CAPÍTULO 1

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Leila Miller

Tres años después

Bajo del coche observando la gran mansión de mi familia, los recuerdos aparecen en mi cabeza golpeándome con la horrible realidad. El fuerte frío de Londres congela mis huesos y el viento mueve mi cabello castaño desordenándolo.

 Los hombres de mi padre inclinan sus cabezas dándome el respeto que merezco, sus armas están a la vista. Varios de ellos hacen su rondín para cuidar la zona, hoy en especial triplicaron la seguridad por mi llegada.

La puerta principal se abre y saludo a la sirvienta, detallo todo el lugar sabiendo que han cambiado varias cosas del pasado, veo las fotografías familiares en el estante dándome cuenta que no aparezco en ninguna de ellas.

El sonido de tacones bajando la escalera me hacen voltear, mi madre baja las escaleras con la elegancia que la define, su mirada crítica cae sobre mí y el resentimiento es claro en ellos, no ha cambiado nada en todos estos años, incluso puedo decir que está mucho mejor ahora, los años le cayeron muy bien.

Su piel blanca igual a la mía brilla bajo las luces, con su cabello castaño oscuro peinado en una coleta sin una sola hembra suelta, su traje claro de ejecutiva la hace ver atractiva, su maquillaje elegante y poco cargado hace ver más llamativos sus ojos azules.

—Leila—Dice mi nombre con puro odio, y solo por un segundo detecte una pizca de anhelo en ellos, como si me hubiera extraño.

—Madre— mis manos pican por abrazarla, por sentir su cariño de madre que tanto he deseado en años.

—¿Qué estás haciendo aquí?— su tono frío me atraviesa como un cuchillo, estaba consciente de que no me esperaban con globos y una fiesta, pero espera mínimo un poco de afecto, no indiferencia.

—Papá me pidió que viniera.— no doy más detalles y ella tampoco me las pide, claro que se lo preguntara a mi padre más tarde por eso no pregunta.

—De acuerdo, está en su despacho,— se da la vuelta pero no da ningún paso antes que se voltee de nuevo— Claro no sabes donde está su oficina, tú no vives aquí porque te largaste.

—Mamá— Doy un paso adelante pero ella retrocede alzando la mano para que me detenga. La expresión de su rostro relata su odio al escucharme decirle así.

—No, la oficina de tu papá está en ese pasillo, tercera puerta a la izquierda.

Estoy tentada en decirle algo más pero la expresión en su rostro me detiene, así que solo asiento y me voy por dónde me indico.

—Y Leila,— La veo cuando me llama— Cuando termines lo que tengas que hacer para tu padre lárgate, vuelve a desaparecer porque no te quiero volver a ver de nuevo, estamos mejor sin ti.

Sus palabras deberían dolerme demasiado y hasta cierto punto lo hacen, es mi madre y esperaba cariño de su parte, pero no me afectan como antes.

—Por supuesto, la familia perfecta debería estar mejor sin su problemita ¿Verdad?— No dice nada pero solo asiente— Pero para tu desgracia a partir de ahora estaré más presente que nunca en tu vida y es mejor que te acostumbres a mi presencia para que sea más llevadero las cosas, por el bien de la familia.

La palabra familia la digo con un tono irónico y eso la hace enfurecer aún más.

—Voy a desear cada día que vuelvas a irte.

—Perfecto, también desea que me den el cargo de tu empresa o cierto, ya me lo dieron.— Sonrió  luchando por no reírme de su cara de asombro.

—¿Cómo dices? Tú no eres científica y mucho menos te gusta la medicina ni nada relacionado.

Volveré A Verte [#1] NUEVA VERSIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora