Capitulo 24: Bludger Loca

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*Narra Harry*
Me desperté pronto el sábado por la mañana y me quede un rato en la cama pensando en el partido de quidditch. Me ponía nervioso, sobre todo al imaginar lo que diría Wood si Gryffindor perdía, pero también al pensar que tendríamos que enfrentarnos a un equipo que iría montado en las escobas de carreras más veloces que había en el mercado. Nunca había tenido tantas ganas de vencer a Slytherin.

Después de estar tumbado media hora con las tripas rugiendo, me levante, me vestí y baje temprano a desayunar. Allí encontré al resto del equipo de Gryffindor, juntos en torno a la gran mesa vacía. Todos estaban nerviosos y apenas hablaban. Lo raro era que __ solo miraba un punto fijo en su plato como si estuviera ida, llevaba el uniforme dé Quiddich y una coleta alta, se miraba muy linda, me senté enfrente de ella.

Harry: ¿estás nerviosa?—pregunté algo inquieto, pero no recibí respuesta alguna—¿que le pasa?—pregunté a Hermione y Ron pero se encogieron de hombros y pase una mano enfrente de sus ojos.

___: ¿Que pasa?...¿ya es hora?...—pregunto desconcertada

Harry: No pero, no contestabas... ¿es por lo del partido?...—pregunté

__: en parte...—dijo sacando un suspirando de cansancio

Hermione: ¿es por lo del sueño, verdad?—pregunto y ella asintió—No pienses en eso, puede que solo eso sea ___... un sueño...

___: puede ser...—agarro un bocado de comida y la metió a la boca—¿tú no comerás?—me miro y me negué—claro que lo harás...—dijo y metió un bocado de su cereal a mi boca y me sonrió

(...)
Cuando faltaba poco para las once, el colegio empezó a dirigirse hacia el estadio de quidditch. Hacía un día bochornoso que amenazaba tormenta. Cuando íbamos ___ y yo hacia los vestuarios, Ron y Hermione se acercaron corriendo a desearnos buena suerte. Nos pusimos las túnicas rojas de Gryffindor y luego nos sentamos a recibir la habitual charla de ánimo que Wood nos daba antes de cada partido.

Wood: Los de Slytherin tienen mejores escobas que nosotros —comenzó— eso no se puede negar. Pero nosotros tenemos mejores jugadores sobre las escobas. Hemos entrenado más que ellos y hemos volado bajo todas las circunstancias climatológicas («¡y tanto! —murmuró George— no me he secado del todo desde agosto», ___ solo sonrió divertida), y vamos a hacer que se arrepientan del día en que dejaron que ese pequeño canalla, Malfoy, les comprara un puesto en el equipo.

Con la respiración agitada por la emoción, Wood se volteó hacia mi.

Wood: Es misión tuya, Harry, demostrarles que un buscador tiene que tener algo más que un padre rico. Tienes que agarrar la snitch antes que Malfoy, o perecer en el intento, porque hoy tenemos que ganar.

Fred: Así que no te sientas presionado, Harry —dijo guiñándome un ojo.

__: no pasa nada Harry... sé que tú puedes—me dijo y una emoción surgía dentro de mi, se sentía bien.

Cuando salimos al campo, fuimos recibidos con gran estruendo; eran sobre todo aclamaciones de Hufflepuff y de Ravenclaw, cuyos miembros y seguidores estaban deseosos de ver derrotado al equipo de Slytherin, aunque la afición de Slytherin también hizo oír sus abucheos y silbidos. La señora Hooch, que era la profesora de quidditch, hizo que Flint y Wood se dieran la mano, y los dos aprovecharon para dirigirse miradas desafiantes.

Hooch: Cuando toque el silbato —dijo— tres..., dos..., uno...

Animados por el bramido de la multitud que nos apoyaba, los catorce jugadores nos elevamos hacia el cielo plomizo. Yo ascendí más que ningún otro, aguzando la vista en busca de la snitch.

Siempre fue ella (Harry potter y tú) [segundo año]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora