Un nuevo pasatiempo y un accidente

3.7K 363 527
                                    

Ya había pasado un tiempo desde que Craig empezó a usar las ligas y se puede decir que ya les agarro la onda, porque dejo de quejarse y se sentía nuevamente en paz consigo mismo y su boca. 

- ¡Craig, ven a secar los platos! - Llamo su madre al moreno quien se hallaba jugando con su mascota en su habitación. 

- Ya voy mamá. - Respondió Craig para así bajar las escaleras y ayudar a su madre con lo que le había pedido. 

Empezó a secar y a guardar los platos, vasos y cubiertos en su lugar mientras tarareaba una de las canciones de una de las muchas bandas que solía escuchar hasta que fue interrumpido por el sonido del tocar de su puerta. 

- ¿Quién carajos toca? - Murmuro Craig con cierto fastidio mientras guardaba el ultimo cubierto que quedaba. - Ya acabe mamá, abriré la puerta. 

- De acuerdo tesoro, gracias por tu ayuda. - El chico se dirigió hacia la puerta que no paraba de ser golpeada hasta y cuando la abrió se topo con el rostro de quien era su mejor amigo y vio que este traía unos cuatro libros que tenían una portada. ¿Inusual?

- ¿Qué quieres? - Pregunto Craig al castaño. 

- Primero, buenas tardes para ti también- Dijo Clyde alzando una mano para enumeras lo que iba a decir. - Segundo, vengo por parte de Tweek, tendrá mucho trabajo y quiere saber si necesitas algo ya que sabe que en un par de dias te ajustaran los frenos o yo que se. 

- No eres Tweek, así que fuera de mi casa. - Hablo Craig con intenciones de cerrarle la puerta a Clyde quien la paro en el acto. 

- Muy tarde hermano, las asiáticas me dieron un par de libros de ti y Tweek, así que pensé en traértelos y leer los dos juntos. 

- Quieres entrar a mi casa, me traes libros raros de las asiáticas. ¿Y crees que tengo ganas de pasar el rato contigo? - Cuestionó el azabache a Clyde quien solo se alzo los hombros. - Como sea, te quedaras solo porque Tweek lo dijo. 

- Por mi bien, ahora vayamos a tu habitación que ya quiero mostrarte lo que hicieron las asiáticas. - Dijo el castaño con entusiasmo para luego entrar entusiasmado a la casa de su amigo quien rodo los ojos al ver su emoción por algo tan insignificante. 

Ni bien Clyde llego a la habitación de Craig se tumbo contra la cama del mas alto mientras veía como este venia de manera desganada con los brazos cruzados. 

- Si tuviste sexo con Tweek avísame para no tirarme sobre tu cama.

- Te vas 

- Perdón, perdón

- A ver. ¿Qué es lo que te dieron? - Pregunto Craig mientras se sentaba al lado de Clyde quien tomaba una postura mas cómoda. 

- Pues bien, saque una copia por los dos así que. ¿Por cual quieres empezar? 

- Este se ve interesante, por alguna razón. - Dijo el moreno mientras sostenía uno de los libros que tenia una portada algo melancólica. 

- Uh, escuche que ese es bueno, pero no lo leí, así que comencemos por ese. - Ambos chicos abrieron el libro, pero cuando estuvieron a punto de leerlo tuvieron uno que otro problema. 

-¿Quien comienza? ¿Tú o yo? - Pregunto Clyde a su amigo quien rodo los ojos.

- Tú, porque me arrastraste a esto. 

- De acuerdo. ¿Pero en que momento tú leerás? 

- No lo hare, tu los trajiste y tu narras. - El castaño se quejo y miro al azabache a quien le causaba algo de risa su frustración. - Vamos, no seas así, yo también quiero pasar el rato contigo  y si no cooperas le diré a Tweek. 

Dientes de alambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora