CAPÍTULO 9

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Jacob

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Jacob

Me siento embriagado  y no es por el alcohol, maldita sea, ni todo el alcohol del mundo podría obtener la reacción que siento ahora mismo de tener a Leila presionada contra la pared con mi mano sobre su delicada garganta, mi dedo índice presiona en su pulso y sentir el ritmo acelerado de su corazón me la endurece de una manera nunca antes había sucedido y eso solo me hace enfurecer.

No debería sentir atracción y mucho menos en pensar en follarmela justo aquí, en el sucio callejón, es el enemigo, la mujer que hace un momento me disparó y estuvo dispuesta a matarme, pero a pesar de repetirme eso a cada rato mi erección no piensa lo mismo.

Sus uñas atraviesan la piel de mi muñeca. Presiono aún más mi mano enguantada sobre su garganta. Sus ojos me atraviesan, y su deseo de asesinarme llena la atmósfera, junto con su deseo que intenta disfrazar.

—¡Maldito imbécil, suéltame o juro que está vez si te disparo en el corazón!— sisea echa una fiera y sus ganas de pelear solo me la endurecen a un más.

—Tuviste la oportunidad hace unos instantes y fallaste, es mi turno ahora.

—¡No falle imbécil, simplemente no quería matarte ahora mismo, porque si lo hubiera querido ya estarías muerto!

—Te creo— estoy bastante seguro que si la suelto lo primero que hará es asesinarme y mis ganas de vivir todavía existen.— , pagarás por asesinar a mis hombres.

No voy a ocultar que me sorprendió saber que Leila era la francotiradora que me estaba enfureciendo por acabar tan rápido con mi gente, sus tiros eran demasiado precisos que se podían comparar con el de un militar ,que incluso llegue a pensar que eran ellos en realidad, sabía que ella tenia conocimiento en armada pero jamás pensé que fuera demasiado buena y su puntería sería excelente.

—¡Iban por mi hermana, ¿No esperabas que me quedara de brazos cruzados, o si?

Sonrió, últimamente lo he hecho con más frecuencia desde que la conocí y parece irritarle a ella.

—¿Qué te hacía suponer que iba por tu hermana?— Me lamo los labios y ella sigue el movimiento, su pecho sube y baja acordé a su irregular respiración.— Capaz solo era una trampa para que aparecieras.

Su irresistible y maldita boca se curva en una sexi sonrisa que me hace desear arrancarle ese traje y follarmela como un animal en este momento.

—No sabías que estaba aquí, lo dejo claro tu expresión a reconocerme como la francotiradora, así que no te hagas idiota.

—Últimamente me he ganado que me insultes cada vez que nos vemos, te aseguro que esto solo provoca que mi atracción aumente.

Volveré A Verte [#1] NUEVA VERSIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora