Las clases habían acabado por fin, era la hora de irse a casa, Miguel estaba caminando con bastante prisa evitando a sus compañeros y demás alumnos para llegar al árbol de forma rara.
No tenía tareas hoy o al menos ninguna para entregar mañana, era entonces un momento perfecto para salir con Marco y no dejaría que eso se arruine por una bola de alumnos que se parecían a su barrio de México.
Comenzó a correr ignorando los gritos a su nombre y esquivando personas que se le ponían de frente como una carrera de obstáculos que debía ganar para llegar a su meta.
Marco de igual forma corrió hasta que divisó a Miguel llegando al árbol, ahí fue donde se fue en putiza hacia él, le tomó de la muñeca y ambos corrieron para evitar alguna foto o algo. Ningún alumno pudo correr más de dos calles así que los perdieron de vista.
Una vez que ambos estaban en una calle donde no había rastro de alguien que los conociera, se tomaron de las rodillas recuperando el aliento, definitivamente con esa carrera que pegaron sus piernas se harían más fuertes y bonitas. Comenzaron a reír por toda esa adrenalina y ahí Miguel empezó a caminar para guiarlo a la pizzeria.
-Eso estuvo bastante cerca, corres un chingo - el de sudadera roja le dió un leve golpe en el hombro al contrario -
-¿Te viste acaso? Flash se queda pendejo a tu lado - el de sudadera azul le devolvió el golpe -
Los morenos caminaron un rato haciendo bromas y de vez en cuando haciéndose más preguntas para conocerse, como su color favorito, canción favorita, películas que aman y odian, un poco de anime, si preferían perros, gatos o alguna otra mascota y tantas cosas que serían imposibles decirlas en cinco minutos.
Se estaban cayendo muy bien, la compañía del otro era placentera. Miguel podía ver como el sol pegaba por detrás de Marco haciendo relucir su cabello brillante, su piel canela, sus ojos gatunos y enorme sonrisa, él estaba tan lleno de vida y eso que hace unas horas se veía como un gatito asustado. Todo parecía ir en cámara lenta, De la Cruz miró al otro y le sonrió mostrando todos sus dientes.
Miguel quedó pasmado, quizás en un principio le costaba asimilar las cosas, el hecho de que en serio era como verse al espejo y ahora mismo estaba entrando en shock de nuevo por la acción de el de ropas azules. Pero no quería preocuparlo ni preocuparse a sí mismo, por lo que devolvió su acción y todo parecía ocurrir a su velocidad normal otra vez.
-Es aquí, en serio te gustará mucho - se tomó la molestia de abrir la puerta - Adelante señor -
-¿Señor? Señorito, muchas gracias jovencito - dijo imitando una voz indignada y finalmente pasó seguido de Miguel -
El olor a masa, salsa, queso y muchos otros ingredientes invadieron las fosas nasales de ambos, era agradable e incluso les abrió el apetito de inmediato, fueron a tomar asiento en una mesa con vista a la calle y agarraron el menú para revisar la cantidad de pizzas que habían.
Podían sentir una que otra mirada de la gente, pero no tan intensa como en la universidad, aquí al menos los veían con asombro, les regalaban una sonrisa y ya.
Incluso una pareja de mujeres de la tercera edad les saludaron con mucha ternura mientras una de ellas les dijo que sus nietos eran gemelos.
Era todo lo que hacían al verlos.
Nada de fotos ni acoso.
En eso se acercó uno de los empleados y sacó su libretita junto a una pluma de un mandil blanco.
-Muy buenas tardes amigos, ¿Ya decidieron lo que van a pedir? - preguntó amable presionando la pluma para poder anotar -
-Sí, sería una pizza grande de pepperoni y dos cocas, por favor - ordenó Miguel una vez que quedó de acuerdo con Marco -
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Nero Forte
Fanfic"A home like yours is upside down" La mente de Rivera no podía entender nada, ¿Cómo es que ese chico se parecía físicamente a él? Era una coincidencia tan extraña que pensaba estar soñando. "A hope like yours won't help me now" Después de tanto, por...