Todo lo que sube tiene que bajar

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Craig había empezado a sacarle provecho a sus brackets y desde que lo hizo le pudo decir adiós a algunas comidas que detestaba con todo su ser y para su sorpresa, funciono! Solo debía hacer una actuación perfecta y ya, aunque eso significara comer las sobras de la comida de ayer, pero esos eran detalles. 

Pero todo lo que sube tiene que bajar, literalmente. 

Craig tuvo que volver al dentista con su madre después de un mes y el muchacho se hallaba totalmente calmado, pues ya sabia lo que iban a hacer y solo era el ajuste de sus frenos, nada de que preocuparse, verdad? 

¿Por que tienes la costumbre de atentar a tu suerte? 

El chico entro al consultorio junto a su madre y solo se recostó en la silla de siempre para esperar a su dentista, el cual no le caía del todo bien. 

- Buenos días señora Tucker, buenos días Craig. - Saludo el hombre a ambos Tucker quienes le devolvieron el saludo. 

- Buenos días doctor, Craig ya esta listo para su ajuste. ¿Cierto tesoro? - El chico solo asintió con la cabeza, ya no le daba la misma importancia a sus brackets. 

- Eso es bueno, entonces no perdamos tiempo. - El proceso fue el mismo, había uno que otro freno flojo, pero Craig los dejaba ahi y no les daba mucha importancia para no tener que volver a ver al doctor y hasta el momento no vio que retuviera el tratamiento. 

El chico veía lo de siempre, un alambre nuevo, ligas nuevas y uno que otro bracket diferente, lo normal, pero en eso vio algo que le sorprendió ya que era bastante nuevo en su tratamiento.

 - Escucha Craig, ahora te vamos a colocar una goma elástica con la cual te vas a "divertir" mucho, no te hará nada malo, es una muy linda gomita. Ahora necesito que muerdas. - Indico el doctor al chico quien lo obedeció de inmediato. 

- Muy bien, ahora muerde un poco mas adelante, justo ahí. Listo, tranquilo, estoy seguro que esas ligas te gustaran mucho.  - Dijo el doctor haciendo que el moreno se asustara por sus palabras. - Listo señora Tucker, las ligas se tendrán que cambiar semanalmente, tómele una foto a sus dientes y procure comprar un crochet para ayudar a Craig a colocárselos, eso es todo, nos vemos el próximo mes. - Se despidió el hombre mientras el azabache sentía algo raro en ambos lados de su boca y cuando estuvo a punto de preguntarle a aquel hombre que era lo que le había puesto siento como su boca se cerro a la fuerza. 

- ¡¿Pero que mierda?!  - Pensó Craig asustado mientras veía como el doctor soltaba una risa al ver como el chico se desesperaba. 

- Jaja, tranquilo muchacho, no querrás romper las ligas y créeme, si eso llega a pasar será mucho mas doloroso. -  El chico mantuvo la calma por el comentario del doctor ya que nunca espero nada de eso. ¿Cómo se supone que hablara si a las justas puede abrir la boca?

- Gracias doctor, ahora si nos retiramos. - Dijo la señora Tucker para luego irse con Craig quien quería una explicación. 

- Mamá. ¿Qué son estas cosas? - Pregunto el azabache entre dientes porque cada vez que quería abrir la boca sentía como las ligas presionaban sus dientes haciendo sentir algo incomodo a Craig.

- Creo que es para tu mordida o algo así, pero el dolor será pasajero. - Explico la madre con intenciones de relajar al chico a quien le empezaron a doler las partes laterales de su cabeza. 

- ¿Cómo se supone que voy a comer y cepillar mis dientes  que de por si ya es difícil hacerlo, mierda. - Se quejo Craig al notar que ni siquiera hablando de esa forma se libraría del dolor. 

- Craig, sabes que no me gusta que uses esas palabras y no te preocupes, seguro no sera difícil. - Dijo la mujer sin saber de que el chico se hallaba molesto por ese nuevo "accesorio" que le colocaron, lo único bueno fue que pudo escoger un color diferente de sus frenos, como siempre. 

Dientes de alambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora