Capitulo 9: Vamos en el auto

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Los dos carritos chocaron contra la barrera y rebotaron. El baúl de Ron saltó y se estrelló contra el suelo con gran estruendo, yo caí y la jaula de Hedwig, al dar en el suelo, rebotó y salió rodando, con la lechuza dentro dando unos terribles chillidos. Todo el mundo nos miraba, y un guardia estaba cerca.

X: ¿Qué demonios están haciendo?

Harry: He perdido el control del carrito —dije entre jadeos, sujetándome las costillas mientras me levantaba. Ron salió corriendo detrás de la jaula de Hedwig, que estaba provocando tal escena y la multitud hacía comentarios sobre la crueldad con los animales.

Harry: ¿Por qué no hemos podido pasar? —pregunté a Ron

Ron: Ni idea—miró furioso a su alrededor. Una docena de curiosos todavía nos estaban mirando—Vamos a perder el tren —se quejó—. No comprendo por qué se nos ha cerrado el paso.

Mire el reloj gigante de la estación y sinti náuseas en el estómago. Diez segundos..., nueve segundos... Avance con el carrito, con cuidado, hasta que llegue a la barrera, y empuje con todas mis fuerzas. La barrera permaneció allí, infranqueable. Tres segundos..., dos segundos..., un segundo...

Ron: Ha partido —dijo atónito—.El tren ya ha partido. ¿Qué pasará si mis padres no pueden volver a recogernos? ¿Tienes algo de dinero muggle?—Solté una risa irónica.

Harry: Hace seis años que los Dursley no me dan la paga semanal.

Ron pegó la cabeza a la fría barrera.

Ron: No oigo nada —dijo preocupado—. ¿Qué vamos a hacer? No sé cuánto tardarán mis padres en volver por nosotros—Echamos un vistazo a la estación. La gente todavía nos miraba, a causa de los chillidos incesantes de Hedwig.

Harry: A lo mejor tendríamos que ir al coche y esperar allí... Estamos llamando demasiado la aten...

Ron: ¡Harry! —dijo con los ojos refulgentes—¡El coche!

Harry: ¿Qué pasa con él?

Ron: ¡Podemos llegar a Hogwarts volando!

Harry: Pero yo creía...

Ron: Estamos en un apuro, ¿verdad? Y tenemos que llegar al colegio, ¿verdad? E incluso a los magos menores de edad se les permite hacer uso de la magia si se trata de una verdadera emergencia, sección decimonovena o algo así de la Restricción sobre Chismes...

El pánico que sentí se convirtió de repente en emoción.

Harry: ¿Sabes hacerlo volar?

Ron: Por supuesto —dijo dirigiendo su carrito hacia la salida—Venga, vamos, si nos damos prisa podremos seguir al expreso de Hogwarts.

Y abriéndonos paso a través de la multitud de muggles curiosos, salimos de la estación y regresamos a la calle lateral donde habían aparcado el viejo Ford Anglia. Ron abrió el gran maletero con unos golpes de varita. Metimos dentro los baúles, dejamos a Hedwig en el asiento de atrás y nos acomodamos delante.

Ron: Comprueba que no nos ve nadie —pidió arrancando el coche con otro golpe de varita. Saque la cabeza por la ventanilla; el tráfico retumbaba por la avenida que teníamos delante, pero nuestra calle estaba despejada.

Harry: Vía libre—Ron pulsó un diminuto botón plateado que había en el salpicadero y el coche desapareció con nosotros. Notaba el asiento vibrar debajo de mi, oía el motor, sentía mis propias manos en las rodillas y las gafas en la nariz, pero, a juzgar por lo que veía, me había convertido en un par de ojos que flotaban a un metro del suelo en una lúgubre calle llena de coches aparcados.

Siempre fue ella (Harry potter y tú) [segundo año]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora