casualmente se encontraba en su descanso. Hablar con su chico quizá lo haría sentir mejor.

Craig marco a Tweek al instante y este no tardo mucho en responder. 

-Hola, cariño. - Le saludo el rubio desde el otro lado de la línea. 

Dientes de alambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora