✧ 𝐁𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 [Fanfics Beyblade Burst] ✧

✧ Desahogo [AigerxHikaru]

Sálvame de la nada en la que me he convertido.

En tanto se enteró de lo que sucedía sus nervios se dispararon, y no era para menos, ¿Cómo se supone que debía reaccionar cuando Valt le llamó alarmado contándole sobre la fatídica decisión de Hikaru al ser influenciado por Lane? ¿Dejar el beyblade? ¿Acaso estaba bromeando?

Por ello, e importando poco que en ese momento estuviera conviviendo con viejas amistades, recordando el pasado, se encaminó a todo lo que le daba su situación en ese momento, hasta llegar con ellos.

Cuando finalmente pudo contactar con Hikaru, el chico se encontraba en medio de un campo de fútbol, donde incluso ahí, resaltaba como la más hermosa estrella del juego, sin importar que no fuera su fuerte.

—Dice que no va a volver—musitó Hyuga, mientras su mirada se llenaba de tristeza, que rápidamente cambió a determinación—. Pero yo haré que cambie de opinión, ¡Voy a derrotar a Lane!

Tras ello, el niño echó a correr en otra dirección, mientras en el partido empezaba el medio tiempo y Hikaru pasaba a descansar sobre una de las bancas.

Estaba con la mirada perdida, aunque no tan monótona cómo se había visto en esa batalla tan cruel.

Tal vez le hubiera encantado apoyarlo, ya saben era su admirador.

Bueno más bien, Hikaru tenía otras intenciones con Aiger, ese tartamudeo, esa actitud tonta, solo tenían el significado de: Gustar.

—Lo hiciste bien—le dijo uno de sus compañeros, a lo cual este sonrió.

—Gracias chicos ustedes también—tras eso miró a otro lado, por fin viendo al mártir de sus días y sus anhelos.

—¿Qué tal, Hikaru?—saludó el bermellón amablemente.

Los chicos alrededor de ellos observaron impresionados la escena, sobre todo porque no era muy común que se encontrarán con una celebridad en un lugar como ese.

Claro que, Aiger pasó de ellos, tomando lugar a un lado del peli azul. Había venido únicamente por él de todos modos.

—Aiger, que sorpresa verte por aquí—le dió una sonrisa ladina. Entre un suspiro tomó un sorbo de agua y luego se tiró toda encima—. Yo he estado bien, he tenido recaídas peores...

—Uhmm... me dijeron que piensas abandonar el beyblade—musitó el chico, quizá descuidadamente. Aunque no perdió de vista al menor en ningún momento.

—Oh de eso...—le dió la mirada, una que no tenía brillo, más bien su mirada ya no desprendía aquello—. Pues lo hice, no pienso volver a pisar ninguna arena de Beyblade o tocar a ningún bey, yo dejé de ser blader.

—Uhmm...—Aiger se lo pensó un momento antes de hacer su siguiente pregunta—. ¿Puedo saber la razón?

—Solamente me rendí, no soy el héroe que a pesar de sus derrotas sigue, no soy tampoco un protagonista de alguna novela cómica que busca el bien para salvar algo en especial...

Recitó aquello, sin ningún deje de dolor, tampoco de empatía.

—Es absurdo ir por algo que es inalcanzable...—cerró sus ojos un momento—. Pero, no hablemos de eso.

—Ah, ya veo—musitó Aiger, con cierta tranquilidad antes de levantarse y mirar a los demás chicos que estaban ahí con una mueca de molestia—. ¡A ver, mocosos!—exclamó usando ambas manos para que su grito resonará en toda la cancha—. ¡Si no me dicen a la cuenta de tres dónde está el verdadero Hikaru, voy a barrer este lugar con sus caras! ¡¿Quedo claro!?