Un nuevo accesorio y de vuelta a las ligas

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Habia llegado aquel no tan emocionante día para Craig, tenía que volver al dentista. 

El chico ya se hallaba de camino hacia aquel lugar, miraba sin mucha emoción la ventana mientras escuchaba las canciones que su mamá ponía en la radio. 

- ¿Qué música es? - Pregunto el moreno con sacar algún tema de conversación. 

- Es una canción de tu otro padre tesoro. - Respondió la mujer desconcertando a su hijo quien después de unos segundos ya habían captado a quien se refería.

La rubia subió más al volumen de la canción y Craig solo oía retumbar la palabra "Torero" dentro del auto.

Enserio no entendía esa fascinación que tenia su madre hacia aquel cantante, aunque debía admitir que tenia canciones muy buenas. 

No paso mucho para llegar al consultorio de su dentista. El  muchacho entro al lugar junto a su madre y se fijo en la cantidad de pacientes, seria una espera bastante larga, así que solo se sentó en unos de los pocos lugares vacíos para así dirigir su mirada hacia el televisor. Habían puesto una clase de novela coreana. 

Craig solo se alzo de hombros y decidió ver de que trataba de esta. El audio era en coreano y solo podía leer los subtítulos, lo cual fue molesto al principio.

Los pacientes iban entrando uno por uno para así salir por la puerta y retirarse del lugar, pero Craig ni siquiera se habia fijado en ello por estar tan concentrado en la serie y eso que no tenia ni idea de como se llamaban los personajes, ya que lo único que habia entendido era que uno de esos asiáticos habia perdido la memoria en un accidente, una de esas chicas era mala y se hacia pasar por buena, una era su esposa y que el tipo que perdió la memoria era demasiado atractivo.

- Craig Tucker, puedes pasar a elegir el color de tus ligas. - El azabache dejo de mirar la pantalla y con cierta molestia se levanto de su asiento para dirigirse hacia la chica de la recepción. Se fijo en que no habían muchos colores, pero uno permanecía intacto y ese era el amarillo.

- Amarillo. - Respondió el moreno mientras veían como la señorita escribía el color que habia elegido.

- Perfecto, puedes volver a tu asiento, en un rato te llamaré para que el doctor te atienda. - Dijo la muchacha con una sonrisa y Craig solo asintió con la cabeza para nuevamente sentarse junto a su madre y seguir viendo la serie.

Al cabo de unos minutos por fin el protagonista habia recuperado la memoria, todo cobraba sentido y se iba a saber quien fue quien invento el accidente, pero en medio del suspenso el chico escucho su nombre.

Craig solo chasqueo la lengua con enojo y le pidió a su madre que le dijera lo que sucedía y está asintió, ya que tambien se habia quedado enganchada con la serie. El azabache entro con molestia a la sala y vio al doctor que le habia atendido el mes pasado.

- Hola Craig, ¿listo para que te ajuste los brackets? - Pregunto el dentista de manera alegre para recibir una afirmación de cabeza por parte de Craig. 

El chico se recostó en aquella extraña silla y se limito a obedecer las indicaciones de su dentista.

Como siempre, el mismo procedimiento; ligas nuevas, cambio de alambre y uno que otro bracket fuera de lugar, pero lo que no se espero el chico fue oír a aquel sujeto decir: Tráiganme una cadena y dos ligas. 

El muchacho sintió una nueva sensación dentro de su boca, pero no le sumo importancia hasta que vio nuevamente esas ligas ortodónticas ser colocadas en el mismo lugar que antes

- Pero que hijo de perra. - Maldijo Craig para sus adentros para luego ver como el dentista se quitaba los guantes y le sonreía alegremente. 

Dientes de alambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora