Joshua no entendía nada de lo que estaba pasando. Él creía que solo era un asalto, pero la realidad era otra; Robbie tenía razón, Dave estaba metido en problemas con gente que ahora quería matarlo. Joshua se encontraba tirado en el piso, con uno de los hombres apuntándole con la pistola cuando, de repente, se escucha un disparo.
—¡No! —grita él, sintiendo que algo quema en su pierna e imaginándose lo peor, pero se da cuenta de que Dave ha salido corriendo y trata de levantarse al ver que el hombre ya no está frente a él, sino que ahora va detrás de Dave.
Sin embargo, justo en el momento que hace fuerza para ponerse de pie, siente un fuerte dolor en la pierna que le impide levantarse. Se toca donde duele y sus manos ahora están llenas de sangre. Le habían disparado él.
Rob, quien había visto toda la escena y estaba desesperado porque la policía no llegaba, corre hacia Joshua para ayudarlo a levantarse.
—Vamos, apóyate en mí.
Joshua siente que alguien trata de levantarlo sujetándolo por detrás y al escuchar su voz voltea inmediatamente su rostro hacia él—. ¿Tú qué estás haciendo aquí? —pregunta con sorpresa.
—Eso no importa ahora. Te llevaré al hospital —responde Rob y lo ayuda a caminar hasta su auto.
Joshua se quejaba del dolor en todo el camino y Robbie lo miraba preocupado—. ¿Crees que Dave esté bien? —pregunta de repente, después de tanto pensar en él.
Robbie aprieta los dientes para no decir alguna tontería que lo haga molestarse en este momento—. No lo sé, pero no te preocupes por eso ahora. Lo importarte es que tú estés bien.
Joshua lo mira encontrándose con sus ojos y le sonríe un poco para luego hacer un gesto de dolor. Su rostro cada vez se veía más pálido a causa de la perdida de sangra; Rob lo nota y sujeta su mano.
—Resiste, estamos cerca.
Joshua solo asiente y cierra los ojos por un momento, soportando el dolor.
Después de aproximadamente quince minutos, llegaron al hospital. Robbie baja rápidamente del auto y esta vez decide cargarlo en sus brazos para subir más rápido las escaleras y entrar.
(...)
Robbie se encontraba en la sala de espera, preocupado e impaciente al no saber nada de Joshua, pues ya habían pasado casi dos horas desde que llegaron y entró a emergencias. No dejaba de pensar en todo lo que quería decirle pues el miedo a perderlo y no verlo de nuevo le hizo darse cuenta de que quiere estar con él.
El celular de Joshua vibra en las manos de Rob, quien cuidada sus pertenencias, y duda en responder al ver el nombre de Marielle en la pantalla. Suelta un suspiro frustrado y responde la llamada.
—¿Hola? ¿Joshua? ¿En dónde estás?
—Eh... Joshua está en el hospital, tuvo un... accidente —se limita a decir, tal vez Joshua le cuente después.
Marie reconoce la voz, pero decide ignorar eso, pues le importaba más saber cómo estaba su amigo—. ¿Y él está bien?
—Sí... estaba consciente cuando llegamos, pero no me han dicho nada los doctores.
—¿En qué hospital están?
Rob le da la dirección y Marie termina la llamada para dirigirse al hospital, no sin antes llamar a Iraní para avisarle que Joshua había tenido un accidente.
Minutos después, una de las enfermeras se acerca a Robbie para informarle que ya puede pasar a ver a Joshua.
—Hola —saluda el rubio al ver a Rob entrar a la habitación.
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¿Mi esposo es GAY? © Robbie Amell [LIBRO#2]
Roman pour AdolescentsDespués de haberlo pensado por mucho tiempo, Joshua se atreve a enfrentarse a Robbie el día de su boda y trata de convencerlo de aceptarse a sí mismo y no arruine su vida casándose con alguien que no ama. -No te atrevas, Joshua -Robbie se aparta ale...